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Comunicado episcopal











 


Con su comunicado del miércoles de esta semana la Conferencia Episcopal de Nicaragua se ha hecho eco del clamor nacional e internacional contra la corrupción.

En efecto, los obispos señalan en su comunicado la “incoherencia entre su fe y su vida” de algunos católicos que ocupan altos cargos de responsabilidad en el país, y les piden “que se comprometan seriamente en la búsqueda del bien común”.

El comunicado representa un avance de la Conferencia Episcopal de Nicaragua, en su actitud hacia la corrupción, pues hasta ahora sólo habían condenado la que hubo en los gobiernos anteriores. Y aunque la responsabilidad del Gobierno actual pareciera diluirse en lo dicho por los obispos, de que hay “una especie de cultura de corrupción generalizada que abarca casi todos los sectores de nuestra sociedad”, lo importante es que admite la corrupción en el actual Gobierno y denuncia la “incoherencia entre la fe y las obras” de quienes “ocupan altos cargos de responsabilidad”.

Por otro lado, los obispos señalan en su comunicado que la credibilidad de los medios de comunicación social “es cuestionada en cuanto a que muchas veces la politización extrema de los mismos o los intereses políticos o económicos de sus propietarios se anteponen a la verdad”.

Nosotros compartimos la preocupación de los obispos hacia los medios de comunicación, porque éstos, en efecto, deben ser cada vez más profesionales. Sin embargo, la preocupación de los obispos no debe servir como un escudo protector para los funcionarios corruptos que no aceptan su responsabilidad ni siquiera ante el peso abrumador de las evidencias y pruebas, y por el contrario, siempre alegan que las informaciones y denuncias de corrupción se deben a envidias, rivalidades políticas o intereses económicos.

Al respecto tenemos que decir que en el caso de LA PRENSA, la investigación sobre los checazos y otras irregularidades de la Dirección General de Ingresos (DGI) ha sido absolutamente responsable y profesional. Por lo menos medio centenar de documentos oficiales e institucionales, inclusive de los Estados Unidos de Norteamérica, han respaldado este trabajo ejemplar de nuestro departamento de investigación que es sin duda el más documentado de toda la historia de las investigaciones periodísticas en Nicaragua, y por el cual hemos recibido muchos reconocimientos, inclusive de funcionarios honestos que forman parte del Gobierno.

Asimismo, las investigaciones de LA PRENSA sobre la corrupción no tienen nada que ver con los asuntos administrativos de la empresa. Se equivocan lamentablemente quienes creen que los intereses económicos de los dueños de este Diario influyen en la orientación de los trabajos periodísticos. Aquí redacción y administración son dos cosas completamente distintas y separadas, tal como debe ser en todo periódico verdaderamente profesional, aparte de que la dignidad y la ética de los periodistas de LA PRENSA jamás permitiría que los intereses económicos de los dueños de esta empresa, ni de nadie, se antepongan a su sagrado compromiso de informar libremente únicamente al servicio del pueblo, de la nación, la verdad y la justicia.

Precisamente por eso es que el Gobierno no ha podido silenciarnos ni siquiera con las brutales represalias económicas que ha impuesto a la administración de LA PPRENSA, como el desmedido reparo fiscal y una multa millonaria. Ni podrá acallarnos por ningún otro medio de intimidación y represión.

En todo caso, la declaración de esta semana de los obispos es alentadora para la población nicaragüense, que ha presenciado, desolada, el aumento incontenible de la corrupción y la ofensiva ostentación de riqueza de unas cuantas personas que han multiplicado sus bienes al amparo del poder.

Y tiene mayor significación el comunicado de la Conferencia Episcopal, porque se produjo cuando el Gobierno fue emplazado por los donantes para que cumpla con su deber de combatir la corrupción, para que fortalezca las instituciones de la democracia y para que respete la libertad de prensa, porque sólo así es posible ganar la batalla a la pobreza. Además es importante destacar que la declaración episcopal se produce en vísperas de que la Contraloría General de la República emita su resolución sobre los checazos de la Dirección General de Ingresos, que la ciudadanía nicaragüense y la comunidad internacional esperan sea para hacer justicia, y no para encubrir a nadie

Editorial
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