Alexander Pastora
Con mucha pena he leído los acontecimientos producidos por unas caricaturas del profeta Mahoma. Creo que todos los que tenemos una creencia la aprendemos amar como algo personal, y nos sentimos molestos cuando alguien le falta al respeto porque pensamos que es a nosotros que nos hace el agravio.
Sin embargo, el actuar con violencia defendiendo a un profeta de Dios le hacen más daño a su imagen y obra, porque si es de Dios, como un ser Supremo y Todopoderoso que es, puede defender a sus siervos, enviando alguna plaga, sequía o algún otro castigo a los burladores, pero cuando son los hombres que salen en su defensa el mensaje que expresan es que no es siervo ni profeta de Dios, y por eso los simples y débiles mortales tienen que defenderlo. Por otro lado, no todo el mundo es musulmán.
Creo sinceramente que estas caricaturas no pretendían atacar alguna creencia, si no que es una sátira, que es parte del trabajo de los humoristas. Cuantas cosas no se han dicho de Jesucristo y hasta una película están filmando, negando su divinidad, pero nosotros los creyentes estamos seguro que es Dios. Él mismo los va a llamar a rendir cuentas.
Nosotros como simples mortales no tenemos por qué defender al hijo de Dios, mucho menos hacer violencia, porque seríamos nosotros los que incurriríamos en ofenderle. Así que a los musulmanes les hago un llamado que no sigan ofendiendo a su profeta con sus actos de violencia porque lo dejan muy mal parado, y de alguna forma son ellos los que les están faltando el respeto.