¿Canal interoceánico? ¿Satélite? ¿Central hidroeléctrica? ¿Refinería? ¿Fábricas? ¿Puertos? Todos estos grandes proyectos que transformarían a Nicaragua desde que fueron anunciados del año 2007 a la fecha, siguen siendo preguntas cuyas respuestas no parecen fácil de responder para el sociólogo Óscar René Vargas.
“Simplemente todos esos megaproyectos se hicieron humo, como el cuento del vendedor de humo que andaba de pueblo en pueblo vendiendo la ilusión de un gran cambio a cambio de que la gente le entregara sus joyas más preciadas”, dice Vargas, a consulta de LA PRENSA sobre porqué los faraónicos proyectos de transformación económica, como el satélite de telecomunicaciones, no logran arrancar.
“El gobierno del presidente Daniel Ortega ha ido buscando financiadores para sus proyectos, Irán, Libia, Venezuela, China, Rusia, Brasil. Solo Venezuela pudo apoyarlos con el convenio petrolero, pero todos sabemos ahora que ese país está en crisis y que China como país no está involucrado directamente, sino a través de empresarios como Wang Jing, cuya fortuna parece también estarse
volviendo humo con la crisis de la bolsa de valores china”, observa Vargas.
PROYECTOS CADA VEZ MÁS LEJANOS
El sociólogo señala que ahora, con los principales socios económicos de Ortega en dificultades económicas, la posibilidad de crear algunos de esos proyectos parece cada vez más lejana.
“Todo el boom prometido se ha ido quedando en el aire. Los cálculos de los beneficios de los megaproyectos, riquísimos, generosos, vendían la idea de grandes avances. Mirá el canal: un millón de
empleos, luego 500,000, luego 250 mil, luego 50 mil. Las universidades anunciaron nuevas carreras, han pasado cinco años y no han abierto ni una sola carrera y ni un solo universitario ha aprendido a hablar chino, que se iba incorporar como idioma clave junto al inglés según las promesas del vocero del canal. Es decir, fue todo un efecto visual, una cortina de humo que ha ido disipando”, analiza Vargas.
VISIÓN DE CORTO PLAZO
Para el analista social, Nicaragua apostó por el canal como estrategia a corto plazo que le generara réditos económicos y políticos al proyecto de perpetuación del poder a la familia Ortega-Murillo “mientras los chinos lo ven a largo plazo”.
“Los chinos no tiene prisa. Ellos ya tienen el control del negocio. Ellos pueden esperar 20 años, 30, no tienen prisa, tienen la concesión vigente hasta el 2062 y prorrogable por 50 años. Nicaragua si tiene prisa, pero no tienen visión, como en el cuento del vendedor de humo, Nicaragua entregó la joya más preciada que es el lago a cambio de una ilusión que se hizo humo”, critica Vargas.
Para el sociólogo, Ortega no es un testigo inocente del “cuento de vender humo”, sino parte activa de esa estrategia de “crear ilusiones”: “Ni yo, ni vos, ni Ortega, vamos a ver pasar un barco por
Nicaragua. Pero para el presidente Ortega es necesario mantener la ilusión, porque es parte de su estrategia crear ilusiones, despertar esperanzas, para tener una base cautiva de votos y seguidores que le permitan perpetuarse en el poder”, observa.
CRECE DESCONFIANZA HACIA EL PROYECTO
“A la fecha, no se sabe si el canal va ir o no, las mismas encuestas a las que el gobierno apuesta toda su publicidad para la propaganda, ha señalado que la euforia inicial de que vendría a mejorar la economía, se ha ido disipando a desconfianza”, dice Vargas.
Para el sociólogo, la mayoría de los proyectos prometidos desde 2007, ahora mismo no parecen viables tanto por razones económicas, como por contexto geopolítico.
“Los chinos no van a querer meterse a un negocio que pone a China en un problema geopolítico con Estados Unidos, que se quiera aceptar o no, es la primera potencia del mundo. Hay un geopolítico que ha estudiado la política internacional de Estados Unidos hacia México, Centroamérica, Colombia, Venezuela y el Caribe, y asegura que el Caribe es la cuarta frontera de Estados Unidos en el continente.
Y que bajo ningún punto, Estados Unidos va permitir que otra potencia actué abiertamente en ese territorio. China lo sabe. Y puede esperar durante 50 años que esa situación cambie”, dice Vargas.
¿Y ESTADOS UNIDOS?
–¿Por qué Estados Unidos hasta la fecha no ha dicho una sola palabra sobre el canal? “Ellos deben tener información que aquí desconocemos. Se han quedado callados, solo observan, dudan, dicen una que otra cosa sin importancia, no lo ven como una amenaza real a su política internacional, si miraran una realidad, si podrían actuar”.
–¿Hay posibilidades ahorita de que China construya algo del canal? “Quizás pueden hacer un par de puertos, como parte de la estrategia china llamada el collar de perlas, que es ir haciendo plataformas y bases de negocios, de penetración, a todo lo largo del mundo para controlar el comercio global, pero de ahí a construir el canal mañana, no le veo futuro”.