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“Paz y aliento para continuar”

Monseñor Bosco Vivas:  “En mi vida sacerdotal he atravesado problemas, días oscuros y de lucha, los que he enfrentado arrojándome en el corazón de Dios y la Virgen María, encontrando en ellos respuesta, paz y aliento para seguir adelante” MERCEDES PERALTA – Corresponsal LEON.— El Obispo de la Diócesis de León y Chinandega, Monseñor Bosco […]

Monseñor Bosco Vivas:




 “En mi vida sacerdotal he atravesado problemas, días oscuros y de lucha, los que he enfrentado arrojándome en el corazón de Dios y la Virgen María, encontrando en ellos respuesta, paz y aliento para seguir adelante”

MERCEDES PERALTA – Corresponsal


LEON.— El Obispo de la Diócesis de León y Chinandega, Monseñor Bosco Vivas Robelo, conmemoró ayer sus 30 años de vida sacerdotal, con una misa en la Catedral de esta ciudad, y dio testimonio de su ministerio como un acto de misericordia divina.

Acompañado del Clero de la Diócesis en pleno, a quienes reconoció su ayuda para cumplir con su misión pastoral, Monseñor Vivas rememoró el momento de su ordenación sacerdotal de manos del Obispo de Roma, Su Santidad Pablo VI, y la situación de profunda tristeza en la que se encontraba pese a su ferviente deseo de llegar al sacerdocio.

Reconoció al Espíritu Santo, cuyo día se celebraba, urgiéndole a través de la frescura de una brisa, que le llevó paz y alegría a su corazón.

Recordó ligeramente sus días en el Seminario y agradeció el cariñoso apoyo y comprensión de sus padres, la ayuda recibida con el testimonio de vida que le han ido señalando el camino de la auténtica vida sacerdotal entre los que se encuentran el Cardenal Obando y Bravo, Monseñor Gonzalo Mendoza y Andino y Corea, los Jesuitas de la Iglesia de Santo Domingo, Los Salesianos de Masaya, Colegios del Calasanz de Managua.

“En mi vida sacerdotal he atravesado problemas, días oscuros y de lucha, los que he enfrentado arrojándome en el corazón de Dios y la Virgen María, encontrando en ellos respuesta, paz y aliento para seguir adelante”, confesó el Obispo de la Diócesis de Occidente.

Invocó al Dios Altísimo para que ese día fuera de compromiso más fuerte, para que la Iglesia se mantenga unida en la fe, y fortalecer la unidad de la familia, la catequesis y en comunión con Dios.

“Que sea un día del sacerdocio, para pedir santas vocaciones, que los seminaristas perseveren en el seguimiento de Jesús, un día de oración por vocaciones religiosas y ministeriales; que Dios suscite vocaciones a los ministerios laicales, que todos los campos humanos y espirituales de la Diócesis sean satisfechos por Dios y la Virgen”, dijo el Obispo.

Al reiterar sobre el Evangelio pidió que fuera un día de gozo y pidió a la Virgen su júbilo no sólo para él, sino para que todos los sacerdotes continúen con gozo espiritual, que el trabajo sea fecundo y con ese espíritu se extienda por toda Nicaragua, para que el país sea preservado de las confrontaciones

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