César Zamora Hinojos
Parafraseando “La Prosperidad de las Naciones” escrito por Adan Smith en 1776: cuando alguien degusta una suculenta sopa de frijoles, no es gracias a la benevolencia del campesino. El campesino siembra frijol buscando obtener una ganancia. La búsqueda de esta ganancia, en cualquier actividad, es esencial para hacer exitosa una transacción económica. Quien entienda esto, entenderá lo difícil que es matar al capitalismo.
La actual crisis financiera no es por el diseño o las acciones de Ahmadineyad, Kim Jong o Chávez. La culpable es la cultura bancaria existente. El común denominador de la crisis es que algunos banqueros, con sus trajes grises y sus corbatas Hermes, actuaron como verdaderos Al Capones postmodernos. Todavía hoy se sienten por encima de la ley. Se justifican diciendo que sus actuaciones solo afectan a sus accionistas y no reconocen el daño que le han hecho a la sociedad. La cultura bancaria elevó la especulación a la categoría de ciencia y, con ello, los casinos son lugares más seguros para cuidar el dinero.
Por más de dos siglos el motor del desarrollo mundial ha sido el capitalismo. Este modelo le ha dado progreso, paz relativa, democracia y mejor nivel de vida a más ciudadanos. El capitalismo ha funcionado mejor cuando los banqueros actúan con honestidad e integridad. El principal freno del capitalismo y del progreso ha sido la fría traición de los avariciosos banqueros y la solapada mirada de la sociedad política que ha tenido miedo de regularlos.
Para salir de la crisis hay que contar con una sociedad política responsable. La gran depresión de 1929 necesitó del liderazgo de Franklin D. Roosevelt. Cuando asumió la presidencia de los EE. UU., en 1933, lo primero que legisló fue la Ley Bancaria “Glass-Steagall” y un año después creó la “Securities and Exchange Commision”, la primera para eliminar la creciente política especulativa de los banqueros y, la segunda, para eliminar los abusos en el mercado bursátil.
Los banqueros lanzaron a Roosevelt todo tipo de descalificativos: socialista, bolchevique, etc. Muy similares a las que hoy le lanzan al presidente Obama en Fox News. El presidente Roosevelt limitando y supervisando a Wall Street salvó al capitalismo y les dio a sus ciudadanos medio siglo de prosperidad.
¿Dónde están aquellos banqueros que entendían lo importante de la responsabilidad y que creían que ayudando a sus ahorrantes y prestamistas la sociedad prosperaba? ¿Dónde está la cultura bancaria de honestidad, integridad y buena fe de los banqueros victorianos? ¡Qué días los que vivimos!, en los que es más aceptable ser político, vendedor de autos o afilador de cuchillos, ¡que banqueros!
Ante la crisis es indispensable la mano del estadista y del político responsable. Todas las miradas apuntan a Ángela Merkel, esta mujer es sin duda imprescindible para encontrar una salida a la crisis. La política demócrata-cristiana tiene credibilidad, que es un bien escaso. Cuando todos en Europa vivían la vida loca, la Alemania de Kohl y Merkel se abstuvieron de despilfarrar.
Alemania es la economía más fuerte de la Unión Europea. El éxito ha sido producto de su impecable disciplina fiscal y la búsqueda de mercado para sus productos fuera de Europa. Para ello ha tenido que ser competitivo y ha mantenido sus incrementos salariales al mínimo. 15 años atrás era más barato producir un carro en Francia que en Alemania. Hoy es lo contrario.
La solidez de Alemania se refleja en un hecho inusitado, este año, el Ministerio de Finanzas emitió bonos por cuatro mil millones de euros a cero por ciento de interés y todos se vendieron. El mundo está dispuesto a invertir con pérdidas reales en instrumentos financieros alemanes.
La causa principal de la crisis europea es el insostenible nivel de deuda que tienen países como Grecia y España, producto en gran medida de colocar préstamos inmobiliarios que no se podían pagar. Ángela Merkel entiende que la salida de la crisis pasa por más integración, pero exige que los demás líderes se comprometan a reducir gastos, deudas y poner en orden a los banqueros. Es tiempo de actuar sobre lo evidente y no sobre dogmas. Todo acuerdo implicará sacrificio y administración política de expectativas ciudadanas. La recuperación económica será lenta pero solo así Europa podrá retomar el camino del progreso y del capitalismo responsable de Adam Smith.
El autor es vice presidente de la Asociación de Cámaras de Comercio Americanas de América Latina, ACCLA.
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