Mientras en Venezuela la dictadura de Nicolás Maduro parece haber aplastado sanguinariamente la insurrección cívica del pueblo por la recuperación de la democracia, en Ecuador hay alentadoras señales de que se podría estar iniciando una apertura democrática desde el Gobierno.
En Ecuador hay una tal Revolución Ciudadana e igual que Venezuela, es miembro de la alianza de países izquierdistas llamada Alba, creada por los dictadores ya desaparecidos, el venezolano Hugo Chávez y el cubano Fidel Castro. Pero el proceso político de Ecuador es bastante distinto al de los otros países miembros del Alba.
El nuevo presidente ecuatoriano, Lenin Moreno, pertenece al mismo partido izquierdista del expresidente Rafael Correa, Alianza País. Pero desde la campaña electoral que lo llevó a la presidencia en mayo del presente año, Moreno dijo en sus discursos que daría continuidad a la Revolución Ciudadana pero su estilo de gobierno sería diferente al de su antecesor.
En efecto, desde el comienzo de su gestión presidencial Moreno demostró que su promesa de diferenciarse de Correa no era una simple estrategia electoral para recibir más votos. Lo primero que hizo fue informar con franqueza al país que la supuesta buena situación económica era una mentira de Correa, montada sobre la manipulación de las estadísticas. A continuación, con apoyo de la ONU creó un organismo institucional independiente, equivalente a la Cicig de Guatemala, para impulsar la lucha contra la corrupción.
Posteriormente Moreno le quitó sus funciones de gobierno al vicepresidente Jorge Glass, un incondicional de Rafael Correa que es mencionado en escándalos de corrupción, entre ellos uno vinculado a Odebrecht, la famosa corporación brasileña constructora de infraestructuras y especializada en sobornar a altos funcionarios públicos de diversos países.
El presidente Lenin Moreno también inició un acercamiento con la oposición democrática, a la que Correa denigró y acorraló durante sus 10 de gobierno autoritario. Y ante las expresiones públicas de Correa tratando de desacreditar esa apertura del presidente Moreno, este respondió categóricamente: “El diálogo continúa. Seguimos empeñados en reconciliar al país. Para el odio, no cuenten conmigo”.
Por otro lado, en el caso de Venezuela el presidente ecuatoriano prácticamente se ha desmarcado de sus colegas del grupo Alba, los cuales han cerrado filas con la dictadura de Venezuela y celebrado la sangrienta represión contra los ciudadanos que se han manifestado en las calles demandando el retorno a la democracia. En cambio Moreno deploró el 15 de agosto, en un programa de televisión, que en Venezuela haya presos políticos y que 122 personas murieran por la represión.
Los sectores democráticos ecuatorianos han acogido positivamente la apertura del nuevo gobierno de la Revolución Ciudadana. Es una esperanza que se abre de que la democracia se pueda recuperar en Ecuador desde arriba, de manera institucional, gradual y pacífica.