Ruth Rosales llegó hasta cuarto año de Contabilidad. Nunca se ha desempeñado en su profesión, su último trabajo fijo fue hace nueve meses como digitadora de una empresa de zapatos. Desde entonces asegura haber buscado trabajo de puerta en puerta, pero no ha logrado su propósito. Tiene 30 años.
Mientras formaba parte de la extensa fila de aspirantes a una plaza laboral en Walmart, que ayer realizó una feria de reclutamiento, Rosales relató que ha logrado sobrevivir junto con sus dos hijos porque su esposo trabaja y ella se las rebusca con la venta de zapatos y ropa para mejorar los ingresos del hogar. Ella considera que a lo que actualmente se dedica es más desgastante de lo que podría ser un trabajo formal.
“La verdad que ahorita no estoy en condiciones de pedir gusto a qué puesto voy a aspirar, lo que necesito es un trabajo fijo para poder darle a mis hijos otras condiciones, si bien mi esposo me ayuda, eso no es suficiente”, afirmó.
Esa misma aspiración de colocarse en un empleo que le genere ingresos fijos la comparte Griselda Balladares, quien tuvo que esperar varias horas para ser entrevistada por el personal de la transnacional. Ella aseguraba que ante tanta competencia por un puesto de trabajo formal lo único que le quedaba era aferrarse a Dios.
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“Yo soy bachiller, pero tengo experiencia en atención al cliente, he trabajado en tiendas, vendo perfumes por catálogo. Dios primero me llamen de aquí (de la feria), no importa cuál sea el trabajo, lo importante es ganar, aunque sea el salario mínimo”, dijo Balladares.
En Nicaragua el nuevo salario mínimo promedio de nueve actividades económicas, que entrará en vigencia el próximo 1 de septiembre y que no incluye zona franca, será de 5,642.51 córdobas, con el que se cubre el 44.1 por ciento del costo total de la canasta básica, que hasta julio se situaba en 12,793.1 córdobas.
Aunque Walmart esperaba ayer reclutar las hojas de vida de al menos 1,800 personas, a las 8:30 de la mañana, es decir, media hora antes de que comenzaran a recibir los currículos, unas 250 personas estaban haciendo fila solo en Managua. El reclutamiento se desarrollaría desde las 9:00 de la mañana hasta las 4:00 de la tarde, tanto en la capital como en siete cabeceras departamentales.
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Sin especificar cuántas personas de las que obtienen sus hojas de vida logran conseguir un puesto, Carmen Blanco, gerente de Recursos Humanos de Walmart Nicaragua, estima que al menos el 60 por ciento logra entrar a la planilla en algún momento. “Estamos recibiendo bastante gente, se están sobrepasando las expectativas que tenemos, en relación con las estadísticas unas 1,800 personas, creemos que podemos llegar a las 2,000 personas ”, aseveró Blanco.
LA PRENSA entrevistó a diez aspirantes a una plaza laboral en esta feria, de los cuales al menos ocho aseguraron que ya habían participado en eventos similares, pero hasta hoy no han podido colocarse en un puesto de trabajo.
El Gobierno anunció, en semanas recientes, que hasta el primer trimestre de este año la tasa de desempleo era del 4 por ciento, mientras que el restante 96 por ciento estaba ocupada.
Solo en Managua el subempleo ronda el 42.6 por ciento. Jaime González forma parte de este grupo de trabajadores y asegura que las condiciones no son fáciles.
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González es técnico en Mecánica Industrial y hace siete meses regresó de El Salvador, donde trabajó por un año, desde entonces ha logrado sobrevivir con trabajos temporales como soldador y electricista. “Por lo menos un proyecto dura un mes, dos meses, tres meses y después de eso te pasás hasta un mes y medio sin trabajo. Eso de vivir así no es rentable, porque no tenés nada fijo, además que no tenés los beneficios de la Ley”, aseguró González.
Esta vez buscaba una plaza laboral en el área de Mantenimiento de las empresas Walmart. No ha buscado en su profesión, porque afirma que el mercado laboral está subvalorado por la sobreoferta de profesionales.
González está dispuesto a viajar desde Tipitapa a Managua, con tal de tener un ingreso arriba del salario mínimo. Irse de nuevo del país no es una opción porque estar lejos de su familia es lo que menos quiere.
Es desesperante…
A la convocatoria de Walmart también asistió Mariana Pozo Téllez, 33 años, en León. Ella llegó a la breve entrevista con la esperanza de una oportunidad de trabajo.
“Quiero una oportunidad de trabajo, necesito mucho trabajar, estoy totalmente disponible, mi tiempo es libre para venir a trabajar. Me gustaría una oportunidad en esta empresa sé que tienen estabilidad laboral y oportunidad de crecimiento”, dijo Pozo.
