14
días
han pasado desde el robo de nuestras instalaciones. No nos rendimos, seguimos comprometidos con informarte.
SUSCRIBITE PARA QUE PODAMOS SEGUIR INFORMANDO.

Lugares históricos y turísticos de Granada

  PEDRO J. VINDELL MATUS – Corresponsal GRANADA.— En el corredor turístico y en la historia de esta ciudad existen dos puntos equidistantes que se encuentran al final del camino con la salida y la puesta del sol. El muelle de Granada, con vista hacia las aguas del Gran Lago de Nicaragua y la Fortaleza […]











 

PEDRO J. VINDELL MATUS – Corresponsal


GRANADA.— En el corredor turístico y en la historia de esta ciudad existen dos puntos equidistantes que se encuentran al final del camino con la salida y la puesta del sol.

El muelle de Granada, con vista hacia las aguas del Gran Lago de Nicaragua y la Fortaleza o Fuerte La Pólvora, al occidente de la Gran Sultana.

Un pequeño rótulo identifica al antiguo edificio colonial donde se dice fue bodega para guardar pólvora y de allí su nombre: “Fuerte La Pólvora”. La casa-almacén La Pólvora fue construida en 1748 y los planos, de acuerdo a la placa a un lado de la puerta principal, los elaboró el Ing. Luis Díaz Navarro.

Para algunos es un triste recuerdo, específicamente para los que estuvieron presos en las celdas de ese local o en sus cinco torreones, donde se dice muchos supieron de los suplicios de las torturas en la época de la GN de la dinastía Somoza.

También estuvieron prisioneras muchas personas afines con la dictadura derrotada, militares de la época y se dice que en iguales circunstancias.

“Yo estuve preso allí”, relató Salvador Acuña y mencionó que también lo estuvo el intelectual José Joaquín Quadra, cuando Rigoberto López Pérez mató a Somoza García en León y en otras ocasiones. El poeta Alvaro Rivas fue otro prisionero en esas ergástulas, lo mismo que el joven ingeniero Julio Alemán Fajardo.

Don César Augusto Ramírez Castillo (72) recuerda los días en que miró presos a los conservadores Miguel Bermúdez y Camilo Mejía, cuando él junto a otros bomberos llegaban para lavar las celdas hediondas.

Ramírez vivió a escasa media cuadra de La Pólvora, toda una construcción de adobe con paredes de un metro de ancho. Recuerda que se hablaba de una prisión conocida como “La Leona”, que era el terror de los reos políticos o de los reos comunes, “muchos lloraron en ella”, dijo. “De afuera, del portón, se miraba a los presos”, acotó.

En tanto Acuña habló de un pozo que aún existe pero el que ahora se encuentra sellado, donde se supo que muchos nicaragüenses fueron llevados presos y quedaron en el fondo del mismo.

Ese edificio antiguo estuvo en manos, durante la actual administración municipal, de unos señores que conformaron un Grupo Cívico. Lo mantuvieron abierto a los turistas un corto tiempo, había un museo de armas en el interior, donde precisamente se guardaba la pólvora en la época colonial, pero luego desistieron del plan original y el portón ahora está cerrado.

Pasó a poder del Instituto Nicaragüense de Turismo, supuestamente en él sería instalada una escuela-taller o algo por el estilo, pero tampoco se realizó.

Podría ocurrir lo mismo que la antigua Casa de La Pólvora de León, se perderá con el paso del tiempo y de los hombres. La historia señala que surgió entre los siglos XVII y XVIII, ante el asedio pirata a Granada, como defensa y fortificación, con sus torreones y una fosa natural, igual que El Fuertecito artillado de cañones junto al muelle y el Fuertecito de San Pablo en Las Isletas.

En el Muelle: Prácticamente, para llegar al muelle del Gran Lago de Nicaragua en Granada, se puede hacer por varios puntos de la ciudad de oeste a este, saliendo de La Pólvora cruzando la Calle Real Xalteva, enrumbando por la Calle La Calzada o bien por la Calle San Juan del Sur, la Calle Corral o la del Arsenal, incluso.

Pero se llega y allí encuentra el visitante una relativa paz. En ese lugar antes estuvo el Fuertecito, que consta de una bodega —según dicen los historiadores—, de unos 500 metros de largo y está montado sobre pilares de madera protegidos en su parte sur por muros de piedras, donde aún permanecen los cañones.

El edificio fue construido por los españoles. Se dice que el Fuertecito y la bodega de allá por 1880 conservaban en sus muros y en el piso, señales de las sangrientas luchas que se libraron: primero contra los piratas en el siglo XVII y después en las batallas contra los filibusteros de William Walker en 1856.

Hay una construcción nueva que fue edificada durante la permanencia en la Presidencia de la República del Dr. Lorenzo Guerrero —quien sucediera al Doctor René Schick Gutiérrez—, contó el Sr. César Augusto Ramírez Castillo, quien rememoró que el muelle anterior al actual era de pura piedra, donde muchos llegaban a cangrejear. La bodega siempre ha estado en ese mismo lugar, expresa el anciano.

Se le permite el paso a los usuarios del transporte lacustre, que viajan en los barcos. Ha sido construido un gran muro de piedra cantera y en la parte superior verjas protectoras de hierro. Finalmente, Salvador Acuña hizo un llamado a las autoridades de INTUR y municipales a salvar el antiguo edificio de La Pólvora y convertirlo en una escuela-taller para niños y jóvenes inhalantes de la pega, para que puedan aprender un oficio

Departamentales Viajes

Puede interesarte

×

El contenido de LA PRENSA es el resultado de mucho esfuerzo. Te invitamos a compartirlo y así contribuís a mantener vivo el periodismo independiente en Nicaragua.

Comparte nuestro enlace:

Si aún no sos suscriptor, te invitamos a suscribirte aquí