La seguridad de los estudiantes es el principal argumento que la dirección del Instituto Nacional de Segovia Leonardo Matute, de Ocotal, justificó por la suspensión del tradicional carnaval de disfraces que todos los años realiza la comunidad educativa más grande de esta cabecera departamental.
La celebración del 2016 trae “mal sabor” a la dirección del centro debido a que presuntamente un grupo de jóvenes de barrios vecinos se “infiltró”, muchos de ellos con armas blancas y tomados de licor, para tomar venganza con otros grupos y en la trayectoria del carnaval las pedradas y golpes entre los participantes disiparon la algarabía.
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La profesora Gregoria López Aguilar, con veinte años al servicio del centro, recalcó que si algo hay que destacar en los 55 años de existencia de este instituto, es que “ha sido formador de excelentes estudiantes y grandes profesionales que hoy brindan sus servicios en todo el país”.
Enfatizó que se decidió que no realizarían el carnaval “para evitar lesiones o hasta muertes innecesarias, es mejor suspenderlo temporalmente como una medida de seguridad”, dijo la profesora López.
Con menos espacios
Carlos Lenys opinó que la suspensión “se llama miedo a la inseguridad, ganan los malos, y cada vez nos dejan con menos espacios de convivencias comunitarias; actividades sanas y esparcimiento son sometidas al miedo que provocan los grupos juveniles delincuenciales, que el miedo no nos venza”.
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En tanto, Omar Rubio, del instituto de Ocotal, recordó que el carnaval tiene su origen tres años después de fundado el centro, “cuando se respetaba y se mantenía el orden, obedecíamos las directrices que se nos daban, siempre fue algo que causó alegría y felicidad tanto en el estudiantado y ciudadanía, pero había respeto”.