En el mes que se celebra la Independencia de Nicaragua y la Batalla de San Jacinto, el historiador Nicolás López Maltez analiza cómo era Nicaragua en esos años, el papel de los próceres nicaragüenses y el contexto de la histórica batalla.
López Maltez, un reconocido fotógrafo y quien ha publicado libros de fotografías de la vieja Managua y también la historia de la Guardia Nacional, es miembro de la Academia de Historia de Nicaragua y su casa está atestada de libros sobre la vida del país.
En esta entrevista también explica cómo los nicaragüenses celebran estas fechas sin que la mayoría de ellos comprenda bien el porqué y también analiza cómo la actualidad del país, con el régimen orteguista al frente, está relacionada con los hechos pasados.
Nicolás López Maltez tiene una colección de libros que hablan sobre la historia de Nicaragua. LA PRENSA/ ÓSCAR NAVARRETE
¿Hay que celebrar la Independencia o hay alguna reserva?
Hay muchas reservas. La Independencia vino con una suavidad en 1821, pero no fue una independencia de los pueblos. Fue una independencia de las oligarquías, de los que ya mandaban y después de la Independencia siguieron mandando.
¿Y los próceres de la Independencia, los nicaragüenses, tienen méritos?
Miguel Larreynaga, un intelectual, ayudó a la redacción del acta pero no firmó, no aparece en la firma. No podían firmar todos los que participaron, eran los representantes de determinados poderes. Todos los que firman son criollos. El único indio que debió haber estado ahí, pero ya no vivió para estar ahí, fue el doctor y presbítero nicaragüense Tomás Ruiz, chinandegano, era indígena. Y ellos se rebelaron en 1813. Hicieron una conjura, en el Convento de Belén, y en el plan estaba capturar al capitán general, y echarlo preso y mandarlo a España, es un poco romántico el asunto. Lo procedente era matarlo, pero ellos no tenían ese hígado de matar. Eso de convertirse en un asesino, y a un prisionero, ellos tenían muchos escrúpulos. El plan era capturar a los principales y mandarlos para España y hacerse del poder. Y casi todos eran sacerdotes, incluyendo al nuestro, Tomás Ruiz, que es el verdadero prócer de la Independencia, que aquí no se celebra, aquí se ignora.
Tomás Ruiz sí merece ser un prócer, ¿y Miguel Larreynaga?
También, por intelectual. Porque es el principal redactor del acta.
¿Eso es todo lo que hizo?
Sí, pero ya es bastante.
¿Cómo era Nicaragua al momento de la Independencia?
Con una tremenda presencia indígena, fuerte, muy sometidos a la religión católica. Basta decir que la Purísima vino en 1562 a Nicaragua, y la trajo un español, no fue una aparición milagrosa, como en México, que en el manto de Juan Diego apareció pintada la Virgen. En Nicaragua vino en barco, en un baúl, la pusieron a lomo de mula y de El Realejo se la llevaron a Tezoatega, que hoy se llama El Viejo. Ahí la llevó un español que se llamó don Pedro Alonso Sánchez de Zepeda y Ahumada, que tenía una hermana monja, y la hermana monja le dio la imagen para protección. La razón por qué este hombre vino por el lado del pacífico es porque el atlántico estaba infestado de piratas, entonces de La Habana pasó a Veracruz, de Veracruz a Acapulco y de Acapulco iba para Perú, pero a medio camino hubo un huracán, tiene que haber sido un septiembre, el barco se refugió en el puerto de la Posesión o El Realejo, que hoy es Corinto. Pero El Realejo está lleno de manglares, por consiguiente es el reino de los zancudos y allí es inhabitable todavía hoy. Entonces, todo su equipaje, en una recua de mula, de El Realejo a Tezoatega, que era buen viento, buen clima, mucha comida, mucha gente, muchos indígenas. Entonces ese era el aspecto de Nicaragua. La población era mínima, estamos hablando después del despoblamiento que hicieron los españoles, llevando de esclavos a los indios nicaragüenses a la conquista de Perú, y de la masacre que hicieron, en Nicaragua quedaron entre doscientos y trescientos mil habitantes en todo el país.
¿En qué momento Nicaragua comienza a ser como hoy la conocemos?
