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Acerca del aborto

  • Un ser nuevo que toma parte de dos seres, pero no pertenece a
    ninguno de ellos, es una vida nueva que tiene características propias, y si vive tiene derechos que deben ser tutelados por la sociedad en general y por el Estado

MARIO RUIZ CASTILLO

El debate y discusión del aborto con encontradas posiciones, tema por sí interesante, que desborda muchas veces el conocimiento popular, cargado sí de intereses creados y defensas apasionadas en uno y otro sentido, crea confusión al mezclar materias que van desde la medicina, disciplina científica un poco rígida hasta la sociología que estudia comportamientos sociales, variables por supuesto de acuerdo a la sociedad en que se viva.

La pregunta que cabe es: ¿El interrumpir por acción humana un embarazo es un crimen o es una opción que tenemos?

Si contestamos afirmativamente la primera, desde la concepción existe vida y no puede otro ser disponer de la vida de otro: En otras palabras, cometemos un crimen; el que debe ser sancionado.

Por otra parte, si consideramos que es una opción el interrumpir o no un embarazo, ya que somos dueños de nuestro cuerpo, suponemos por supuesto que lo que está dentro del vientre es simplemente un objeto material desprovisto de derechos. También existe la argumentación del derecho a la interrupción basada en la eliminación del sufrimiento de las mujeres solas e hijos inadaptados al no ser deseados; esta postura muy peligrosa por cierto, justifica no sólo la intervención en una vida que no es nuestra en el vientre de una mujer: sino que ella tendría también validez para eliminar a sectores de población o razas, con los cuales no compartimos o no son de nuestro agrado o con el pretexto de combatir o erradicar de una vez la pobreza, taras y propensiones a enfermedades: No todos tenemos derecho a la vida o sólo algunos tenemos ese derecho.

Lo cierto es que la mezcla de la sociología, que por cierto influye y confluye en diversas disciplinas como el derecho y la economía, nos insta a confundir la sociología jurídica con lo jurídico y a la economía con la economía política, siendo distintas, con muchos lazos en común, sin embargo distintas.

Por esta confusión imperante, para algunos, el aborto es una solución a la pobreza; para otros significa la liberación femenina al poder disfrutar del sexo sin el suceso de un imprevisto indeseado. Muchos fundamentan su posición en motivos éticos y religiosos, cada quien pretende que prevalezca sus argumentos y justifica su postura, apartándose todos ellos del simple hecho biológico.

Y dentro de tanta mezcla de ideas y enmarañado fluir de opiniones, nos preguntamos si como bien demostrado que está, que se trata de un hecho biológico, de una creación de un ser nuevo que toma parte de dos seres, pero no pertenece a ninguno de ellos, que es una vida nueva, que tiene características propias, y si vive, por lo tanto tiene derechos, y por ende ellos tienen que ser tutelados por la sociedad en general y por el Estado.

El autor es abogado y notario.   

Editorial
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