La Policía Nacional informó el viernes de la captura del supuesto autor del crimen de la estudiante brasileña de Medicina, Raynéia Gabrielle Da Costa Lima, a quien identificaron como Pierson Gutiérrez Solís, de 42 años.
Gutiérrez Solís fue miembro del Ejército de Nicaragua, pero en consulta de LA PRENSA a la dirección de Relaciones Públicas, esta aclaró que desde el año 2009 no tiene relación alguna con la institución castrense.
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Según la nota de prensa emitida el viernes por las autoridades policiales, el arma que usó Gutiérrez para asesinar a la estudiante brasileña fue una carabina M4, un fusil de asalto que fue ocupado por la institución.
El 24 de julio la Policía dijo que un guarda de seguridad fue quien disparó contra Da Costa Lima, pero las empresas de seguridad autorizadas para operar en el país únicamente pueden equipar a sus guardas con pistolas y escopetas, no con fusiles automáticos de guerra como la carabina M4.
El especialista en temas de seguridad ciudadana, Roberto Cajina, valoró que las contradicciones en los comunicados de la institución se deben a que “la Policía está cayendo en sus propias mentiras”.
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“Un guarda de seguridad lo que usualmente tiene es una pistola. Hay un manual de la seguridad pública que prohíbe que los guardas de seguridad usen fusiles, pero se les permiten escopetas, pistolas o revólveres. Entonces, la primera mentira de la Policía es que fue un guarda de seguridad, la segunda cosa es que tenía una carabina. Eso lo que quiere decir es que se trata de alguien que no era guarda de seguridad”, expresó Cajina.
Quienes sí han usado armas de gran poder en los últimos meses son los grupos paramilitares del Gobierno. En el ataque a la Universidad Nacional Autónoma de Nicaragua (UNAN-Managua), muy cerca de la escena del crimen, los encapuchados dispararon armas de uso exclusivo de la Policía Nacional.
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“Los paramilitares están usando fusiles AK, carabinas, M16, diferentes tipos de armas de alto calibre… Esas armas tuvieron que adquirirlas, no en el mercado negro, sino en los inventarios de la Policía”, agregó Cajina.
Según la versión del rector de la Universidad Americana (UAM), Ernesto Medina, Lima fue asesinada la noche del lunes por paramilitares que mantenían tomada la UNAN-Managua. Lima se movilizaba en el reparto Lomas de Monserrat.
Informe de Medicina Legal
El Instituto de Medicina Legal (IML) informó el miércoles que la estudiante brasileña murió cuando recibió disparos en el tórax y el abdomen, aunque no ofreció más detalles.
“En este caso se determinó que la causa de muerte fue herida por proyectil de arma de fuego en el tórax y abdomen”, dice escuetamente la nota de prensa.
El IML informó que entregará el cadáver de Lima a las autoridades de la embajada de Brasil una vez que se presenten a retirarlo.
Vecinos confirman que trabajó en Petronic
El principal sospechoso, señalado por la Policía, vivió en el residencial Altos de Motastepe hasta 2013. Ahí sus vecino lo describieron como un tipo “tranquilo, sociable” y le conocían porque montó un proyecto para instalar una escuela de Tae Kwon Do.
Según tres fuentes consultadas, que lo conocieron y trataron, Pierson Gutiérrez trabajó recientemente en la estatal de Petróleos de Nicaragua (Petronic). Datos obtenidos por LA PRENSA muestran que el sospchoso laboró hasta en abril pasado en esa entidad.
Petronic fue dirigida desde 2007 hasta este mes por Francisco López, tesorero del presidente Daniel Ortega, y uno de los más prominentes vecinos del reparto Lomas de Monserrat, adonde ocurrió el crimen sobre el que las autoridades son reservadas.
El ministro de Exteriores de Brasil, Aloysio Nunes, aseguró a diarios de su país que insistirán en el “esclarecimiento” de la muerte de la estudiante brasileña Raynéia Gabrielle Lima, asesinada en Managua, y consideró “inaceptable” la muerte de la joven en medio de la represión de las protestas contra el Gobierno de Nicaragua.
El novio misterioso
Según algunos testigos, cuando Da Costa Lima fue herida en su vehículo, su novio iba detrás de ella en un segundo automóvil. Al momento del ataque el novio se detiene y corre a socorrer a Lima, los atacantes lo ven pero no le hacen nada y permiten que lleve a la víctima gravemente herida hasta un hospital.
Desde ese día no hay ni una sola pista del novio de Lima, nadie sabe quién es o dónde está y los pocos amigos de la víctima se niegan a brindar información que contribuya al esclarecimiento del caso.