La promoción de la lectura en niños de primer grado por parte de organizaciones no gubernamentales ha facilitado que los menores tengan un mejor nivel de comprensión, un avance que se calcula en un doce por ciento respecto al universo de 300 escuelas con las que trabajan expresó Ericka Zeas, responsable de proyectos de la Asociación de educación comunitaria La Cuculmeca.
Cada año, como parte de la campaña de lectura nacional “Vamos a leer, leer es divertido”, se organiza un concurso a nivel nacional, donde se evalúa el número de palabras que los menores pueden leer en un minuto y la capacidad de respuesta a cuatro preguntas sobre la información leída.
Los datos obtenidos resultan del proceso de la aplicación de la prueba Egra (Early Grades Reading Assessment), que mide fluidez y comprensión. En este mes de agosto inician con la aplicación de la prueba, que evalúa que el 80 por ciento de la clase lea 25 palabras correctamente en un minuto y responda bien a cuatro preguntas que se le formularán; posterior, en el mes de septiembre, se aplica la prueba pero la meta sube a 28 palabras por minuto, y el salón que alcance dicho nivel pasa al concurso nacional, donde se espera que lean 38 palabras por minuto y respondan a las preguntas.
No obstante, para Vanessa Castro, doctora en educación y coordinadora de la campaña, persisten muchos problemas en el área de la comprensión lectora, pero ha habido mejoría en la lectura fluida, que es la capacidad de leer correctamente, con prosodia (entonación).
Preescolar en la “cola”
Para la experta, uno de los retos centrales en la promoción de la lectura es que muchos niños no van a preescolar en las zonas más alejadas del país. Este hecho implica que el niño llegue a primer grado sin estar en capacidad de coordinación visual de la motora fina (coordinación de los movimientos musculares), de las formas geométricas, dijo.
Según estimaciones del Instituto de Estudios Estratégicos y Políticas Públicas, el Gobierno invierte 10.3 córdobas al día por un niño que asiste a preescolar. En ese sentido, Castro sostuvo que “la cobertura de preescolar y el trabajo por el desarrollo infantil se constituyen en un reto muy grande”, expresó.
También a ello, se suma el poco financiamiento de la educación en general, la carencia de textos en las escuelas y de literatura infantil. Cabe mencionar, que de los niños con los que han trabajado en la campaña, más de 37 mil estudiantes, un 70 por ciento no tienen literatura para leer en casa.
Por su parte, Zeas dijo que un niño que le leen desde que es bebé y le cultivan el hábito de la lectura va a desarrollar una mayor imaginación, va a tener mejores oportunidades para asimilar las asignaturas de grados superiores y tendrá un mayor vocabulario.
Campaña con experiencia
El lanzamiento de la campaña de lectura nacional Vamos a leer, leer es divertido ha contado con la participación de más de 37 mil estudiantes de 1, 584 escuelas de varias zonas del país como Matagalpa, Chinandega, El Cua y otros durante los siete años de existencia.
Este año se desarrollará, por primera vez, un concurso de lectura similar al de los niños, pero enfocado a docentes. Para ello, se les brindará un conjunto de libros y después serán evaluados. Estas organizaciones han distribuido 49 mil libros de literatura infantil y desarrollan otras actividades para promover el hábito lector, las que involucran a los padres de familia.