“Hay poco trabajo, hay poca estabilidad, hoy estas trabajando mañana ya no, ahorita estoy trabajando temporalmente con una doctora, le ayudo con las cosas de la casa, estuve trabajando como recepcionista 10 años en la clínica San José, de ahí me salí por un mejor salario, estuve también en Yazaky y me salí”, expresó Pozo.
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Otra joven que necesita trabajar es Elizabeth Regina Martínez, de 24 años, del reparto Héroes y Mártires de Zaragoza y licenciada en Ciencias Actuariales y Financieras de la ciudad universitaria.
“Vine a hacer unas compras y escuché que un muchacho pregunté por la feria de empleo, escuché que estaban agarrando papeles y me vine a dejar mis papeles. Le estaba ayudando a mi abuela a hacer nacatamales”, dijo Martínez.
“Es desesperante, no se encuentra trabajo y piden experiencia de tres a cinco años y uno que es recién egresado de la carrera no le dan la oportunidad porque no tienen experiencia para trabajar”, expresó Martínez.
Elvis Altamirano, de 37 años, originario de Sutiaba, estudió ingeniería en sistema, y considera en Nicaragua es complicado tener un trabajo.
“Es difícil conseguir un trabajo, anteriormente me he ayudado a trabajar en informática, tengo un mes de no trabajar y ahora que estoy buscando empleo”, dijo Altamirano.
Lo difícil de buscar trabajo en Nicaragua es que las opciones están cerradas, no hay una diversificación de trabajo, hay puestos que ya están establecidos; si vas a conseguir trabajo, debés tener un conecte del lugar al que vayás a trabajar”, Jaime González, técnico en Mecánica Industrial.
El problema se llama subempleo
Para el director ejecutivo de la Fundación Nicaragüense de Desarrollo Económico y Social (Funides), Juan Sebastián Chamorro, el contraste entre la realidad y las cifras oficiales de empleo del país surge porque la definición de desempleado es bastante restrictiva al definir bajo este concepto a las personas que no hacen ningún tipo de actividad más que buscar un trabajo.
“De tal manera que si la persona que está buscando un trabajo decide agarrar un par de revistas viejas que consiguió, ponerlas enfrente de su casa y venderlas, esa personas ya está ocupada, aunque no las venda”, explicó Chamorro.
Para Chamorro, la definición de desempleo en una economía en desarrollo y una informalidad tan alta como la de Nicaragua es bastante inútil. “Obviamente en un país como Estados Unidos no podés sacar unas revistas y venderlas en la acera de tu casa, porque la economía de los países desarrollados está formalizada”, sostiene Chamorro.
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En consultas realizadas por LA PRENSA a los aspirantes a una plaza de empleo es que casi en su totalidad tienen ingresos de supervivencia. Como lo ha hecho por un año Sandra Artola, que después de haber trabajado en un restaurante de comida rápida, vende zapatos para aportar en su casa.
“Lo que necesito es trabajar para tener ingresos, pero también para adquirir experiencia, porque lo malo es que van pasando los años y sin experiencia, menos que encuentre trabajo”, mencionó.
Para Funides es justamente en el subempleo donde radica el problema del país, ya que casi el 43 por ciento de la población está en este tipo de actividades donde no se gana el salario mínimo legal, no se trabaja la jornada laboral completa o las personas hacen cosas distintas a las que deberían de acuerdo con su preparación académica.
Para Chamorro, la discusión no debe centrarse en que si tenemos un 96 por ciento de empleo, sino en ese 43 por ciento de nicaragüenses que están subempleados, ya que ese es el principal problema económico. “Esa es la esencia del problema en el cual hay que enfocarse, ese es el verdadero problema que tiene el país”, insistió Chamorro.
Yo quiero trabajar para ayudar económicamente a mi familia y seguir invirtiendo en mis estudios, porque al final eso es un aporte para la economía del país, que tanto necesita seguir creciendo”.Enrique Sandoval, técnico en Contabilidad y Administración de Empresas.
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Subempleo sin control
Estar desempleado o no estar desempleado no implica estar empleado, implica estar ocupado y los ocupados están en dos categorías, explica el director ejecutivo de la Fundación Nicaragüense de Desarrollo Económico y Social (Funides), Juan Sebastián Chamorro. “Los ocupados plenos que llegan a su oficina de 9:00 a 5:00 ganan más del salario mínimo legal, están en el sector formal, pagan INSS y ellos son el 57.4 por ciento de la población. Luego están los subempleados, que son precisamente estas personas que están vendiendo las revistas viejas o que se les pide, por ejemplo, que vayan a preparar la tierra en una finca y trabajan dos horas en hacerlo y pasa de desempleado a subempleado”, explica Chamorro.