Hay que votar en las próximas elecciones municipales. No existe otra manera para aquellos que quieren un cambio político, más que participar votando. No existe otro camino, a estas alturas nadie va a coger un rifle y enmontañarse para propiciar una revolución o un giro para derrotar al orteguismo.
Pero hay algunos sectores en ese marasmo de la “Sociedad Civil”, que se oponen a que la ciudadanía vote, y los que ahora proclaman no votar son en algunos casos aquellos que antes sí decían que había que hacerlo, pues iban en cargos de elección. En otras palabras, la crisis de institucionalidad pringa también a la llamada Sociedad Civil, con sus comportamientos, actitudes y deficiencias.
En cuanto a la presencia y observación de la Organización de Estados Americanos (OEA), si bien es cierto permite que en estas elecciones se le dé un voto de mayor legitimidad al proceso electoral, no menos ciertas son las incertidumbres que a su alrededor se vienen caldeando, ante el avance del calendario electoral y a la ausencia de la delegación observadora, lo que fertiliza con aplomo el campo de las dudas y el señalamiento de muchos sectores sobre la desconfianza ante el conteo transparente de los votos por parte del Consejo Supremo Electoral, como lamentablemente ha ocurrido en procesos electorales pasados.
Hay que votar, pues además hay un desgaste del partido de Gobierno, el FSLN, que controla la mayoría de las alcaldías incluyendo la de Managua desde hace casi 20 años, generando un descontento endémico a lo interno y externo, como ha quedado en evidencia en las últimas semanas con el rechazo de bases sandinistas por la imposición del dedazo sobre sus mismos candidatos e impidiendo la rotación de cuadros, dejando sin cabida nuevos liderazgos.
Sin lugar a dudas los tiempos han cambiado. El comportamiento geopolítico de la región no es favorable al régimen actual, el que además está preocupado, entre otros casos, por el proceso de aprobación de la Nica Act en Estados Unidos y las repercusiones que dicha ley conllevaría al país.
Si votamos todos, es más difícil que el fraude electoral se dé, pues no es lo mismo un ralo conteo que una montaña de votos, cuya lectura esperamos expectantes, de la misma manera en la que con nostalgia excandidatos presidenciales como José Rizo y Fabio Gadea quedaron albergando en sus corazones después de las elecciones.
El autor es Candidato a Alcalde de Managua.