Capacitan a 30 parteras

En los seminarios se habló de la problemática que encierran las enfermedades de transmisión sexual, las infecciones de todo tipo, los padecimientos respiratorios y la violencia intrafamiliar, por cuanto la gente del campo no escapa a esos fenómenos.

La Dra. Olga María Hernández, jefa de Atención a la Mujer y Adolescentes, del Centro de Salud de Santa Teresa, afirmó que “ese tipo de capacitación y entrenamiento ha cambiado los mitos de las mujeres campesinas que asisten partos”.

“Hemos logrado que superen muchas supersticiones, como alimentarse con frijol después del parto y otras comidas que para ellas eran malas, pero que en realidad son nutritivas para el postparto”, comentó Hernández.

Otra práctica que desean abolir, según la Dra. Hernández, es el de la candela de sebo para quemar el ombligo. La especialista acepta que dentro de lo artesanal tienen su lógica, pero también pueden traer graves consecuencias a la parturienta.

Las parteras juegan un papel muy importante en esas comarcas, cuyas distancias no le permiten a la población tener acceso a Centros de Salud ni hospitales, además han ayudado a la mayoría de los niños en sus barrios con o sin dinero, agregó.

Las parteras han ganado el respeto y la confianza de todas las familias que por tradición hacen uso de la atención médica que ellas brindan, indicó

“En este caso también las aprovechamos para aumentar sus conocimientos y prepararlas en vías de llevar salud a la gente del campo y orientación para prevenir enfermedades de transmisión sexual y salud reproductiva”, agregó la Dra. Hernández.

Aguas Calientes, El Paso de La Solera, San Jerónimo, Los Encuentros, San José de Gracia, Ochomogo, La Mohosa, El Cacao, La Ceiba, El Quinal, Santa Gertrudis y El Sol son comunidades desde donde llegaron las mujeres que se capacitaron, también participó un hombre que es partero, sobador y naturista.

Las capacitaciones se realizan desde hace seis meses a todas las parteras de Carazo con el apoyo del Programa Salud Reproductiva y Empoderamiento de la Mujer (SAREM), Finlandia-Nicaragua.

El programa también comprende la entrega de maletines equipados con material para uso de partos, como guantes, hojas de afeitar, cintas para amarrar ombligos y otros, que usan las parteras para saltar hacia la modernización.

Doña Estebana Cortés, de la comunidad El Cacao, dijo que “es una práctica heredada por las abuelas y madres a falta de médicos en la zona”. Tengo 40 años de ser partera, inicié a los 14 años”, recordó la señora.

“Acompañaba a mi abuela cuando ayudaba a una mujer del barrio que iba tener su hijo, pero un día ella me dejó cuidando a una señora y llegó la hora del parto, mi abuela nunca apareció, por lo que tuve que hacerlo yo”, explicó Cortés, quien a estas alturas perdió la cuenta de cuántos muchachos ha ayudo a traer al mundo.

Julianita Saborío Calderón, de la comunidad Los Encuentros, por su parte dijo que tiene 25 años de ejercer esta difícil profesión y a una sola señora le ha atendido en 14 partos.