Elmer Ramírez España*
El señor Pedro Solórzano, quien tiene a su cargo el Ministerio de Transporte e Infraestructura (MTI), se ha convertido en la figura más señalada por la prensa nacional, los transportistas y el pueblo en general, por decisiones administrativas que parece ser no han sido las caracterizadas o mejores en los proyectos de las carreteras Ticuantepe-Granada y Chinandega-Guasaule.
Se le señala de inconsistencias respecto al material que se utiliza en la construcción de las mismas, como en el atraso que llevan. Esto desdice de la audaz o publicitada canción del adoquín que presume otros tantos centenares de kilómetros.
Otro efecto real a la luz pública es la denuncia que la Alcaldía de Masaya en su momento señaló por la extracción de material del histórico cerro La Barranca, que pudo poner en peligro a su entorno por la erosión o desgaste del mismo. Eso se hacía en complicidad con el silencio institucional.
En Chinandega, otro serio problema, paralelo al río Hato Grande, centenares de metros fueron despalados así como la respectiva vegetación para la extracción de piedras como material de relleno, lo cual también fue denunciado en su momento por el Centro Humboldt. Esto traerá como consecuencia los presuntos estragos letales del río. La pregunta que circula rápidamente es: ¿hasta cuándo se le permitirá seguir con su actitud lúdica al señor Solórzano?
* Docente horario UNI