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Amenazas a la salud en centros laborales

Como señaló el papa Francisco, en su homilía en Cartagena (10-9-17), existe una “tragedia de la explotación laboral”. Parte de esta tragedia es la amenaza a la salud de los trabajadores.

La Organización Internacional del Trabajo (OIT) establece el principio de protección de los trabajadores respecto a enfermedades y accidentes laborales, sin embargo, para millones de personas eso está lejos de su realidad. Muchas tragedias pueden evitarse mediante prácticas de higiene y seguridad ocupacional, que gobiernos, empleadores y trabajadores deberían instaurar para preservar su salud y sus vidas. Entre las principales causas que originan enfermedades y accidentes de trabajo están: negligencia de empresarios, ahorros mal entendidos de las empresas, indiferencia de gobernantes, y desastres naturales.

Según la Constitución de Nicaragua, el Código del Trabajo, y la Ley de Higiene y Seguridad del Trabajo, los empleadores deben garantizar y mantener el más alto grado de salud física, mental y social de los trabajadores en sus actividades; prevenir el deterioro de su salud causado por las condiciones laborales; protegerlos frente a los riesgos derivados de su desempeño y asegurarles condiciones adecuadas para proteger su salud física y emocional. Sin embargo, para la mayoría de nicaragüenses el acceso a la salud pública y privada es prohibitivo, siendo la desatención a los temas de salud pública, en particular, la salud laboral, un obstáculo abrumador para lograr su bienestar social.

Los honorarios cobrados por médicos, clínicas y hospitales privados son excesivos y solo pueden ser pagados por un grupo reducido de la población. En centros y hospitales públicos la atención es gratuita, pero sus doctores y enfermeras hacen turnos prolongados, ganan salarios indecentes, usan equipos desactualizados o en mal estado, y tienen inventarios de medicinas limitados o inexistentes, por lo que los pacientes los deben comprar a precios onerosos. El 70 por ciento de la Población Económicamente Activa (PEA) nicaragüense labora en la economía informal y del resto solo el 33 por ciento está afiliado al Seguro Social, institución que enfrenta una debacle financiera y de servicios, problemas legales con las pensiones y beneficios, y una administración atropellada, agravada porque muchas empresas incumplen con el pago de las cuotas patronales y las retenciones hechas a sus empleados.

Numerosas empresas tienen directores poco sensibles a los temas de recursos humanos, que soslayan los principios básicos de administración e incumplen las leyes nacionales e internacionales para proteger a los trabajadores (incluidas muchachas embarazadas y jóvenes), laborando en instalaciones inadecuadas, o de riesgo, sin protección ante materiales tóxicos y equipos pesados; hacinados, sin ventilación, con falta o exceso de luz, en jornadas agotadoras, disciplina carcelaria y salarios injustos; sin salidas de emergencia, lugares limpios para comer ni servicios sanitarios. Desafortunadamente, gobernantes y líderes sindicales desatienden estas condiciones laborales.

Según la OIT, cada año ocurren en el mundo 317 millones de accidentes o enfermedades relacionadas con el trabajo, dejando 2.3 millones de muertes. El costo económico por malas prácticas de seguridad y salud se estima en el 4 por ciento del PIB global anual. En Nicaragua, durante el año 2016 el INSS pagó 775 millones de córdobas por muertes, accidentes laborales e incapacidades, vinculadas con el trabajo. En 2015, el INSS otorgó 1,400 millones de días de subsidio, y pagó 279 millones de córdobas. Estos montos no incluyen costos de las empresas por pérdida del capital humano entrenado, reemplazo temporal, o definitivo, capacitación, accidentes no reportados por empleadores, ausentismo y baja productividad.

Asimismo, numerosas dolencias ocultadas por el estigma o el temor de perder el empleo: adicciones, insomnios, cardiovasculares, gastrointestinales, neumonías, depresiones, ruptura de relaciones familiares, cefaleas, diabetes, cirrosis hepática, infecciones y otras.

Como señaló el papa Francisco, en su homilía en Cartagena (10-9-17), existe una “tragedia de la explotación laboral”. Parte de esta tragedia es la amenaza a la salud de los trabajadores. Hay suficiente legislación nacional y regulaciones internacionales suscritas por nuestro gobierno, lo que se necesita es la voluntad y compromiso de los gobernantes y empresarios para hacerlas efectivas y evitar accidentes en el trabajo y lograr una protección a la vida y a la salud de los trabajadores.

El autor es contador.

Columna del día amenazas salud trabajadores archivo

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COMENTARIOS

  1. Mario Culto
    Hace 7 años

    Excelente articulo, ojalá los del Cosep, que se han erigido como los ungidos del crecimiento económico del pais, puedan poner en su agenda estas recomendaciones del autor del articulo.

  2. Hace 7 años

    Si, la intención del papa es la que tod@s l@s trabajadores aspiran .
    Los que están al mando son otr@s. Por ejemplo en Nicaragua, así como el presidente envía ( y ya es praxis común) de emergencia cualquier ley que dizque va a favor mio como pueblo, por que la Ley de Tercerizacion , jamas la desengavetan?…………….cuando se sabe que actualmente en Nicaragua la subcontratacion del personal es lo que figura , probablemente no es de interés Cristiano , socialista y solidario .

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