La gente del Gobierno debería salir a caminar por los barrios para darse cuenta de la miseria que sufren los pobres. Tal vez así se ponen la mano en la conciencia, empezando por el presidente don Enrique Bolaños, los ministros y diputados.
Si ellos se bajaran los salarios en un sesenta por ciento se le podría aumentar el salario al sector salud, educación, policías, etc. Y las ayudas que recibe el país utilizarlas en la construcción de centros de estudios técnicos para que nuestra juventud pueda salir adelante y sacarlo de la miseria y la corrupción.
Ojalá que el Señor los ilumine y se propongan en tratar de bajarle el salario a estos señores, porque es un pecado lo que ganan porque es demasiado, mientras los niños y ancianos se mueren de hambre.
El dinero que ahora no se paga de la deuda externa deberían invertirlo en la creación de fuentes de empleo para todas aquellas personas que se encuentran desempleadas, tanto en el Pacífico como en el Atlántico.