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Daniel Ortega, reformas

En Letra Pequeña

La principal motivación de López Pérez fue, y no lo olvidemos por favor, que Somoza no se siguiera reeligiendo una y otra vez. Si Somoza ha entregado el poder cuando terminó su turno nunca hubiese existido un Rigoberto López Pérez que lo matara.

Reelección

La reelección ha sido una plaga en la vida de Nicaragua. Un cáncer. Después de la llegada del desgraciado William Walker, Nicaragua vivió unos 30 años de relativa estabilidad porque al presidente que le tocaba se iba cuando terminaba su turno, hasta que vino uno, Roberto Sacasa, que se quiso reelegir en 1891. Se armó la de San Quintín. El saldo fue miles de muertos, una revolución, la liberal, y un señor, José Santos Zelaya, que decidió reelegirse hasta que lo sacaron por las malas. Luego vendrían los Somoza y sus mil mañas. A Somoza García lo matan precisamente cuando buscaba una nueva reelección, y la masacre del 22 de enero de 1967 se da porque se querían elecciones libres y que no se reeligiera ningún Somoza. Y después de tanta sangre, uno cree que ya deberíamos haber aprendido la lección.

Epidemia

Según un trabajo de la periodista Arlen Cerda que publicó el semanario Confidencial, el 66% de los candidatos a alcaldes de la lista actual  del Frente Sandinista buscan su primera, segunda, tercera y hasta cuarta reelección en el cargo. Algunos suman ya hasta 13 años en el mismo cargo. Una barbaridad. Una epidemia. Y uno hasta pueda entender que un buen alcalde se pueda reelegir una que otra vez, si la población así lo quiere, pero el asunto es que eso no sucede en Nicaragua. Aquí la los que se reeligen lo hacen a puro dedazo. Importa un bledo lo que los ciudadanos opinen.

Somoza

Los trucos de Somoza para repetir eran múltiples: desde presidentes títeres que le calentaran el cargo mientras él regresaba, pactos con partidos zancudos y reformas constitucionales de último momento para quitar los candados. La bandera contra la reelección encabezó muchas revueltas contra los Somoza, y se saldó con sangre de hombres muy valientes.

Carrera de relevos

¿Se acuerdan cómo se reeligió Daniel Ortega? Fue una carrera de relevo. Ortega y unos alcaldes se quejaron ante el Consejo Supremo Electoral que la Constitución les estaba violando sus derechos al no poder reelegirse. ¡Miren que descaro! El CSE recibió la queja a la 11.45 de la mañana del 16 de octubre, a las 4:10 de la tarde ya la habían llevado a una sala de Apelaciones y estos salieron corriendo a la Corte Suprema de Justicia, que en tiempo record aprobó una sentencia, con convocatorias nocturnas y un magistrado, Francisco Rosales, que redactó en 90 minutos las 25 páginas de la sentencia. Usain Bolt se moriría de envidia viendo correr a estos relevistas. Desde cualquier lado esa sentencia siempre fue más falsa que los billetes de Monopoly. Pero Ortega no sabe de esas vergüenzas. Y se reeligió. Y se reeligió otra vez.

Contagio

Todos sabemos la razón por la que hay tanto alcalde reeligiéndose: Daniel Ortega necesita establecer la reelección como la forma natural de gobernar para poder justificar sus tantas reelecciones. No lo hace por ellos. No nos equivoquemos. Lo hace por él. Dañar a Nicaragua. Contagiar a otros. Los usa para legitimar como bueno y revolucionario, lo que antes era malo y somocista.

Pecados

Los pecados de la reelección son muchos. Promueve la corrupción, en tanto el funcionario se atiene a que nadie revisará su anterior desempeño. Estimulan la concentración del poder. Pero el mayor pecado es que castran la aparición de nuevos liderazgos en la política y su relación con el poder público. Y es precisamente la necesidad que tienen esos nuevos liderazgos de emerger lo que ha terminado provocando la aparición de revueltas, golpes de Estado, guerras y revoluciones en el mundo, y Nicaragua sabe mucho de eso.

Rigoberto López Pérez

El 21 de septiembre de 1956, Anastasio Somoza García bailaba alegremente “Caballo Negro” en el Club de Obreros de León. Celebraba su candidatura para otra reelección. Somoza se fue a sentar. Rigoberto López Pérez, un joven poeta, se acercó con una bandeja de mesero que le cubría un revólver con el que disparó cinco balazos contra la humanidad del dictador. De Rigoberto López Pérez podrán decir ahora que era un revolucionario, un sandinista, que él vislumbro el gobierno que encabezaría “el comandante Daniel Ortega y la compañera Rosario Murillo” y por ello estuvo dispuesto a dar su vida. Mentiras. La principal motivación de López Pérez fue, y no lo olvidemos por favor, que Somoza no se siguiera reeligiendo una y otra vez. Si Somoza ha entregado el poder cuando terminó su turno nunca hubiese existido un Rigoberto López Pérez que lo matara.

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COMENTARIOS

  1. manoemono
    Hace 7 años

    La costumbre de reelegirse parece estar en el ADN de los nicaragüenses. Véase por igual el ejemplo del presidente del COSEP, quien ya lleva varias reelecciones en su cuenta.

  2. luis lopez
    Hace 7 años

    Excelente articulo, digno de un Ciudadano del norte de nicaragua,donde la dignidad esta sobre los miserables beneficios del poder.,los nicaraguenses debemos hacer nuestras las palabras de Martin Luther King “No me duelen los actos de la gente mala,me duele la indiferencia de la gente buena.” los nicaraguenses no debemos ser indiferentes,ante los procedimientos fraudulentos de este gobierno.

  3. maestro rural
    Hace 7 años

    Y los partidos liberales no enarbolan la bandera de Rigoberto Lopez Perez y divulgan las razones que que le impulsaron a tomar la determinacion de ajusticiar a Somoza. Esto para que las actuales generaciones veneren la memoria de este heroe.

  4. carlos vasquez picado
    Hace 7 años

    Dios salve a Nicaragua.

  5. Alexander Blandon
    Hace 7 años

    Excelente articulo.

  6. Alpinio Palacios
    Hace 7 años

    El “Síndrome Ortega” es una continuación de la interminable y reminiscente secuencia del sectarismo y caudillismo en Nicaragua. Hablando en Fabian’s terminología nicaragüense, el bachiburro Ortega se ha convertido en una pesadilla y ciénega latente a las buenas costumbre cultivadas por los nicaragüenses hasta antes de la llegada de esta plaga piricuaca. En el buen sentido común como solía describirlo Descartes en su Discurso del Método, las consecuencias hilvanadas y teniendo a Rigobertos o Baez Bones como ejecutores de esta realidad histórica, es predecible auscultar que la solución está puesta en marcha.

  7. Hace 7 años

    Eso es lo que va salir sucediendo , pero la voracidad de estos es infernal, tanto va la gota al vaso , hasta que se rebalsa- Decía por ahí un vecino , que al menos aquellos ( Los Somoza) eran menos, la familia de estos es numerosa.
    Ya hasta hay personeros que crean grupos con el nombre de uno de los hijos de la pareja , esto es de Ripley.

  8. Pepe Turcon
    Hace 7 años

    Siempre excelentes sus artículos Don Fabián y confirman una vez mas que aunque el ambiente sea conocido el porque suceden hechos imprevisibles como el que usted relata. El que ya viene, ya viene y es el ambiente el que se esta dando a tal punto que ya se puede predecir.

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