Justo Rivas, de 37 años de edad y una carrera cuyos números lo ponen a la par de los mejores bateadores de todos los tiempos en nuestro beisbol, pudo haber jugado ayer su último partido, despidiéndose con un hit en tres turnos frente al estelar tirador Junior Téllez, en la derrota del San Fernando 2-1 ante la Costa Caribe, en el Estadio Nacional Denis Martínez.
No sería la despedida que merece un pelotero de la clase de Justo, quien está decidido a marcharse por diferencias con la Junta Directiva del San Fernando. No cerró las puertas por completo, pero es escéptico a un potencial acuerdo para el próximo año y como por reglamento solo puede jugar con el equipo de su ciudad, ya está haciendo planes de iniciar una carrera como entrenador de bateo.
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Justo se iría todavía en plenitud de facultades, con 13 temporadas consecutivas bateando encima de .330, de ellas 11 sobre .350, en una espectacular racha que ni siquiera logró el considerado el mejor bateador en la historia del beisbol casero, Nemesio Porras.
En esas últimas 13 campaña, el promedio de Justo es de .371, mientras que el de Nemesio fue .372 tomando su mejor período de 13 años. Así de bueno ha sido el toletero de Masaya.
Justo no pudo cumplir su sueño de ganar un título de bateo en los campeonatos nacionales, aunque si lo consiguió en la Liga Profesional. Además, fue cinco veces campeón jonronero y único con dos temporadas de 20 jonrones con bate de madera, incluyendo la de este año.
Cuando se batea para .388, con 21 cuadrangulares y 70 carreras impulsadas en 76 juegos, es difícil asimilar que alguien debe retirarse prematuramente, pero con el suficiente recorrido para poner su nombre entre los más grandes de este deporte.