- Desea establecer carácter civil de ministro de Defensa, entre otras cosas
(AFP)
GUATEMALA.— El presidente de Guatemala, Alfonso Portillo, consideró el miércoles que debe convocarse a una Asamblea Nacional Constituyente para modificar la actual Carta Magna, aprobada hace 15 años, porque no responde a las necesidades de la población.
“La Constitución es un pacto social pero ya se agotó, necesitamos otro pacto social. El país requiere un nuevo pacto a partir de una Asamblea Constituyente y no vería ningún obstáculo para que el país entre de nuevo a la creación de un pacto”, declaró Portillo en rueda de prensa. Sin embargo, aclaró que esa decisión corresponde al Congreso y no al Poder Ejecutivo.
Las declaraciones la hizo el mandatario tras encabezar un acto oficial en que se celebró el Día Nacional de la Constitución, establecido el 31 de mayo de 1985 cuando fue aprobada la actual Carta Magna.
Portillo mencionó que, entre otros puntos, deberían modificarse los 50 artículos incluidos en un paquete de reformas constitucionales que fue rechazado durante una consulta popular el 16 de mayo del año pasado.
Establecer el carácter civil del ministro de la Defensa y eliminar las prerrogativas presidenciales de indultar a los condenados a muerte y de exonerar el pago de multas e impuestos, son algunas de las modificaciones necesarias, acotó.
“Eso hay que quitarlo de la Constitución. Como bien se ha dicho, esta no es obra perfecta y es una aberración que en una Constitución de la República se establezca el derecho del presidente para perdonar impuestos o vidas”, explicó el mandatario.
También se mostró a favor de modificar un artículo constitucional que impide al actual presidente del Congreso, el general (r) golpista Efraín Ríos Montt, para postularse como candidato a la presidencia del país, y otro que prohíbe la reelección presidencial.
Ríos Montt encabezó un golpe de Estado el 23 de marzo de 1982 y ocupó la presidencia hasta que fue derrocado por otro movimiento similar el 8 de marzo de 1983, lo que motivó a los constituyentes a introducir un artículo que prohíbe la postulación de personas que hayan roto el orden constitucional.
Sin embargo, aunque apoya la reelección presidencial, advirtió que “ni loco” se reelegiría.
El ex presidente Ramiro de León Carpio (1993-96) coincidió con Portillo en que la Constitución es imperfecta, pero destacó en ella la creación de instituciones como la Corte de Constitucionalidad, el Tribunal Supremo de Elecciones y la Procuraduría de los Derechos Humanos.
“Estas instituciones cumplieron con su papel e hicieron funcionar el mecanismo de defensa de la Constitución cuando ésta fue sometida a su prueba más dura, el golpe de Estado de 1993”, promovido por el entonces presidente Jorge Serrano, quien fue defenestrado por la Corte de Constitucionalidad.
“Nuestra Constitución es instrumento de armonía y equilibrio (…) Es un pacto social y un pacto de honor que sirvió como puente para que la nación pudiera pasar pacíficamente del hecho al derecho, de las armas a las firmas y los sellos, del atropello a la ley”, dijo De León.