La observación independiente ha sido clave para la credibilidad de los procesos electorales desde 1990, coincidieron el politólogo José Antonio Peraza y el exembajador de Nicaragua ante la Organización de Estados Americanos (OEA), José Luis Velásquez.
Velásquez recordó que la presencia de la observación electoral internacional, en las elecciones de 1990, fue un elemento que brindó confianza a los resultados electorales, en medio del conflicto armado que se libraba en ese momento.
“Hay que recordar las incidencias de ese proceso, cuando en algún momento dado el señor Daniel Ortega estuvo renuente a reconocer el triunfo rotundo de la señora Violeta Barrios de Chamorro, básicamente se le hizo que lo reconociera por presiones del señor (Jimmy) Carter y de los observadores de la OEA y de los otros gobiernos interesados en la situación de Nicaragua”, recordó Velásquez.
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La participación de la OEA también fue importante para la credibilidad de los procesos electorales de 1996, cuando triunfó Arnoldo Alemán, y de 2001, cuando ganó Enrique Bolaños, según Velásquez.
No obstante, el exfuncionario enfatizó que después de 2006 “el gobierno de Daniel Ortega ha venido degradando la participación de esa organización, impugnándola, tratando de deslegitimarla, hasta llegar a lo que hoy se ha producido, que es el envío de una delegación que básicamente no cumple con los requisitos fundamentales para una observación electoral, por eso es que el pueblo de Nicaragua ve ahora la presencia de la OEA con recelo”, expresó Velásquez.
La OEA es el único organismo que observará las votaciones municipales del próximo 5 de noviembre, en un proceso electoral que arrastra la falta de credibilidad por los fraudes electorales que han demostrado organizaciones políticas y de observación electoral desde 2008.
Velásquez agregó que después de las elecciones municipales de 2012 y regionales de 2014, el gobierno de Ortega se volvió “renuente a apoyar la observación electoral” y “comenzó a reducirla hasta convertirla en un mero acompañamiento”.
Observación permitió la transición
El politólogo Peraza explicó que en 1990 la observación fue uno de los elementos que permitió la transición a la democracia.
Peraza manifestó que en 2011 los observadores electorales de la Unión Europea, la OEA y el Centro Carter emitieron declaraciones e informes tan críticos de las irregularidades observadas en esas votaciones, que pasaron a ser un registro que respalda el fraude electoral denunciado por organizaciones políticas y de la sociedad civil.
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Reto actual de la OEA
José Antonio Peraza manifestó que en este proceso electoral la OEA tiene el reto de cumplir con la Carta Democrática Interamericana, que establece que “las misiones de observación electoral deberán informar al Consejo Permanente, a través de la Secretaría General, si no existiesen las condiciones necesarias para la realización de elecciones libres y justas” (artículo 25).
Peraza agregó que si la OEA viene a legitimar un proceso anómalo, también estaría violando la Declaración de principios para la observación internacional de elecciones.