Muchos nutrientes, principalmente vitaminas y minerales pueden perderse durante el proceso de preparación y cocción de alimentos. El agua, la luz, la temperatura y el aire pueden ser la causa.
Unas sustancias pueden ser sensibles a uno o varios de estos factores. Como los alimentos contienen varias sustancias nutritivas juntas, para conservar las vitaminas y minerales que contienen debemos evitar que corran riesgo de estar mucho tiempo en contacto con la luz, al aire, el agua y que se cocinen a altas temperaturas.
Las vitaminas C, B6, B12 y el ácido fólico, son unas de las más sensibles a los factores mencionados. En cambio las vitaminas B1, B3 y Biotina son poco sensibles a la luz y al aire.
La mejor forma para conservar las vitaminas es comer frutas y verduras crudas, con piel, siempre que sea posible. Lávelos bien pero evite remojarlos en agua.
Si necesita cocinarlos prefiera hacerlo al vapor, enteros, con cáscara o cortados en trozos grandes. Otra alternativa es el salteado, en esta forma no quedan las sustancias nutritivas en el agua de cocción.
Recuerde consumirlos o cocinarlos inmediatamente después de pelarlos, cortarlos y exponerlos al calor por corto tiempo.