En 1838, en Masaya, Nicaragua declara su independencia y lo celebraron con desfiles de carrozas y canéforas y ángeles y todo, como si fuera una cosa maravillosa y se estaba separando de la unión centroamericana, digamos una separación formal, pero Centroamérica seguía siendo prácticamente una sola nación y eso se fue diluyendo cuando fueron reforzándose las fronteras, hasta que las fronteras se consolidan y hacemos el ridículo de hacer cinco países, que si sumamos a Belice y a Panamá, es medio millón de kilómetros cuadrados. Y para que tengamos una comparación, con un país mediano, Colombia sola tiene un millón cien mil kilómetros, más del doble de Centroamérica entera, de los siete países, porque estoy incluyendo a Belice y a Panamá. Nicaragua tiene el mayor territorio de Centroamérica. Cuando yo estuve en primaria eran 148 mil kilómetros lo que decían los textos, pero después de que La Haya falla en contra de Nicaragua por el territorio en litigio durante el gobierno de Luis Somoza, no solo le dan el territorio en litigio a Honduras, sino que llevan la frontera hasta el río Coco, y entonces ahora en la escuela se dice que Nicaragua tiene 130 mil kilómetros cuadrados. En esa operación de La Haya perdimos 18 mil kilómetros cuadrados, aparte de todo el territorio en litigio, que ya no está en litigio, ahora es Olancho, Honduras. Aún así, Nicaragua sigue siendo el territorio más grande de los países centroamericanos, pero de qué tamaño somos que el estado de Chihuahua, al norte de México, es más grande que Nicaragua. Tiene más de 200 mil kilómetros cuadrados.
¿Centroamérica debe estar unida?
De hecho es un solo estado, pero con cinco caciques y ninguno quiere ceder por aquello de que prefieren ser cabeza de ratón que cola de León. Pero la verdad es de que tenemos, vamos a meter a Belice y a Panamá, siete embajadores en Londres, siete en Washington, siete en Francia, siete en todas partes del mundo. Tenemos siete presidentes, siete ministros de Economía, siete ministros de Educación, siete, siete, siete, cuando deberíamos de ser uno y uno y uno. Eso es costoso.
¿No se traduce en mejoría?
Para nada. Esto es como los pequeños finqueros que cada uno hace esfuerzos para tener un tractor y solo lo va a ocupar un mes al año, cuando se podía hacer una cooperativa de siete finqueros, comprar un tractor y usarlo una semana cada uno. Y tener una sola planta eléctrica, dándole energía a una cooperativa de producción. Pues Centroamérica no es una cooperativa, debiera de serlo pero no lo es.
¿Qué es lo más significativo que ocurrió en el país en ese entonces que se puede ocupar hoy como una lección?
La única lección que se puede tomar de la independencia es que Nicaragua fue reacia, contraria a la independencia, porque el obispo Nicolás García Jerez, que era el rey de Nicaragua, amo y señor porque era el que gobernaba al gobernador Saravia, cuando él recibe el Acta de Independencia de 1821, él no está de acuerdo. Y si no está de acuerdo él, Nicaragua todavía no acepta esa independencia. Y entonces emitió la famosa Acta de los Nublados del día en que dice: no aceptamos esa independencia, vamos a esperar a ver qué pasa cuando pasen los nublados del día. Esos nublados todavía no terminan de pasar.
En el desarrollo del país, ¿cuáles han sido sus principales problemas?
Siempre el principal problema de Centroamérica y de América Latina es la ignorancia. Porque la ignorancia es lo que genera todo lo demás. El primer producto de la ignorancia es la pobreza. Y eso lo podemos ver a nivel personal. Si una persona tiene una profesión o un oficio, no puede ser pobre. Pero si nosotros tenemos un ciudadano que no tiene ningún oficio, ni ninguna profesión ni sabe trabajar en nada, es aquel que anda pidiendo empleo diciendo de lo que sea. Y ese oficio no existe. El ignorante matemáticamente es pobre. Instruimos a un ciudadano en un oficio, aunque sea técnico, carpintero, soldador, y ya deja de ser pobre. La ignorancia es el mayor y único problema madre de toda América Latina. Somos países compradores de los países cultos, de los países tecnificados. Si nosotros salimos a la calle, en cualquier momento, vamos a ver mil veces en el día la palabra Toyota, y nosotros no somos capaces en América Latina de generar una marca de automóviles, no podemos fabricar, no tenemos la tecnología, somos ignorantes en eso.
Tengo entendido que desde la Independencia Nicaragua también ha estado afectada por las guerras internas, desde un inicio.
El caciquismo. Si nosotros vemos la figura actual de Pablo Escobar Gaviria y el “Chapo” Guzmán, ese es el tipo de gobernantes que ha tenido Centroamérica. Son secuestradores de un estado chiquito, que tienen un grupo armado y con eso gobierna, o manda más que gobierna. Y manda caprichosamente, según lo que él entiende que son sus intereses. Pero, en su mente por ningún momento pasa la idea de educar a su pueblo, porque un pueblo educado matemáticamente es un pueblo libre.
En este mes de septiembre los estudiantes desfilan…
Son actos mecánicos.
Todo mundo compra una bandera azul y blanco.
