En Masaya las corrientes y las charcas que se formaron en la terminal de buses del Mercado Municipal Ernesto Fernández afectaron el comercio, porque la vía se tornó intransitable y los compradores no llegaron.
Algunos comerciantes indicaron que cada invierno sufren pérdidas económicas en sus ventas, porque esta terminal se mantiene desatendida, no la rellenan de material selecto para poder paliar el caos que provoca el lodazal.
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“Esta lluvia nos perjudica porque andamos en el lodazal, además no nos dejan entrar a los buses (para vender) y cuando el tiempo está con lluvia casi no viene nadie. Sería bueno que adoquinaran esta parte. La gente no se mete aquí cuando hay lluvias y nosotros debemos andar bajo el lodo y lluvia, aunque ganamos menos”, comentó Heylin Gaitán, vendedora ambulante.
Esta zona es una de las más afectadas durante la estación lluviosa, muchos comerciantes se ven obligados a cerrar sus tramos y guardar sus mercaderías porque son escasos los clientes.
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El efecto de las corrientes de agua y lodo perjudica tanto a comerciantes de adentro como de afuera, así como a transportistas.