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40 por ciento de niños sin inscribir

VALERIA GONZALEZ Oscar Rosales Rivera, de 16 años, representó hasta ayer el 40 por ciento de la población infantil que no está inscrita en el Registro Civil de las Personas, según estima Carlos Emilio López, Procurador Especial de la Niñez y la Adolescencia. No obstante, Mar-tha Ramírez, directora del Registro Civil de la Alcaldía de […]

VALERIA GONZALEZ

Oscar Rosales Rivera, de 16 años, representó hasta ayer el 40 por ciento de la población infantil que no está inscrita en el Registro Civil de las Personas, según estima Carlos Emilio López, Procurador Especial de la Niñez y la Adolescencia. No obstante, Mar-tha Ramírez, directora del Registro Civil de la Alcaldía de Managua, alega que sólo el 25 por ciento de la población infantil aún no está asentada.

Por su parte el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) en su estudio “Análisis de la Situación de la Niñez Nicaragüense”, presentado en 1999, plasma que para 1995 el 38 por ciento de la población infantil no estaba registrada, experimentando un incremento del dos por ciento para 1996.

Socorro Rivera, mamá de Oscar, dijo que por falta de recursos económicos no había asentado a su hijo, pero al enterarse de la gratuidad de este trámite optó por asistir a la ventanilla 11 del Registro Civil de las Personas.

Añadió que el trámite lo realizó porque en el Colegio Juan Bautista Arríen, donde Oscar cursa el tercer ciclo, primaria acelerada, a ella diariamente le pedían la partida de nacimiento de su hijo.

Oscar manifestó que la inscripción de su nacimiento significa mucho para él porque desde que ingresó a la escuela la directora le advirtió que sus padres tenían que gestionarle la partida de nacimiento.

Además, la directora del centro lo admitía sin partida de nacimiento porque le tiene cariño, pero él no podía seguir siendo un ciudadano sin derechos.

Pero, en esta familia no sólo Oscar carecía de una partida de nacimiento, a él se le suma una hermana de 27 años, Martha Rosales. A su vez, ella tampoco había inscrito a sus cuatro hijos, hasta el día de ayer registró como ciudadano a dos de su vástagos, Jeffry de 10 años y Meybol de 9 años de edad. Ellos asistían a la escuela sin haber presentado la partida de nacimiento.

“De pequeño no inscribí a mis hijos porque su papá se murió cuando ellos estaban pequeños, por tal razón me fui para Costa Rica a trabajar en labores propias del campo, mi salario lo enviaba a mi mamá para la alimentación de mis hijos. Esta situación imposibilitó la inscripción oportuna de mis hijos”, expresó Martha.

Ella manifestó que a los otros dos niños los registrará otro día porque asistirá con su papá, quien los reconocerá, al Registro Civil de las Personas.

Martha sostuvo que un abogado le pedía mil córdobas para realizarle el trámite de inscripción de sus hijos, dinero que ella no tenía en su bolsa porque desde hace tres años que regresó del vecino país del sur está desempleada, por tal razón ayer, aprovechando la gratuidad del trámite en la ventanilla 11, asentó a sus hijos.

En octubre se clausurará el proyecto de gratuidad para inscribir a las personas que hayan cumplido un año, porque el costo para asentar a un ciudadano anda arriba de los 600 córdobas, informó Ramírez.

Agregó que el programa de gratuidad en la inscripción de los ciudadanos es apoyado por la UNICEF y el Consejo Supremo Electoral (CSE).

La funcionaria manifestó que probablemente hace tres años el 40 por ciento de la población no haya sido inscrita, pero a partir de 1997 cuando se implementó el proyecto de gratuidad, el porcentaje señalado por el Procurador Especial de la Niñez ha disminuido considerablemente a un 25 por ciento.

Por su parte, López expresó que es preocupante que el 40 por ciento de la población no esté inscrita porque a estos niños y niñas se les está privando de sus derechos fundamentales como ciudadanos nicaragüenses.

En tanto el estudio “Análisis de Situación de la Niñez Nicaragüense”, expresa que la inscripción de un niño o niña en el Registro Civil de las Personas es la primer señal de reconocimiento de su existencia jurídica por parte de su familia.

Además, es el primer paso para el cumplimiento de otros derechos civiles, la garantía de la participación ciudadana y por ende la demanda de derechos sociales, económicos y políticos.

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