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recién nacida, Ciudad Doral

El matrimonio de Juan Rafael Sánchez y Genoveva Brizuela tiene la esperanza de que el Mifan les entregue en adopción a la bebé que ellos rescataron en junio pasado. LA PRENSA/Wilih Narváez

Ministerio de la Familia le niega adopción a pareja que halló a bebé en Ciudad Sandino

La niña fue encontrada con piquetes de hormigas en distintas partes del cuerpo y aún con su cordón umbilical el pasado 27 de junio por Genoveva Brizuela Bello y Juan Rafael Sánchez

A la recién nacida le daba el sol en la cara, tenía decenas de hormigas en el cuerpo, incluso dentro de sus oídos, pero no lloraba. Tampoco se movía y moscas de color azul la rodeaban.

Genoveva Brizuela Bello se conmovió al ver esa escena. “¡Qué lástima, qué pecado lo que hicieron, venir a botarla!”, expresó. “Yo sentí como si mi corazón me lo habían desbaratado, y yo quería tocarla”, añadió.

Brizuela, de 57 años, comenzó a quitarle las hormigas. La pequeña todavía tenía el cordón umbilical, estaba llena de sangre y yacía desnuda en una sábana blanca.

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La niña movió un pie y abrió las piernas. La mujer se llenó de alegría y le gritó a su esposo: “¡Corré que está viva! yo me la voy a llevar”.

En Ciudad Doral

“No la toqués porque nos pueden acusar que nos robamos esa niña”, le advirtió su esposo, Juan Rafael Sánchez García, de 63 años, quien había descubierto a la niña entre la maleza a orillas de la carretera en el kilómetro 17.5, frente al residencial Ciudad Doral, en el municipio de Ciudad Sandino.

Ese día, el matrimonio se movilizaba en una camioneta, con placas MT 04232, ya que andaban entregando un pedido de colchones, negocio de esta pareja que tiene 42 años de estar casados.

Sánchez se había bajado de la camioneta porque ya no se aguantaba las ganas de orinar y fue cuando miró a la niña.

La pequeña flechó al matrimonio la mañana de aquel 27 de junio de este año.

Genoveva se quedó con la ropa que usaría la niña cuando se la entregaran. LA PRENSA/Wilih Narváez

Se arriesgó

Sánchez encendió la camioneta y buscó la estación de la Policía en el municipio de Mateare, ya que desconocía que había una unidad preventiva en Los Brasiles.

Brizuela Bello apenas miró que se había ido su esposo, se quitó un suéter y con el mismo envolvió a la pequeña.
Levantó a la niña en sus brazos y se la presentó al Dios. “Señor, ilumíname ¿qué puedo hacer?, dámele vida y fuerzas que no se me muera esta niña”, oró la mujer.

Cuando alzó la vista, miró a una joven y le gritó: “Muchacha me acabo de hallar a una niña, y quiero saber adónde hay un centro de salud”.

La desconocida le dijo que a un kilómetro se encontraba uno y Brizuela no pensó ni dos veces en caminar ese trayecto.

No cabía el cansancio en ella, únicamente la alegría y también el suspenso por lo que pasaría con la niña.

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A mitad de camino se topó con unos niños y les pidió que si miraban a unos policías, les dijera que se había encontrado a una niña.

En el trayecto la menor no abrió los ojos, tampoco lloró.

En centro de salud

Al parecer los pequeños dieron la alerta a las autoridades, porque justamente cuando ella ingresaba al centro de salud llegaban los policías.

Una oficial inmediatamente le pidió la niña. Brizuela sentía que era suya, no la quiso entregar e ingresó al centro con ella.

Les comentó a los médicos que se la había encontrado, ellos agarraron a la niña, la bañaron y curaron. Hasta ese momento la pequeña por fin abrió los ojos.

La mujer no pudo contenerse y lloró de alegría.

Luego le pidió a una joven que amamantara a “su niña”. Una de las muchachas le regaló un mameluco a la bebé.

Genoveva, con la niña que se encontró abandonada. Esta foto se la tomó la Policía Nacional. LA PRENSA/CORTESÍA

Los policías le tomaron fotos a Brizuela, quien posó sonriente mientras cargaba a la bebé.

Luego personal del Ministerio de la Familia, Adolescencia y Niñez (Mifan) llegó al centro de salud y se llevaron a la menor.

A Genoveva no le permitieron que fuera en la ambulancia, pero les siguió en otro vehículo. Le dijeron que llevarían a la niña al hospital Alemán Nicaragüense y no a La Mascota, para que le tocara cerca la visita, ya que ella habita en el municipio de Tipitapa.

Siete días estuvo la niña hospitalizada y Brizuela estuvo todo ese tiempo en el hospital. Los médicos nada más dejaron que la viera en dos ocasiones y luego la trasladaron a una Casa Hogar.

“Yo sé que la niña era algo achinadita, le miré las entradas (en la cabeza), narizoncita, boquita redonda, pelo castaño, yo me le fijé en todo, esa niña iba a ser bien grande”, así describió Brizuela a la menor a quien llamaría Milagros de los Ángeles; el segundo nombre a solicitud de una funcionaria de Mifan.

Se la prometieron

Ese tierno encuentro luego sería una odisea para esta pareja que casi tres meses después el Ministerio de la Familia les rompió el corazón porque no les dio a la niña en adopción.