Actos mecánicos. Actos mecánicos porque no tienen profundidad, no tienen sentido de las cosas. Es más, esos actos mecánicos los vemos en cada ministerio de Nicaragua, en cada oficina pública. Están dos pabellones, dos trapos, el azul y blanco, y un trapo rojo y negro. Eso es un acto mecánico, hipócrita. ¿Cuántos admiradores de Daniel Ortega hay? Quién sabe, tal vez no pasan de El Carmen. La gran mayoría son un ejército de hipócritas, con uniforme, sin uniforme, con ministerio, sin ministerio, jóvenes y viejos, todos son hipócritas, vividores, que se disfrazan del que está mandando. Esta misma gente, sus padres son los que llenaban las plazas cuando Somoza. Y son los nietos de los que llenaban las plazas cuando Emiliano Chamorro. Y los bisnietos de los que llenaban las plazas con José Santos Zelaya. El oportunismo es piratería, es inmoralidad. Patriotismo cero.
Nicolás López Maltez, historiador y periodista. LA PRENSA/ ÓSCAR NAVARRETE
En septiembre también celebramos el 14, la Batalla de San Jacinto.
Tiene mejor significado. La estupidez del nicaragüense en general, cuando es incapaz de destruir al enemigo, importa mercenarios. No es solo el caso de Castellón y de Jerez, que contrataron a Byron Cole y Byron Cole le vendió el contrato a William Walker. Y eran liberales. Para destruir a los conservadores de Granada importan mercenarios. Los mercenarios se dan cuenta inmediatamente que aquí es una nación de líderes estúpidos y se agarran el mandado.
¿Les interesaba la ubicación geográfica del país o había otros atractivos?
Ya Vanderbilt estaba metido en Nicaragua. Vanderbilt estaba más interesado en la ruta de los barcos, para competir con la ruta de Panamá. La ruta de Nicaragua, un poco más complicada, porque no había canal, era llegar a Colón en tren y otra vez barco, pero era más lejos llegar a San Francisco, que era la ruta. Por Nicaragua era el río San Juan, a pesar de que están ahí los rápidos de El Castillo, que no dejan pasar barcos, pero los pasajeros a pie caminaban esa rampa de piedra, y ya habían otros barcos al otro lado, que los llevaban hasta La Virgen y ahí había un grupo de diligencias que hacían los veinte kilómetros de La Virgen a San Juan del Sur. Esa ruta ya estaba funcionando cuando contrataron a Byron Cole y a William Walker, digámoslo así, para los liberales lograr destruir a los conservadores. Al final de la historia William Walker termina conquistando a los granadinos y se dio el lujo de fusilar a los líderes, por traición. Es más, apareció el padre Vigil y en la Catedral bendijo las armas de los filibusteros. El cura filibustero le dicen.
La ignorancia siempre.
Nunca es otra cosa.
El 14 de septiembre también tiene sus héroes, Andrés Castro, José Dolores Estrada…
Eran verdaderos héroes.
De Andrés Castro dicen que solo lanzó una piedra…
Él estaba en el combate. Ellos usaban fusil de chispa. Había que meterle un taco al fusil, baquetear. Meterle la pólvora, baquetear. Ponerle el balín, baquetear. Y después ponerle el tapón, baquetear. Y hasta entonces ya estaba lista una mecha como de mecate que se encendía con la chispa, y entonces disparaba. Pum, una vez. Y después volver otra vez. Había que baquetear para limpiar y después volver a meter el taco. No le dio tiempo, agarró la piedra y fue más efectiva. Los filibusteros traían fusil Minié de retrocarga, o sea, de munición. Se mete y pra pra, ya está listo. Pum. Jala. Mete la otra munición, pra, pum. No está baqueteando. Eran los fusiles Minié. De los que están ahí en las urnas de San Jacinto ninguno es Minié.
¿Eso es un engaño al público?
Lo que pasa en este país, por ignorancia y por codicia, como que si no se va a morir. Alejandro Magno, cuando lo enterraron él había ordenado que en el ataúd dejaran las manos de fuera, que se le vieran las manos y que los médicos cargaran el ataúd. Primero “para que se vea que no me llevo nada. Las manos van limpias. Y segundo, que los médicos no pueden nada contra la muerte”. Esa pequeña lección no la han aprendido. Daniel no es inmortal, como él piensa que lo es, y no solo lo piensa él, lo piensa su familia y todos los parásitos que están pegados a él. ¿Vos has visto a las ballenas cómo se le pegan los pecesitos parásitos? Así igual.
¿De la Hacienda San Jacinto qué me puede decir?
