14
días
han pasado desde el robo de nuestras instalaciones. No nos rendimos, seguimos comprometidos con informarte.
SUSCRIBITE PARA QUE PODAMOS SEGUIR INFORMANDO.
Duro de Cuidar, películas, estrenos de cine

Crítica de cine: Duro de Cuidar

Nuestro crítico de cine afirma que varios actores famosos han sido desperdiciados en esta película. ¿Estás de acuerdo con él?

Michael Bryce (Ryan Reynolds) es un agente de seguridad de primera categoría, hasta que un rico traficante de armas es ejecutado bajo su tutela. Pronto lo vemos escoltando a un corrupto de poca monta. Mientras tanto, en La Haya se desarrolla un juicio contra Vladislav Dukovich (Gary Oldman), un sangriento tirano de Bielorrusia. Su condena depende del testimonio de Darius Kincaid (Samuel L. Jackson), un asesino a sueldo apresado por las autoridades británicas. La misión de llevarlo con vida al estrado termina recayendo en el desafortunado guardaespaldas. A nadie se le ocurre usar Skype, pero no vamos a dejar que el sentido común se interponga en Duro de cuidar.

La película invoca el espíritu de la clásica “comedia de compadres”. Es un subgénero tan viejo como el cine mismo. La dinámica depende del choque de dos sujetos con personalidades diametralmente opuestas, forzados a convivir en una odisea ineludible. Uno debe ser recto y severo. Es el “straight man” contra el cual choca y contrasta un alocado agente del caos. El recién desaparecido Jerry Lewis protagonizó muchas películas de ese formato con Dean Martin. Eddie Murphy y Nick Nolte marcaron los 80 con 48 Hours (Walter Hill, 1982). Robert De Niro y Charles Grodin lo elevaron al nivel de arte en Midnight Run (Martin Brest, 1988). Las fórmulas que funcionan nunca mueren.

Juan Carlos Ampié, crítico de cine. LA PRENSA/ ÓSCAR NAVARRETE

Los protagonistas de Duro de cuidar establecen una especie de juego de relevos, turnándose de una escena a otra quién es el pesado y quién es el loco. No es descabellado unir a estos dos actores. Reynolds está en un buen momento de su carrera, después del éxito de Deadpool (Tim Hunter, 2016). Jackson es ya una institución, un viejo estadista del “cool”. Ambos parecen músicos virtuosos tocando variaciones de una sinfonía de insolencia. Reynolds es recesivo, de carácter pasivo-agresivo. Jackson, en comparación, es efusivo, como si el cuerpo apenas pudiera contener su efervescencia. Serían los acompañantes ideales para un buen relato picaresco. Lástima que la película no les da material digno de sus talentos. Duro de cuidar adopta el andamiaje dramático de una genérica serie policíaca. Los personajes deben moverse de un punto A a un punto B, perseguidos por incontables mercenarios. Cada encuentro es una oportunidad para ejecutar caóticas escenas de acción filmadas y editadas con pasmosa indiferencia. La violencia es gráfica y sangrienta, contrastando negativamente con la pretendida ligereza del tono cómico. Mientras más frenético es el movimiento, más aburrida es la acción. Uno simplemente espera que el caos termine, esperando el poco oxígeno que hay en las escenas de conversación donde las estrellas infunden vida en sus desinspiradas líneas de diálogo.


Lea también: Crítica de cine: Annabelle 2, La Creación


Reynolds y Jackson no son los únicos talentos desperdiciados. Gary Oldman nació para interpretar a un sanguinario autócrata ruso, pero Duro de cuidar ni siquiera puede hacer eso bien. Su presencia amenazadora es efectivamente neutralizada. Es un villano todo propósito. Salma Hayek le hinca el diente al estereotipo de la latina gritona y escandalosa, como la esposa de Kincaid. Un flashback muestra como se conocen en un bar de Honduras lleno de violencia caricaturesca. El Ministerio de Turismo de nuestro vecino del norte no lo va a agradecer. ¿Creerán los realizadores que Honduras es una provincia de México? La película es tan descuidada que no me extrañaría que así fuera. Igual, al estrenarse en Estados Unidos se coronó en el primer lugar de la taquilla. Más pronto que tarde, espere una innecesaria secuela.

Puede interesarte

×

El contenido de LA PRENSA es el resultado de mucho esfuerzo. Te invitamos a compartirlo y así contribuís a mantener vivo el periodismo independiente en Nicaragua.

Comparte nuestro enlace:

Si aún no sos suscriptor, te invitamos a suscribirte aquí