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Rosario Murillo

Carta a Rosario Murillo

Si de verdad queremos, como buenos nicaragüenses, salir de esta postración, debemos hacer un esfuerzo verdaderamente extraordinario, excepcional, que priorice la educación y en el que participe no solo el Gobierno sino la sociedad entera. Entre las cosas que deben cambiar está el porcentaje del PIB asignado a la educación básica

Rosario: Te escribo como alguien que discrepa de tu actuar político pero que conoce tu gran influencia sobre el curso del país y tu capacidad de impulsar causas cercanas a tu corazón. Lo hago exclusivamente porque me interesa el tema de la educación y porque creo que con tu concurso decidido esta podría mejorar sustancialmente.

Ustedes, como gobierno, han promovido muchos proyectos sociales —hambre cero, plan techo, etc.— pero por muy meritorios que sean, ninguno compite con la educación en cuanto a su capacidad de levantar al pobre de su postración y crear una sociedad más igualitaria.

A partir de estas premisas quiero plantearte una percepción que no es injusta y que ojalá compartieras: que no se está haciendo lo suficiente. Se han hecho, indudablemente, esfuerzos valiosos en distintos frentes, como aumentar la cobertura de preescolar y mejorar ciertos indicadores, pero, en términos generales, el progreso es muy lento. Al paso actual pasarán décadas antes de llegar a las metas deseadas.

Echar culpas no nos lleva a ninguna parte. Yo estoy seguro que ustedes han tratado de mejorar la educación, quizás hasta más de lo que nosotros tratamos. Pero como persona que estuvo embebida en ella sé que lograrlo es extraordinariamente difícil; mucho más de lo que el público sospecha. No la logramos levantar significativamente los que fuimos parte de lo que ustedes llaman los “gobiernos neo-liberales” ni tampoco lo han logrado ustedes. Hay que ser francos y dejar al lado los partidarismos para reconocer esta cruda realidad: nuestra educación sigue estando entre las peores del continente sin que se vislumbre la luz al final del túnel.

Si de verdad queremos, como buenos nicaragüenses, salir de esta postración, debemos hacer un esfuerzo verdaderamente extraordinario, excepcional, que priorice la educación y en el que participe no solo el Gobierno sino la sociedad entera. Entre las cosas que deben cambiar está el porcentaje del PIB asignado a la educación básica. Este apenas ha cambiado en la última década. El gobierno debe recortar los gastos menos esenciales para reorientar recursos hacia la mejoría del magisterio y temas conexos. Y debe también estudiar cuidadosamente la forma de administrar y distribuir el gasto educativo, pues este es muy inequitativo e ineficaz —prioriza la educación superior a expensa de la básica y paga por igual al mal y al buen maestro—.

También debería buscarse una amplia concertación educativa donde se discutan estos temas y se acuerden las correspondientes reformas. Nicaragua ha logrado consensos en ciertas áreas que le han traído grandes beneficios. Uno de ellos es lo económico. Todos coinciden en la importancia del mercado y la estabilidad macroeconómica. Otro es en las relaciones gobierno-empresa privada. Todos coinciden en la necesidad de coordinarse y buscar acuerdos. No se ha logrado lo mismo en el área espinosa del sistema político, pero no veo por qué no pueda lograrse en el área educativa.

Hace varios años Funides realizó un diálogo muy fructífero en el que participaron muchos actores y líderes educativos, incluyendo al CNU. Pero no asistieron miembros del Ministerio de Educación. Es preciso que el Gobierno se abra a un diálogo amplio con sectores ajenos al mismo y juntos se enriquezcan mutuamente. Eso sería mucho mejor que la actitud a menudo encerrada y exclusivista con que han actuado algunos funcionarios.
Seguiremos discrepando en lo político mientras ustedes se nieguen a reconocer la independencia de los poderes del Estado y la necesidad de elecciones verdaderamente libres. Pero podríamos juntar voluntades, inteligencias y recursos, para avanzar lo más pronto posible en el afán de suministrar a nuestros pobres la educación que urgentemente necesitan. Ustedes tienen la llave.

El autor fue ministro de Educación y es sociólogo e historiador.
[email protected]

Columna del día Carta Rosario Murillo Vicepresidenta archivo

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COMENTARIOS

  1. Sebastian
    Hace 7 años

    Importante ver y tomar como base inicial la Conclusión de la “Comisión de Sabios” de Colombia, el cual nos sirve de referente. Que buen artículo don Humberto, el detalle es que somos pocos los que en verdad buscamos un cambio radical y efectivo de la educación…., la gran mayoría le interesa mantener la “educación” tan mal y deplorable como está.

  2. Jose
    Hace 7 años

    Excelente recomendacion y muchos comulgamos con este planteamiento y sus señalamientos. Lamentablemente por lo egocéntrico y la vanidad de la chayo y Daniel jamás escucharán, mucho menos lo van a considerar. Su insensatez por la vanagloria en el gobierno son más fuertes que la corrección profesional y técnica del sistema educativo.

  3. Ramón Salgado Valle
    Hace 7 años

    Como Rosario es una mejer inteligente, seguramente te contestará Humberto.

  4. Domingo
    Hace 7 años

    Te felicito Humberto, con excepción de una parte del comienzo del último párrafo de tu escrito, puedo ver un lenguaje cristiano detrás de éste. Dios nos ilumine y nos guarde a todos por igual.

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