“A mí sinceramente me dijeron que me la iban a dar, pero me dijeron que les diera tiempo, que tuviera paciencia, ‘porque tenían que hacer investigaciones, porque hay mujeres que lo hacen (abandonan) por una violación, maltrato delhombre o alguna estudiante para que no se den cuenta los padres la llegó a dejar. Pero que después podía aparecer el papá de la niña, la abuela, una tía, entonces tenemos que darle esos tres meses, después puede pasar la niña a sus manos’”, le explicaron.

“Yo me puse a llorar, yo he sufrido y yo les dije que mi niña era mía, que Dios me escogió a mí y a mi esposo para que nos encontráramos a esa niña, que no me la tenían por qué quitar”, dijo resignada Brizuela, mientras sostiene en sus manos las fotos con la bebé.

En esta camioneta iba el matrimonio cuando se encontraron a la niña. Regresaban de entregar un pedido de colchones. LA PRENSA/Wilih Narváez

Según Brizuela, Mifan no le quiso dar a la niña en adopción con la excusa de que tiene 57 años.

“No es justo que me hagan eso, yo busqué una ayuda, un respaldo al llevarla al centro de salud, yo tengo mi vehículo, bien me la pude traer para mi casa, aquí a la par de mi casa tengo a mi sobrino que es pediatra, yo la hubiera llevado donde un médico privado, pero a mí me gustó llevar las cosas formalmente y en regla, pero no pensé que me la iban a robar, porque prácticamente me la están robando”, le contestó Brizuela a una funcionaria de Mifan en protesta porque a su juicio la engañaron.

“No se la estamos robando, es la ley”, le respondió la funcionaria.

Esta mujer no se ha dado por vencida y ha gestionado que le regresen a la niña con apoyo de organismos de Derechos Humanos y de la mujer, pero hace dos semanas recibieron la respuesta que no se la pueden dar en adopción.

Arrepentida

Brizuela se arrepiente de haber entregado a la niña. “Incluso los abogados me han dicho que para qué la llevé, que hubiera acudido a un médico privado, y cuando la niña tuviera uno o dos años la hubiera inscrito con dos testigos”, le han aconsejado.

Pero eso ya no tiene sentido. “Yo me quedé con el corazón partido, yo me vine resentida con el Ministerio de la Familia, porque yo les enseñé todo lo que había comprado, y qué me dijeron, que aquí habían vecinos que necesitaban y que se las regalara (ropa)”, afirmó.
Brizuela tenía cinco meses de no acompañar a su esposo a vender colchones. Ese día habían entregado un pedido en La Paz Centro, departamento de León.

Ella se animó a salir porque quería despejarse la mente, sin imaginarse que esa salida le marcaría la vida.

“Desde entonces no salgo, yo entré a una depresión. Se me viene una idea de cómo está (la niña), yo ni duermo pensando, más que a veces me regañan porque la entregué, yo me regaño, me echo la culpa”, reflexiona.

Brizuela está enterada que en el mes de agosto una pareja de ancianos se encontró a una niña abandonada en Estelí, a quien también le llamaron “Milagritos”; el alcalde de ese departamento les llevó noticias a ese matrimonio que por orientaciones de Rosario Murillo, vicepresidenta designada por el Consejo Supremo Electoral (CSE), realizarían estudios para darles en adopción a la pequeña.

Juan Rafael Sánchez muestra el coche que le habían comprado a la niña para cuando llegara. LA PRENSA/Wilih Narváez

En cambio, Genoveva Brizuela se quedó esperando que Mifan llegara a su casa a darle seguimiento a su caso y hace un llamado a Murillo.

“Me gustaría decirle a doña Rosario Murillo que si ella pudiera hablar con el Ministerio de la Familia, y que me entreguen mi niña, que mi niña es mía, Dios me la regaló, yo me la hallé. Como habló para que se la dieran a esos viejitos (de Estelí), dicen que ella dio la orden”, recalcó.

Brizuela dice que puede darle todo lo que necesite a la niña.

Juan Rafael Sánchez García considera que el Mifan se burló de su esposa porque le prometieron a la niña y después se la negaron.

“Voy a ser clarísimo, a nosotros nos están robando la niña. Se la robaron, porque ya le dieron el ultimátum a ella”, agregó.

Con cinco hijos

El matrimonio procreó cinco hijos, cuatro varones y una mujer, pero ninguno vive con ellos porque ya tienen su familia.

La pareja habita en la primera etapa de Ciudadela San Martín, Tipitapa.

A la vivienda constantemente llegan las “hermanas” de la iglesia a preguntar cuándo se realizará el culto de acción de gracias por la llegada de la menor.

El último regalo que llegó hasta hace una semana fue un par de zapatos para la pequeña.

Pero muy apenados, tienen que decirles que la bebé no ha sido entregada.

“No las pierdo las esperanzas, en cualquier momento me va a sonar el teléfono y me pueden decir venga a retirar a la niña”, finalizó doña Genoveva.

La familia pone a disposición los números 8332-9295; 5864-5463 y 7802-0547, por si alguna autoridad desea comunicarse con ellos.

Aunque también le propusieron a Mifan que le diera en adopción a la niña a uno de sus hijos, pero estos se negaron.

Requisitos

En el sitio web del Mifan están los requisitos para las parejas que quieran hacer trámites de adopción de niños, pero en ninguna se menciona que la edad sea una limitante.

Algunos de los requisitos son: cédula de identidad; constancia o certificado de salud de cada solicitante; avales de reconocimiento de solvencia moral y económica; someterse a estudio biopsicosocial que ordene el Consejo Nacional de Adopción.

Todos los documentos deben presentarse en originales, traducidos y autenticados por las vías diplomáticas correspondientes (únicamente para los extranjeros).

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