Una pelea hipnótica, con los ingredientes necesarios para la dignificación del boxeo se vivió en la lucha entre Saúl “Canelo” Álvarez vs. y Gennady Golovkin. El joven proyectado como una estrella de telenovela por las televisoras mexicanas se hacía mayor, enfrentando al duro kazajo.
Entre tantos análisis, lo que parecía una realidad era que la pegada de “GGG” se impondría, pero un valiente “Canelo” la supo sortear. Más mental, más técnico que físico, gestionando sus emociones hasta tener el oficio de afrontar situaciones adversas durante el combate, el mexicano interpretó magníficamente el concepto de cómo ser mejor sobre el cuadrilátero.
Inicio frío
Golovkin, un cazador de mandíbulas, empezó desconcertado, sin embargo, solo necesitaba encontrar una rendija para definir la pelea. Golovkin demostró una convicción admirable. Subió al ring a lanzar hasta el último aliento, soportó las mejores combinaciones del contragolpe de Álvarez, no le faltó ni juego ni espíritu, simplemente falló más de lo que acertó por la cintura del rival, y cuando logró tocar con su derecha destructiva con fortaleza (quinto y octavo asalto), el tapatío vivió para contarlo.
Siempre se colocó en tela de juicio los rivales de ambos peleadores. Golovkin necesitaba tanto de “Canelo” como el mexicano del kazajo. Era la mejor fórmula para medir a dos grandes peleadores de peso medio urgidos de credibilidad popular.
Un claro ganador
Y aunque la reyerta terminó en un empate, el boxeo dejó claro una vez más que no hay verdades absolutas ni certezas inquebrantables. “Canelo” tambaleó a Golovkin en el décimo asalto, y cuando el campeón quería castigar hasta el fin al mexicano, aparecían las piernas para salir de los escombros.
Ningún peleador pretendió ser alguien que no era. Golovkin se dedicó a la caza del mexicano, aunque su defensa endeble era perforada con facilidad, tenía un objetivo como en cada uno de sus compromisos y así trató de hacerlo.
“Canelo” se dedicó al contragolpeo, que era lo previsible por la pegada y mayor portento físico del kazajo. Dos guerreros que hicieron sus tareas y regalaron un gran espectáculo digno de aplausos por tanta escases de los últimos tiempos. No obstante, a pesar que vi ganar a Álvarez (115-113) porque aunque tiró menos golpes, supo manejar el combate a su ritmo, haciendo fallar constantemente al oponente e intercambiar metralla cuando era necesario, demostró más integralidad de cualidades, superando a un uniforme kazajo.
La revancha debería ser una obligación, y aunque se desmitificó el poder de Golovkin y se fortaleció el nombre “Canelo”, en un segundo combate, el kazajo tiene la ventaja, porque sólo necesita una rendija para perforar, “Canelo” 12 asaltos para construir un triunfo.