A pocas horas de que se celebre este miércoles la cuarta sesión del Consejo Permanente de la Organización de Estados Americanos (OEA), en Washington, EE.UU., en la cual se debatirá la sangrienta crisis sociopolítica de Nicaragua, al menos trece países del hemisferio impulsan una resolución de condena contra la despiadada represión que ejecuta el gobierno de Daniel Ortega y Rosario Murillo, designados presidente y vicepresidentes, respectivamente.
El embajador de Estados Unidos ante la Organización de Estados Americanos (OEA), Carlos Trujillo, da por seguro que la OEA aprobará una resolución condenando el abuso de derechos humanos en el país.
The OAS will vote on a resolution condemning the Ortega lead violence and genocide in Nicaragua. His actions will only lead to futher isolation and sanctions. The passage of today’s OAS resolution will show that we stand in solidarity with the Nicaraguan people. #SosNicaragua
— Carlos Trujillo (@AmbCTrujillo) 18 de julio de 2018
De acuerdo con el exembajador de Nicaragua ante la OEA, José Luis Velásquez, para esta sesión estarían listos 21 votos para aplicar una resolución de condena al gobierno Ortega-Murillo, por violación a los derechos humanos, por el uso de policías y paramilitares en contra de los ciudadanos que protestan pacíficamente, reclamando democracia y la salida del poder de la pareja presidencial.
Sin embargo, los votos de acuerdo con el diplomático dependen del quorum en la participación de los países miembros, “pero la condena por violaciones a los derechos humanos contra Ortega es irreversible”.
Según el exdiplomático, de los 34 países miembros, 21 ya habrían confirmado su aprobación a la resolución contra la administración Ortega-Murillo.
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El 24 de junio de 1979, la OEA aprobó una resolución en la que se condenó al régimen de Anastasio Somoza Debayle. La resolución exigía su reemplazo definitivo e inmediato, así como un plan de pacificación de paz con un gobierno representativo de la oposición. Somoza, presionado por la comunidad internacional y la ira popular, aceptó la resolución y abandonó el poder.
Para ese entonces, había una lucha armada, entre un bando liderado por el Frente Sandinista y el gobierno de Somoza.
Esta vez, según Velásquez, el régimen de Ortega mete todo su aparato de seguridad, utilizando armas de guerra y fuerza letal contra un pueblo desarmado que exige su salida por la vía pacífica.
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“Garantizar la seguridad colectiva de los derechos humanos de los nicaragüenses va a pesar en esta sesión, pues ya son pocos los países del Caribe que no apoyarían la condena, y los pocos que lo harán precisamente dependen del petróleo de Venezuela, socio político y comercial de Ortega”, dijo Velásquez.
Maniobra de última hora de Ortega
A última hora de este martes 17 de julio, el embajador orteguista ante la OEA, Luis Alvarado, emitió una contrapropuesta de resolución favorable a Ortega.
El proyecto de resolución se titula “Restitución de la paz en Nicaragua” y fue enviado a Rita Hernández Bolaños, representante permanente de Costa Rica, para que fuera distribuido entre las misiones presentes en la organización.
Contrario a la propuesta de resolución de condena a Nicaragua, el documento de Ortega llama a los países miembros a condenar “que los grupos opositores golpistas utilicen el Diálogo Nacional promovido por el Gobierno de Nicaragua, para tratar de legitimar sus acciones criminales contra la población civil y policías, coludidos con grupos internacionales de crimen organizado y terroristas, para desestabilizar al Estado de Nicaragua”.
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Además, Ortega llama a “reconocer” la iniciativas de su gobierno “en llamar al Diálogo Nacional” para encontrar una solución pacífica a los hechos de violencia generados a partir del 18 de abril.
El documento también pide el apoyo de los países para reanudar el diálogo, el agradecimiento al Gobierno por permitir el ingreso de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, Unión Europea, Naciones Unidas y Misión de Acompañamiento Electoral de la OEA.
También solicitan a la OEA condenar las acciones terroristas contra Nicaragua y a respetar “la autodeterminación del Estado de Nicaragua para restablecer la paz y la seguridad sin injerencias de ningún tipo”.
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De acuerdo con Velásquez, Daniel Ortega tiene la batalla perdida ante el seno de la OEA.
“En esa convocatoria se puede exigir la renuncia de Daniel Ortega Saavedra y decretar sanciones multilaterales y bilaterales, y además esto puede llevar el problema de Nicaragua hasta el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas”, afirmó Velásquez.
El exdiplomático recordó que en el caso de Somoza, en la XVII Reunión de Consulta de Ministros de Relaciones Exteriores de la OEA, en 1979, le exigió la renuncia a Somoza “por legítima rebelión del pueblo de Nicaragua en su contra”.
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Velásquez recordó que en ese entonces Estados Unidos pidió el envío de una fuerza militar combinada contra Somoza, pero fue rechazada por la OEA. “Pero permitió las sanciones que aislaron a Somoza como la detención del barco israelí que le traía armas y municiones”, señaló el exembajador ante la OEA.
El proyecto de resolución que tiene como objetivo condenar al gobierno de Ortega se discutirá hoy miércoles en el seno de la OEA y es auspiciado por Argentina, Canadá, Chile, Estados Unidos y Perú.
La represión gubernamental en Nicaragua se inició desde el pasado 19 de abril, cuando ciudadanos salieron a las calles a exigir la salida de Ortega y Murillo. La rebelión ciudadana ha sido calificada por la administración Ortega por “actos terroristas y vandálicos”, para criminalizar la protesta ciudadana.
Derrotado en el ámbito internacional
Para el excanciller de Nicaragua, Francisco Aguirre Sacasa, los procesos de la OEA son lentos, pero sí está claro que Ortega “está derrotado en el ámbito internacional”.
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“Hemos visto un viraje alentador en la Secretaría General de la OEA desde la complicidad con Ortega durante las misiones (electorales) de Penco y hace un mes cuando Almagro decía que solo había dos dictaduras en América Latina (Venezuela y Cuba) hasta ahora, cuando notamos una postura más beligerante de la Secretaría General y de Almagro, quien ahora condena la violencia en Nicaragua y la atribuye principalmente al Gobierno”, afirmó Aguirre Sacasa.
Desfachatez de Ortega
“En un ejemplo de desfachatez histórico, el gobierno de Daniel Ortega pretende utilizar la Carta Democrática Interamericana como escudo, alegando que el pueblo nicaragüense está provocando una ruptura en el orden democrático. El problema con esta táctica es que el mundo entero sabe que es su gobierno el que está reprimiendo brutalmente a un pueblo levantado pacíficamente para restaurar la democracia y estado de derecho desmantelados por Daniel desde 2007”, afirmó el excanciller de Nicaragua, Francisco Aguirre Sacasa.