Que está en el valle de Ostocal. Era de un señor Bolaños. Allí hubo dos batallas. Hubo una escaramuza el 5 de septiembre porque en ese valle de Ostocal la hacienda San Jacinto era la llave del valle. No era la única hacienda pero era la llave. Los yanquis, que tampoco son dechados de sapiencia, estaban fascinados de comer carne en Nicaragua, gratis. Ellos iban en partida a robar ganado al valle de Ostocal y entraban por la Hacienda San Jacinto. El 5 de septiembre de 1856 ya estaba la tropa allí, esperando a una pequeña partida de yanquis y hubo una balacera y los yanquis se corrieron porque eran minoría, estaban en desventaja numérica. Pero cuando se dan cuenta que tienen cerrado el acceso al ganado para la carne de la tropa gringa, mandan ya a un cuerpo militar más considerable, que ya fue al amanecer del 14 de septiembre.
¿Qué hace especial a esa batalla?
Los yanquis eran más técnicos. Tenían más conocimiento militar que los nuestros. Hicieron tres columnas y las tres columnas atacaron la casa hacienda. El hombre que participa bastante en la táctica de defensa es el segundo al mando, Patricio Centeno, él es el que hace troneras de adobe para poner rifleros y usa los cercos de piedra. Pero también había un corral de ordeño, que es donde fue más fuerte la acción. Los yanquis van ganando. Entonces sale una guerrilla, se fue por detrás hasta llegar a la parte alta donde comienza a subir el cerro y allí estaba la remonta, las mulas de servicio de la hacienda, las que usan los mandadores para arrear el ganado y todo eso. Entonces ellos empujan una estampida. Todos los testimonios dicen que los americanos creen que viene una caballería de refuerzo, un ataque sorpresivo y se corren, y eso fue una matancina. Hay autores que dicen que no hubo tal estampida, pero esos que niegan no tienen ninguna base para decir por qué se corrieron los yanquis, por qué a Byron Cole lo fueron a alcanzar ya llegando a Tipitapa.
Allí estaban los indios flecheros y no se les reconoce…
Tampoco a Rigoberto Cabezas. Nicaragua sería la mitad de lo que es y no se le reconoce. Se le pone Salvador Allende al puerto y Salvador Allende nunca estuvo en Centroamérica, menos en Nicaragua. Así que la falta de reconocimiento es mucha. Lo típico de los caciques de Centroamérica y de Nicaragua es que cuando entra un cacique no quiere reconocer que el cacique anterior algo hizo que le sirve ahora. Te voy a poner un ejemplo: el puerto que hizo la Chayito no lo hubiera podido hacer si Somoza no manda a echar todos los escombros del terremoto de Managua para rellenar, para hacer un puerto lacustre. Ese era el plan. Ese relleno era para un puerto lacustre. Entre Somoza y la Chayito hicieron el puerto que estás viendo ahí.
Hay nuevos héroes en la Constitución Política, hasta un prócer nuevo.
Esto es un carnaval de politiquería. Inventan héroes pero que son de su partido. Héroes amigos, héroes que le favorecen. Como el cardenal, prócer vivo. Se va a olvidar en la historia. Y si se va a recordar será con sarcasmo. Él se ha prestado a eso. Si vos le preguntás a un bachiller o a un abogado, o a un universitario, quién era Casto Fonseca, nadie va a saber quién es. Su título era el Gran Mariscal de Nicaragua.
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Lo más importante para saber en este mes de septiembre…
Que no se puede andar haciendo celebraciones mecánicas, que antes de salir a la calle a marchar y haciendo hasta con rumba, ahora hacen malabares, pirámides humanas y un montón de cosas de carnaval, antes de eso hay que aprender qué significa cada fecha, cuál es la profundidad, la importancia y sobre todo cuáles fueron los errores que se cometieron en esas fechas para no repetirlos. Mientras exista la ignorancia sembrada a través de los siglos en estos países vamos a ser pobres, ignorantes. Si la Independencia, de 1821, y la Batalla de San Jacinto de 1856, no sirven para darnos la libertad, el conocimiento y la educación, aquí no hay independencia de ninguna clase.
Plano personal
Nicolás López Maltez es miembro de número de la Academia de Geografía e Historia de Nicaragua y miembro correspondiente de la Academia de Geografía e Historia de Guatemala. Graduado de honor en la Escuela de Periodismo de la Universidad Nacional Autónoma de Nicaragua (UNAN), ha ejercido profesionalmente el periodismo desde 1963, fundador de Teleprensa primer noticiero televisado de Nicaragua en 1963 y fundador del periódico La Estrella de Nicaragua en Miami en mayo de 1986, con 31 años de circulación ininterrumpida.
Heredó en 1956 los estudios fotográficos Galería del Arte, fundados por su padre Justo Pastor López Rivera en 1940.
Contrajo matrimonio con Norita Morales el 14 de abril de 1957. La pareja procreó 6 hijos, quienes les han regalado 11 nietos.
