El empresario Roberto Argüello y el cabildeador Arturo Estopiñán, enviaron una carta al presidente de la Cámara de Representantes de Estados Unidos, Paul Ryan, pidiendo que suspenda una posible discusión de la Nica Act en el Congreso, tomando en cuenta el reciente anuncio de la Organización de Estados Americanos (OEA) de que enviará una delegación para observar las municipales de noviembre próximo.
“Este acuerdo entre el secretario general de la OEA, Luis Almagro, y el gobierno del presidente Daniel Ortega, ha estado en las negociaciones por varios meses y se considera un paso importante para un proceso electoral transparente el próximo mes (de noviembre)”, dice la misiva.
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Argüello es un empresario nicaragüense estadounidense y a inicios de este año contrató para suavizar la Nica Act a Estopiñán, que por 28 años fue jefe de despacho de la congresista Ileana Ros-Lehtinen, precisamente una de las impulsoras de la iniciativa que condicionaría los préstamos a Nicaragua y haría una lista de funcionarios de la administración de Ortega envueltos en supuestos casos de corrupción.
“A pesar de las deficiencias democráticas de la Administración de Ortega, si las elecciones de noviembre se llevan a cabo de una manera justa y transparente certificadas por los observadores de la OEA, entonces será innecesario el Nica Act que destruirá la economía de Nicaragua”, plantean en la carta a Ryan.
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Argüello dijo el viernes vía telefónica a LA PRENSA que redoblará esfuerzos para que la Nica Act no se apruebe porque sería nefasta para la economía del país.
Un día después de Ros-Lehtinen y Cruz
Argüello y Estopiñán enviaron la carta un día después de que Ros-Lehtinen y el senador Ted Cruz, emitieron un comunicado en conjunto criticando a la OEA por el papel que está jugando en las municipales argumentando que el organismo regional solo viene a validar “un proceso corrupto e ilegítimo”.
Según Ros-Lehtinen y Cruz, la designación de Wilfredo Penco, que en otras elecciones ha avalado comicios fraudulentos en el país, como jefe de la misión de observadores de la OEA, apunta a un resultado favorable para el régimen de Ortega.
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“Nuestras preocupaciones son que si el Nica Act procede en el Congreso de los Estados Unidos en este momento, el presidente Daniel Ortega de Nicaragua lo usará como una herramienta contra la libertad en Nicaragua, por eso le pedimos que permita a la OEA hacer su trabajo y asegurarse de que las próximas elecciones sean libres y transparentes”, le dicen Argüello y Estopiñán a Ryan.
En la carta apuntan que en Estados Unidos hay aproximadamente 1 millón de nicaragüense-estadounidenses que están preocupados por las repercusiones económicas de la ley.
El presidente del Comité Procédulas en el Exterior, Rafael Cárcamo, negó que Argüello represente a los nicaragüenses en el exterior. En el mismo sentido se pronunciaron los activistas nica-estadounidenses Milton González y Denis Hernández.
“Nunca lo he visto luchando por la cedulación y el voto de los nicaragüenses en el exterior, no he visto que diga que Ortega debe respetar la ley, le vienen haciendo el juego a Ortega, es un trabajo político”, dijo Cárcamo.
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González dijo que la carta tiene una clara inclinación al gobierno de Ortega y Murillo.
“Que quede claro que él (Argüello) no representa a nadie (de los nicaragüenses en Estados Unidos). Él representa sus intereses, los del Gobierno de Nicaragua y los de cada uno de los políticos corruptos asociados al régimen Ortega-Murillo”, afirmó González.
A juicio de Hernández, el contenido de la carta enviada por Argüello a los congresistas está llena de “burdas mentiras” porque la contribución de los nicaragüenses en Estados Unidos es a través de las remesas y no como inversionistas. Tampoco dice sentirse representado por el empresario.