El diplomático venezolano en el exilio, Diego Arria, publicó el fin de semana pasado en El País de España un artículo titulado En Venezuela: Cuba sí, Trump no.
En su escrito Arria critica la hipocresía de quienes han rechazado hasta con indignación lo dicho por el presidente de Estados Unidos (EE.UU.), de que entre las opciones para enfrentar la crisis de Venezuela está la militar; pero cierran los ojos y la boca ante la ocupación y el saqueo de Venezuela por parte de Cuba.
El presidente Trump causó un fuerte impacto, cuando el viernes 11 de agosto dijo al responder preguntas de los periodistas después de reunirse con el secretario de Estado, Rex Tillerson, el jefe del Consejo de Seguridad Nacional H.R. McMaster y la embajadora de EE.UU. ante la ONU, Nikky Haley: “Tenemos muchas opciones para Venezuela. Y, por cierto, no voy a descartar una opción militar”.
Diego Arria, quien fuera presidente del Consejo de Seguridad de la ONU, reconoce que lo dicho por el presidente Trump “desató una reacción de rechazo”, y que para algunos más bien fortalece al régimen de Maduro al mencionar la opción militar. Sin embargo, asegura que “los venezolanos, no necesariamente todos sus políticos, apoyarían cualquier medida que nos permita ser libres de nuevo, ante la inminente perpetuación de una narco tiranía militarizada que no dejará el poder ni normal, ni pacíficamente, y menos aún con elecciones”.
Arria cita al filósofo chileno-venezolano Antonio Sánchez, quien ha ironizado que “Cuba sí puede y tiene derecho de oprimir a Venezuela, pero a los yanquis les está vedado el derecho de asistir a su liberación”. Y menciona Arria que “Cuba tiene hoy en Venezuela 60 mil efectivos, algunos de ellos médicos y entrenadores deportivos pero todos agentes de Inteligencia y Seguridad”. Esta es “la mayor ocupación extranjera en toda nuestra historia —dice Arria—, convirtiendo a Venezuela en su colonia, a la que le exprime diariamente 100 mil barriles de petróleo”.
Al respecto el mismo secretario general de la OEA, Luis Almagro, aseguró el 19 de julio pasado ante un comité del Senado de EE.UU., que en Venezuela actualmente hay un “ejército de ocupación” de Cuba. Y sentenció que en Venezuela “no se trata de desmontar una dictadura y volver a la democracia, sino de desmontar toda una estructura de narcotráfico en el Estado”.
Durante su reciente visita a Suramérica, el vicepresidente estadounidense Mike Pence auscultó la posibilidad de que los gobiernos democráticos latinoamericanos apoyen acciones contundentes contra la dictadura de Venezuela —que representa una amenaza para la seguridad de EE.UU. y de toda la región—, sin excluir la opción militar. Para Arria esto no significaría obligatoriamente invasiones ni bombardeos. “El nivel de precisión alcanzado por la tecnología militar y los recursos cibernéticos bélicos no requieren movilización de tropas para neutralizar fuerzas adversas”, argumenta el diplomático venezolano exiliado.
“Entiendo —concluye Diego Arria— que a muchos no les agrade Trump, pero como venezolano valoro su solidaridad al demostrar tener un sentido real de la urgencia de atender nuestra desgracia”.