La lectura que hacen los analistas políticos Eliseo Núñez y Oscar René Vargas es que el dictador Daniel Ortega promueve la mentira de que lo peor de la pandemia del Covid-19 ya pasó, por eso apareció sin mascarillas en el acto de aniversario del Ejército, y el 12 de septiembre en un acto oficial recibirá la Antorcha de la Libertad en su recorrido por Nicaragua.
Los desfiles patrios, a los que obligan a participar a los estudiantes de colegios públicos, es también parte de esa política del régimen para que los nicaragüenses crean que la pandemia fue controlada, cuando los contagios siguen dándose según los analistas.
La participación de los escolares en las actividades por las festividades patrias es contraria a lo que han adoptado en el resto de países como Costa Rica y El Salvador, donde se cancelaron los actos presenciales y se cambiaron a virtuales para no exponer a los estudiantes y a sus familias a infestarse de Covid-19.
La participación de Ortega en el recibimiento de la Antorcha de la Libertad en su recorrido por Centroamérica en la conmemoración del 199 aniversario de la independencia de la región, lo informó la vocera, vicepresidenta designada y esposa del dictador, Rosario Murillo el pasado viernes. En Nicaragua el régimen hará sus actos de aglomeración de personas como ha persistido durante la pandemia, lo que según asociaciones médicas ha propiciado el contagio del virus en el país.
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“Estamos preparándonos para recibir la Antorcha de la Libertad, la Antorcha de la fraternidad Centroamericana, probablemente llegaría a nuestro país el día 10 de septiembre, en la frontera de Las Manos (con Honduras) en un pequeño acto, con todos los cuidados también. Luego se va trasladando con atletas juveniles, y se va trasladando también a través de los pueblos y municipios donde réplicas de la Antorcha hacen su actividad, en parte virtual, y en parte presencial, con todos los cuidados”, informó Murillo.
Habrá un acto central donde participe el dictador, funcionarios del Ministerio de Educación (Mined), del resto del gabinete con estudiantes. “El día 12 de septiembre se recibe la Antorcha aquí en Managua, la recibe nuestro presidente, y el 13 de septiembre se entrega a las autoridades costarricenses en (la frontera de) Peñas Blanca”, aseguró la vicepresidenta designada.
No está claro quién de las autoridades de Costa Rica se prestará a recibir de forma presencial la tea libertaria de manos de funcionarios y estudiantes de Nicaragua, debido a que el Ministerio de Educación Pública (MEP) costarricense orientó que todos los actos de las fiestas patrias sean virtuales, lo que serán transmitidos en su página web.
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Hasta el 6 de septiembre había 317,186 casos confirmados de Covid-19 y 8,317 fallecidos confirmados en Centroamérica, según datos de la Organización Panamericana de la Salud (OPS). Aunque en la última semana ha registrado una baja en los casos de coronavirus en los de la región, la excepción son Nicaragua y Costa Rica, que reportaron el recuento diario más alto de casos en la última semana, según el reporte de la OPS.
Que Ortega y Murillo aparezcan en los actos oficiales sin mascarilla es intencional para mostrarse sobre todo ante lo que queda de la base orteguista, de que son inmunes al virus y que han logrado controlar la pandemia en el país, lo cual no es cierto porque los especialistas nacionales, así como la Organización Panamericana de la Salud (OPS) han recomendado a los ciudadanos a mantener las medidas de prevención por el riesgo de rebrotes de casos, con mayor fuerza que en los primeros meses en que se empezó a registrar la pandemia, que fueron en los meses de marzo a principios de agosto.
“Ellos asumen que ya lo peor de la pandemia pasó. Apostaron a la inmunidad del rebaño y creen que eso ya está hecho, mantienen la mentalidad de que murieron los que ya deberían morir por el Covid-19, lo que demuestra la poca importancia que le da a la vida humana Ortega”, dijo el analista Eliseo Núñez.
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La inmunidad del regaño o inmunidad colectiva supone dejar que un gran número de personas se infecte con el virus de manera que el conjunto de personas adquiera una inmunidad que luego se haga colectiva. El modelo lo replicó la dictadura en Nicaragua, como el implementado en Suecia y abandonado antes en Reino Unido, a pesar de las fallas que demostró para controlar la infestación y los altos niveles de mortalidad.
Núñez explicó que los seguidores de Ortega se dividen en aquellos que” se han hecho millonarios alrededor del poder”, los funcionarios públicos y la base con menos educación y fanática.
“A los millonarios sandinistas no les interesa que el resto de personas se enfermen, porque ellos viven en su burbuja, los funcionarios públicos ya decidieron entregar su dignidad por un cargo y un salario, por lo que a Ortega poco le importa que pase con ellos. La clase más ignorante, la más fanática, siente un agradecimiento por las regalías que le dan para el siguiente tiempo de comida. Con esos tres tipos de seguidores, Ortega con cualquier cosa que haga, los mantiene entretenidos, por eso es que sus acciones de hacer ver que la pandemia la controlaron”, analizó Núñez.
Las acciones equivocadas desde las autoridades ante el Covid-19 tiene consecuencias fatales para la sociedad nicaragüense, porque “el resto solo recibimos el daño de esto porque al final no dejan de mezclarse los seguidores del régimen con el resto de pobladores que si tenemos temor de contagiarnos, y quedamos en manos de un loco que está apostando a matar a una población”, afirmó Núñez.
Ambición de compararse con héroes
El sociólogo Oscar René Vargas identificó que Ortega quiere ser comparado con los héroes y por eso no renuncia a los actos de conmemoración del 199 aniversario de la Independencia de Centroamérica el 15 de septiembre, y por el 164 aniversario de la Batalla de San Jacinto, el 14 de septiembre aún en una crisis sanitaria tan grave como la del Covid-19.
De acuerdo a las cifras oficiales, Nicaragua llegó a los 4,668 casos de coronavirus al 1 de septiembre, mientras reportó 141 fallecidos. Son cifras cuestionadas debido a que el Observatorio Ciudadano, integrado por médicos independientes, informó que los casos de infectados superó los 10 mil, en tanto los muertos asociados al virus son 2,699, hasta el 5 de septiembre.
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“Él (Ortega) tiene el deseo de ser el presidente cuando se cumpla los 200 años de la independencia de Centroamérica, para pasar a la historia, su lógica es que quiere ser un eslabón como (Augusto C.) Sandino, (José Santos) Zelaya, Rubén Darío”, afirmó Vargas.
Sin embargo, la represión y los crímenes contra el pueblo provocados por la dictadura acaban por colocar a Ortega en “el lado negro de la historia”. “No le importa el coronavirus, lo que quiere es que como se cumple los 199 años, decir en su discurso que se encaminan a los 200 años de independencia, a la que su gobierno ha contribuido a mantener, pero el problema es su cola de represión que jamás podrá quitársela”, afirmó Vargas.