14
días
han pasado desde el robo de nuestras instalaciones. No nos rendimos, seguimos comprometidos con informarte.
SUSCRIBITE PARA QUE PODAMOS SEGUIR INFORMANDO.

La mujer fue encontrada por pobladores de la zona. LA PRENSA/Cortesía/Claudia Isabel Roda

Crimen contra mujer en Jinotega bajo investigación

Un balazo fue lo que mató a Ana Karina Rizo, cuyo cadáver fue encontrado en una alcantarilla en la comunidad La Corneta, al límite entre los municipios de Matagalpa y Jinotega

Un balazo con entrada en la sien izquierda, sin orificio de salida, fue lo que mató a Ana Karina Rizo, una jinotegana de 33 años, cuyo cadáver fue encontrado este 12 de octubre en una alcantarilla en la comunidad La Corneta, al límite entre los municipios de Matagalpa y Jinotega.

La bala, alojada detrás de la oreja de Ana Karina, fue extraída por la forense Madalym Valdivia, quien la entregó a la Policía.

La Policía determinará el tipo y calibre del arma usada en el crimen, que mantiene consternados a pobladores de ambas ciudades norteñas.

Sepultada en Jinotega

Extraoficialmente, trascendió que al momento del hallazgo el cuerpo de Ana Karina no presentaba otras señales visibles de violencia física, pero el Instituto de Medicina Legal en Matagalpa habría tomado muestras biológicas para determinar si hubo o no violencia sexual contra la mujer, que fue sepultada la tarde de este viernes en Jinotega.

Vecinos, amigos, compañeros de trabajo y parte de la población jinotegana se solidarizaron con la familia en las honras fúnebres, a las que también asistieron deportistas y maestros que acompañaban al profesor Murphy Müller, hermano de Ana Karina.

Lea además: Capturan a dos sospechosos de matar a productor de Jinotega y luego abusar de su esposa

Los familiares de Ana Karina prefirieron evitar entrevistas. En tanto, amigos y conocidos coincidieron al recordar a la mujer como trabajadora, recta en sus acciones y que procuraba dar un buen ejemplo a su hijo de 10 años.

Recaban pistas

Equipos combinados de investigación de las delegaciones departamentales de la Policía en Matagalpa y Jinotega continúan recabando pistas que puedan esclarecer el crimen contra Ana Karina.

Fuentes vinculadas con la investigación confirmaron que la víctima fue vista por última vez con vida en una esquina a media cuadra de la delegación policial en Jinotega, donde poco antes de las 8:00 p.m. del miércoles 11 de octubre, se despidió de una amiga, con quien volvía de practicar zumba.

Al salir del gimnasio, Ana Karina y su amiga fueron a una farmacia.

Puede leer: Asesinan a balazos y cuchilladas a tres hermanos en San José de Bocay, Jinotega

Caminaron juntas una cuadra más, pero se separaron para dirigirse a sus respectivas casas. Rizo nunca llegó a la suya en el barrio Róger Hanguien.

Siempre volvía a su casa

Jamás se quedaba en ningún sitio y siempre volvía a su casa, por lo que sus familiares comenzaron a buscarla, sin éxito, desde la misma noche. Por la mañana del 12 de octubre, la buscaron donde un hombre con quien Ana Karina sostuvo una relación y este se sumó a la búsqueda.

Blanca Estela Rizo, madre de Ana Karina, acudió con uno de sus hijos a la Policía de Jinotega, donde reportó la desaparición. Ahí dispusieron que unos agentes los acompañaran a buscar a la joven, hasta que más tarde les avisaron sobre el hallazgo del cuerpo en la comunidad La Corneta, en la ruta entre Jinotega y el empalme El Guayacán, jurisdicción de Matagalpa.

La versión de un testigo

Santos Rizo, un vecino del sitio donde hallaron el cadáver, dijo a periodistas locales que cerca de las 6:00 a.m. del jueves 12 de octubre, él salió a buscar y atar a una yegua suya que andaba a la orilla de la carretera, encontrándose con Ana Karina, quien se ataba los zapatos.

También: Pena máxima por asesinar a una embarazada en Jinotega

“Cuando pasé de regreso, ella no estaba ya”, dijo el hombre, asegurando que la víctima estaba sola en el lugar y vestía la misma ropa deportiva con la que después la hallaron muerta.

Había pedido permiso laboral

Álvaro González, compañero de trabajo de Ana Karina Rizo, comentó que ella procuraba caminar y que el miércoles 11 había solicitado un permiso para ausentarse de sus labores al día siguiente, porque pretendía realizar unas diligencias personales con uno de sus dos hermanos.

“Ella era muy alegre, muy responsable, no faltaba al trabajo, a todos nos extraña que eso pasara, porque tenía un carácter fuerte; en el trabajo la extrañamos, mucho la queríamos, le encantaba irse caminando a su gimnasio, no aceptaba nunca que le dieran ride, aunque fueran conocidos”, dijo González.

Por su parte, Reynaldo Mairena, quien asistió al entierro, lamentó el crimen y dijo esperar que este no quede impune.

“Nosotros tenemos hijas, como hermanos, como jinoteganos, esta pérdida de una muchacha joven nos ha conmocionado (…). Dios primero le dé fortaleza a su familia y que la Policía haga un buen trabajo hasta dar con el paradero del criminal que le hizo eso”, dijo Mairena.

Puede interesarte

×

El contenido de LA PRENSA es el resultado de mucho esfuerzo. Te invitamos a compartirlo y así contribuís a mantener vivo el periodismo independiente en Nicaragua.

Comparte nuestro enlace:

Si aún no sos suscriptor, te invitamos a suscribirte aquí