Miguel Ángel Aburto Dávila está siendo procesado porque obligaba a cuatro niños entre nueve y 12 años a mendigar en los semáforos de Plaza Las Victorias en Managua.
Durante el día los vigilaba y por la noche les quitaba las ganancias y si se negaban los golpeaba, según acusación fiscal.
Estos hechos son tipificados como trata de personas con fines de mendicidad, sancionado por las leyes de Nicaragua.
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Según el protocolo de las Naciones Unidas “la captación, el transporte, el traslado, la acogida o la recepción de un niño con fines de explotación se considerará trata de personas, incluso con esta definición, el transporte de un niño a un centro urbano para fines de mendicidad constituye trata, independientemente de que sea exigido por un miembro de la familia o un tercero”.
Los golpeaba
En este caso que se ventila en el Juzgado Segundo Especializado en Violencia de Managua; ante el juez suplente José Ernesto Martínez; el procesado captó a los niños ofreciéndoles protección de los otros adultos que se dedican a lavar carro en el mismo sector, pero luego los obligó a pedir dinero y a entregarle las ganancias recolectadas durante el día. Incluso un menor denunció que el procesado intentó violarlo, según acusación de la Fiscalía.
Para esto el procesado Aburto Dávila los vigilaba de cerca mientras elaboraba adornos hechos con hojas de palma, mismos que eran ofrecidos por las víctimas a los pobladores que esperaban la luz verde en dicho semáforo a cambio de dinero.
La denuncia la hicieron vecinos del lugar al Ministerio de la Familia y este a su vez a la Fiscalía. El juicio continuará el 5 de octubre.
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El 70 por ciento de las víctimas de trata de personas con fines de mendicidad, se estima que son niños, según estudios realizados por UNICEF, expertos presumen que se debe a la mayor presencia de niñas en la trata con fines de explotación sexual.
El juicio contra Miguel Ángel Aburto Dávila se está desarrollando a puertas cerradas por tratarse de víctimas menores de edad.