En ocho años Nicaragua ha reducido el hacinamiento y aumentado el acceso a servicios básicos, según los resultados del Informe de Necesidades Básicas Insatisfechas de la Encuesta Continua de Hogares, la que fue publicada por el Banco Central de Nicaragua esta semana y en cuya presentación no estuvieron presente los medios independientes.
Sin publicar la base de datos, los resultados de la encuesta realizada por el Instituto Nacional de Información de Desarrollo (Inide), señalan que se redujeron los hogares con al menos un niño de entre 7 y 14 años que no asista a la escuela. Hace ocho años a nivel nacional el 16.1 por ciento de los hogares tenía al menos un niño sin ir a la escuela, cuya tasa hasta el año pasado se redujo a 9.4 por ciento.
Le puede interesar: Banco Mundial: censo poblacional hasta en 2018
La zona rural, una de las áreas más pobres de Nicaragua, tiene la tasa de baja educación más alta del país, la que se sitúa en 15.1 por ciento de los hogares frente al 24.8 por ciento en 2009.
Además el Gobierno dijo que en los últimos ocho años ha mejorado el acceso de las familias a los servicios básicos, principalmente al agua y servicios sanitarios.
Zona rural, la más afectada
El Índice de Servicios Insuficientes de fuentes de agua y uso de servicios higiénicos pasó de 27.4 por ciento en 2009 a 19.2 por ciento en 2016, reflejando una disminución de 8.2 puntos porcentuales.
Por zona geográfica, en la zona urbana el acceso a agua y servicios higiénicos hasta el año pasado se situó en 6.7 por ciento frente al 12.4 por ciento de hace ocho años. Es la zona rural la que más afectada está en cuanto a la satisfacción de esta necesidad básica, la que se ubica en 38.6 por ciento, pero hace ocho años era 50.3 por ciento.
Lea también: Gobierno mira menos pobreza en Nicaragua
En la ficha técnica de la encuesta se explica que en esta última categoría se analizó la cantidad de hogares que no se abastecen de tubería conectada a la red pública (dentro o fuera de la vivienda) o pozo público en la zona urbana y en el caso del campo al porcentaje de familias se abastecen de ojos de agua, manantiales, ríos, lagos, lagunas o bien de otra vivienda, vecino o empresa.
En cuanto al hacinamiento el Inide calificó en esa condición a los hogares en la zona urbana donde habiten cuatro o más personas por cuarto exclusivamente para dormir; y en el caso de la rural a aquellas familias donde habiten cinco o más personas por cuarto.
Lea además: El lado feo y verdadero del 96 % del empleo en Nicaragua
Al respecto, el hacinamiento hasta el año pasado afectaba a nivel nacional al 17.9 por ciento, pero a nivel desagregado la tasa era 17.4 por ciento en la ciudad y 18.7 en la zona rural. En el 2006 era 27.9 por ciento en la zona urbana y 33.8 por ciento en el campo, para una media a nivel nacional de 30.42 por ciento.
Lo que dice el Banco Mundial
Los resultados de la encuesta oficial contrastan con los señalamientos que en su reporte Diagnóstico Sistemático de País hizo el Banco Mundial y que fue publicado en junio pasado.
El organismo señaló que si bien el acceso a los servicios básicos ha mejorado a nivel nacional, aún sigue siendo poco universal: cerca de seis de cada diez hogares no tienen acceso a agua potable, cuatro de cada diez carecen de acceso a servicios de saneamiento y dos de cada diez no tienen acceso a la electricidad en 2014.
Le puede interesar: Estudio demuestra que programas sociales del Gobierno no reducen la pobreza
De hecho el mismo reporte del Banco Mundial indicó que cuando la pobreza se medía a través de la satisfacción de necesidades básicas, esta revela que el 60 por ciento de los nicaragüenses tiene al menos cuatro necesidades básicas insatisfechas.
“El acceso a servicios básicos, como la electricidad y el agua y el saneamiento es bajo y en gran medida desigual. Otros indicadores sociales clave, como el acceso a la educación, las tasas de terminación y el embarazo en la adolescencia, también están a la zaga del promedio regional”, afirmó.
Lea también: Enfermedades ligadas a la pobreza ganan terreno en Nicaragua
El problema se agudiza entre los quintiles más bajos de la distribución del ingreso y entre los que viven en las zonas rurales. “El acceso deficiente al agua y al saneamiento ha dado lugar a mayores riesgos para la salud ambiental, especialmente para los niños menores de 5 años, mientras que la falta de acceso a la energía conduce a mayores riesgos para la salud, ya que los hogares tienden a confiar en combustibles sólidos para cocinar”, enfatiza.
Incluso la misma encuesta del Gobierno revela que a nivel nacional hasta el año pasado el 44.1 por ciento de los hogares usaban leña para cocinar y el 54.1 por ciento gas butano o propano.
Baja dependencia
El Índice de Dependencia Económica se redujo de 23.9 por ciento en 2009 a 15.1 por ciento en 2016, disminuyendo 8.8 puntos porcentuales, según cifras oficiales. Por zona geográfica, este índice es mayor en el área urbana con un 16 por ciento (ciudad de Managua: 11.7 por ciento, y resto urbano: 17.9 por ciento), que en el área rural con 13.7 por ciento (25.6 por ciento en el año 2009). Este índice mide simultáneamente el nivel educativo del jefe del hogar, así como el acceso del empleo de sus miembros mediante la construcción de una tasa de dependencia laboral.