J Rodolfo Vargas, MD.
Supe con horror y tristeza la desagradable noticia del ataque-secuestro terrorista sufrido por reporteros, fotógrafos y personal de LA PRENSA.
Afortunadamente no hubo desgracias que lamentar más que el trauma sicológico de sentirse cerca de la muerte.
Para los nicaragüenses respetuosos de la ley eso fue una agresión, un acto desesperado contra la libertad de expresión, además de un grave síntoma de que cada día se pierde más el respeto a la ley, al derecho ajeno y peor aún a la seguridad personal.
Esto no fue el acto que cometió alguien “porque estaba borracho”. El se emborrachó para tomar valor y llevar a cabo un acto de agresión premeditada, contra LA PRENSA y su personal.
Lo de que Nicaragua es o era el país más seguro de Latinoamérica, se ha vuelto un mito. Lo siento por mis compatriotas que a diario tienen que vivir con las injusticias que diariamente LA PRENSA denuncia valientemente y en defensa de la libertad de expresión pública.