Al año, el lago de Apanás, en Jinotega, recibe cuatro mil toneladas de sedimento, cifra que ha ido incrementándose por la deforestación que facilita mayor erosión desde las microcuencas.
Además de la sedimentación, la contaminación por plaguicidas es otro de los problemas que atenta contra este espejo de agua que mide 38 kilómetros cuadrados, explicó Guillermo Gutiérrez Castillo, coordinador del proyecto Gestión integrada del paisaje del lago de Apanás de la organización Veco Mesoamérica.
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El problema de la deforestación se relaciona con el mal manejo de las fincas por parte de los productores, quienes no emplean buenas prácticas ambientales, sostuvo Gutiérrez. En el lago de Apanás desembocan ocho ríos, los cuales son los que conducen la gran cantidad de sedimento, el cual se va acumulando en el fondo del lago.
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Ante esta situación hay pronósticos, y el más pesimista es que de continuar el nivel de sedimentación al ritmo actual, en unos cinco años el lago podría reducirse más de lo esperado.
Por ello, Gutiérrez, afirmó que mediante el proyecto Gestión integrada del paisaje del lago de Apanás,implementarán planes de buenas prácticas ambientales en las fincas, lo que involucra no solo a los productores sino a otros actores. En su caso, el trabajo incluye a mil productores de hortalizas, quienes también asumen costos.
Contaminación debe ser cautelosa
Aunque los niveles de contaminación encontrados en el lago de Apanás no es alarmante, es un factor que atenta contra este cuerpo de agua. Es por tanto, que se requiere trabajar con los productores para que sepan cómo hacer un control de plagas sin poner en peligro el lago, explicó Guillermo Castillo, coordinador del proyecto Gestión integrada del paisaje del lago de Apanás, el cual inició este año.