Cuando Marlon Miranda fue llevado al servicio militar, no pensó que luego sería abandonado por sus dirigentes y que le negarían una vivienda digna. Él actualmente vive en un pequeño asentamiento, ubicado al fondo del barrio Hugo Chávez, en la ciudad de Boaco.
Mientras repara el plástico que sirve de pared o el zinc de la casa de su madre, Miranda relató que unas veinte familias viven en este sector, y que pese a las múltiples promesas de reubicación, tienen ya siete meses de vivir en la misma situación: sin agua potable, energía eléctrica ni letrinas.
“Estamos aquí aguantando lodo y zancudos porque tenemos necesidad, yo me vine para acá porque tengo derecho a un pedazo de tierra, yo fui al servicio militar tres años y el sandinismo nunca me ha dado nada, aunque anduvimos defendiendo a la patria”, espetó el poblador.
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Dicho asentamiento nació cuando un grupo de personas, empujadas por la necesidad de viviendas, decidió instalarse casi a orillas del río Fonseca. Originalmente, eran doce casas y ahora suman más de veinte.
¿A cambio de votos?
Rosa Guzmán comentó que la nueva promesa del secretario político departamental del FSLN, Manuel Fuertes, es que los reubicarían dentro de cuatro meses y que ya tenían el terreno para hacerlo.
Ivette Martínez relató que los pobladores del asentamiento fueron invitados a participar en las marchas de campaña electoral de la candidata del FSLN y actual alcaldesa Karla Espinoza, donde les aseguraron que si ese partido ganaba las elecciones, ellos serían reubicados.
“(La alcaldesa) nos dijo que aquí ya no se construyeran más casas y que aquí ya no se metiera nadie más, porque ella no tenía terrenos para darnos, que si ganaban las elecciones nos daban el terreno, si no, no; me lo dijo a mí personalmente”, aseguró Martínez.
Agregó: “Nosotros queremos que nos resuelvan esto antes de las votaciones, eso pedimos, antes de las votaciones, porque después de las votaciones ni nos van a volver a ver, nos van a venir a sacar más bien”.
Actualmente, la Alcaldía cuenta con tres manzanas de terreno, ubicadas detrás del barrio Jorge Smith, las cuales adquirió el año anterior a un costo de 90 mil dólares, para la construcción del parque de ferias, que finalmente fue edificado en otra zona.