Al dolor que representó para Mireya del Carmen Morales perder a su hija Ena Marina Sánchez Morales, de 40 años, en el trágico accidente de Boca de Sábalos, Municipio del Castillo, Río San Juan, se suma la indefensión en que quedó.
El accidente en el que perecieron nueve personas impactó a todo el país a finales de agosto. Ahora Morales no sabe qué hacer para darle de comer a los cuatro huérfanos que dejó su hija, tres de ellos aún menores, que según indicó la fallecida, era quien los mantenía.
Aunque en un inicio el dueño del autobús les prometió una posible indemnización, ahora se declaró en quiebra.
“No me han resuelto nada adonde quiera que he ido. Yo ya hablé con el dueño del bus. Él me prometió ayudar (…) que no me preocupara”, sostuvo Morales, quien dijo que en un inicio, hasta le mencionó lo del seguro.
La denunciante aclaró que ante la justicia no pide nada para el conductor del autobús, Jaime Sánchez Espinoza, que está preso, pero si pedía una indemnización que le permita sostener a sus nietos. Morales conoció que después de la tragedia, el conductor “hasta loco está terminando”.
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En una ocasión que viajó a Boca de Sábalos relató Morales que pretendieron que ella firmara un documento, pero ella rehusó hacerlo, desde entonces, han cambiado.
Y aunque ha intentado hablar nuevamente con el dueño del bus, asegura que este la remitió con el abogado.
El dueño del bus le habría respondido a Morales “que estaba sin un real, porque piden reales aquí, piden reales allá, estoy quebrado”.
La mujer se mostró extrañada que las autoridades nunca la llamaron ni le explicaron nada.
En la Fiscalía en Managua adonde remitió un documento pidiendo ayuda, le recibieron las partidas de nacimiento de sus nietos, pero le aclararon que ellos no podían obligar al detenido a ayudar. Pero Morales aclara “yo no estoy demandando al preso. Yo estoy demandando a la cooperativa del bus, pero no me dan respuesta”.
Visitaba el lugar
Mireya Morales asegura que su hija trabajaba en las bananeras en Costa Rica. En esos días había viajado a Nicaragua para someterse en San Carlos a una cirugía. Días antes le habían detectado un tumor, según Morales, debido golpes, recibido por la violencia a que anteriormente sufrió de manos de su excónyuge.
“Me le había pegado una patada y me le salió un tumor”, relató Morales, quien durante veinte años también habitó en Boca de Sábalos, donde adquirió una casa, hasta donde llegó en sus actividades de comerciante. A la única que le gustaba viajar a esa zona era su hija. Ese día regresaba de San Carlos, donde le habían revisado la herida de la intervención quirúrgica.
Ocho víctimas más
El accidente ocurrido el 28 de agosto del presente año al caer un autobús de pasajeros de la cooperativa de Transporte La Quezada, en el río Boca de Sábalos, fue tipificado por la Policía como homicidio imprudente. Ese día fallecieron además de Ena Marina Sánchez Morales, el matrimonio de Benjamín Alemán y Felipa Blandón, así como Julio César Sevilla, Juliana Morales, Isabel Alemán, Yeltsin Marlene —cuyo apellido se desconoce— y los niños Kevin, de 7 años, y Yen Karla, de 8.