Varios minutos de terror aseguran tres personas que pasaron la medianoche del 12 de febrero pasado cuando fueron obligados a detenerse en un retén policial en las inmediaciones de la Rotonda La Virgen. En ese lugar supuestamente fueron golpeados sin ninguna explicación y pese a que supuestamente fueron víctimas de abuso policial, ahora enfrentan una acusación por obstrucción de justicia y agresión.
El caso fue denunciado en la Comisión Permanente de Derechos Humanos (CPDH) por Carlos Ernesto Obregón y su esposa Hilda Gudalupe Osorio, junto a Edith Ramírez Montalván, quienes sin conocerse ahora se ven enfrentados a una misma acusación, luego que esta última intentó grabar con su teléfono celular la agresión de la que eran víctimas los primeros.
Esa noche, aseguran los denunciantes los agentes retenían los vehículos que circulaban por el lugar, Obregón y su esposa regresaban de donde unos amigos de lavar una ropa. Obregón fue retenido y al hacerle la prueba del alcoholímetro dio como resultado 0.83 grados de alcohol, por tanto fue advertido que su vehículo sería retenido.
Sin embargo, mientras a él le hacían la prueba, otros agentes ya rodeaban su carro y amenazaban a su esposa Hilda Guadalupe Osorio con denunciarla al Ministerio de la Familia y quitarle a la niña de 22 meses por andar con ella a esa hora de la noche, pese a que esta alegaba que ella no había consumido alcohol y que regresaban a su casa de lavar una ropa.
En ese momento un agente de forma violenta se introdujo al carro para sacar las llaves, lo que provocó que se encendiera la alarma del mismo lo que asustó a la niña que estaba sentada en el asiento del conductor y empezó a llorar.
La pareja intentó sacar a la niña del auto, pero eso fue el motivo, dicen, utilizado por los agentes para empezarlos a golpear.
“A mi me agarraron dos policías (… ) nos golpearon, nos tiraron al suelo, nos enchacharon”, relató Obregón.
LEA: LA PRENSA constata abuso de policía en colegio
Hilda Guadalupe Osorio por su parte recuerda, que cuando su esposo preguntó: “Le pegaron lo estaban ahorcando y solo porque me fui a ver que era lo que estaba pasando y pregunté ¿por qué lo agarraban así? me hicieron lo mismo a mi, y la niña quedó solita en el carro desprotegida, la niña llorando (…) a mi me tiraron al piso, me enchacharon, me pegaron, mi cara pegada en una llanta del carro”.
Cuando Osorio ya estaba en el piso esposada señala que observó a una personas que grababa con su teléfono celular y justamente en ese momento un policía se lo arrebataba y le asestaba un golpe en el rostro. Se trataba de Edith Ramírez, una persona a quien ellos ni siquiera conocían.
Ramírez y su pareja Francisco Collado se dirigían a comprar comida a la rotonda cuando, según dijo, los policías los detuvieron, les arrebataron las llaves del vehículo y los cascos que portaban, en ese momento una media cuadra atrás escuchó un alboroto el llanto de la niña y el sonido de la alarma, lo que le llamó la atención que la llevó a caminar una media cuadra hacia atrás. Cuando observó que los agentes golpeaban a una pareja sacó su teléfono celular y decidió grabar. Esto fue suficiente para que un “policía gordo” le asestara un golpe en la cara.
“Miré a una señora en el suelo, a él (Obregón) lo estaban golpeando y la niña en el carro gritando (…) comencé a grabar por la niña (…) en lo que yo filmo un policía gordo me pega un golpe en la cara y me arrebata el teléfono”, afirmó Ramírez quien dijo, que el policía le dañó el teléfono. Posteriormente tres policías agarraron a su pareja y lo comenzaron a golpear. A Collado también lo acusan por obstrucción.
“Por poco pierdo la vida, me enchacharon y otra policía me estaba sosteniendo (…) la otra me golpeó, me agarró me estaba asfixiando. Me quebraron los dientes me agarraron contra el suelo”, denunció Ramírez, quien señaló que en un momento perdió el conocimiento por la golpiza que le perpetraron. Y recordó que en un momento ella les amenazó con llamar a la primera comisionada Aminta Granera, pero la policía que la agredía le repetía: “no me importa Aminta Granera, ahora el poder lo tenemos nosotros”, expuso Ramírez quien asegura que llevaba unos tres meses de haber regresado a Nicaragua después de vivir unos diez años en México donde pese a la inseguridad que se menciona en esa nación nunca le pasó nada.
Mientras a Osorio junto a su niña la dejaron abandonada en la calle sin dinero ni forma de regresar a su casa, a los otros tres los detuvieron dos días en el Distrito Seis de la Policía.
Denuncia en Asuntos Internos
Ramírez denunció el caso en Asuntos Internos que al final resolvió que fue víctima de abuso de autoridad y que supuestamente adoptó medidas contra los oficiales, sin embargo, su abogada Brenda Lorena Rosales refirió que esa dirección policial no les reveló sus identidades.
Vicenta Caballero abogada de Obregón aseguró por su parte, que en Asuntos Internos no les recibieron la denuncia bajo el alegato que ya investigaban el mismo caso, por lo que remitieron un escrito a la jefa de facto de la Policía, primera comisionada Aminta Granera, en el que relatan todo lo ocurrido. Acompañaron el escrito con dos vídeos como evidencias del abuso policial.
Sin embargo, Obregón, Ramírez y Collado ahora enfrentan un juicio acusados por sus agresores el que se reprogramó para septiembre luego que el 14 de agosto, fecha del juicio, los policías acudieron al tribunal para pedir reprogramación. En la acusación aparecen como testigos los policías Lenín Alberto Mendoza Gaitán, Eliezer Martínez González, Wilmer Alexander Flores, entre otros, que posiblemente son los mismos que golpearon a los denunciantes.
El asesor legal de la CPDH, Pablo Cuevas, indicó que en lo que va del año esa organización ha recibido unas seis denuncias similares en las que los ciudadanos han sido víctimas de abuso policial.
LEA: Fundador de CPDH fue agredido en evento apoyado por sandinistas