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Waspán Norte lanza un llamado de auxilio

Sobra todo lo malo y falta todo lo bueno EMILIANO CHAMORRO El barrio Waspán Norte está ubicado detrás del costado norte de la Tabacalera Nicaragüense. Entrar a este barrio es como penetrar en una comarca a centenares de kilómetros de Managua donde ni siquiera se asoma el progreso. Desde la entrada a este barrio es […]

  • Sobra todo lo malo y falta todo lo bueno

EMILIANO CHAMORRO

El barrio Waspán Norte está ubicado detrás del costado norte de la Tabacalera Nicaragüense.

Entrar a este barrio es como penetrar en una comarca a centenares de kilómetros de Managua donde ni siquiera se asoma el progreso.

Desde la entrada a este barrio es una odisea para sus visitantes y moradores.

La calle principal corre paralela a un enorme cauce. Las calles, en invierno y en verano, son alternativamente polvosas, lodosas, pedregosas y ¨adornadas¨ de basura ya que el camión recolector hace tiempo que no entra al barrio.

Los cauces sirven de enormes basureros, los cuales al convertirse ipso facto en criaderos de zancudos, son enormes focos de transmisión de enfermedades para la población.

Sin embargo, a pesar de esta grave situación en Waspan norte no hay un centro de salud y sus habitantes tienen que trasladarse a otros barrios vecinos para ser atendidos.

Para los niños no existe un sitio donde puedan divertirse, pero hay lugares en que la Alcaldía bien pudiera construir un parque donde los niños puedan tener acceso a una diversión sana.

La desesperanza del barrio se manifiesta desde la falta de un colegio público, situación que obliga a los padres a que sus hijos vayan a otros colegios de barrios aledaños, con lo que corren el peligro de ser accidentados al cruzar la carretera o bien ser atacados por delincuentes que proliferan en los alrededores del barrio.

La falta de alumbrado público es otra de las dificultades de este barrio, cuyas calles por la noche están en completa oscuridad.

Antonio Ramírez, habitante del barrio, aprovechó nuestra visita para hacer un llamado a las autoridades de ENEL a que instalen luminarias. “La vez pasada vino una cuadrilla de ENEL, pero solamente en la entrada del barrio iluminó. La falta de alumbrado afecta a todo el barrio”, aseguró.

Félix Mendoza, quien tiene 15 años de vivir en el barrio, asegura que el alcalde Roberto Cedeño las veces que ha llegado al barrio les ha prometido que llevará mejoras, “pero hasta ahora sólo se ha ido en palabras y no hechos. Reconocemos que la alcaldía ha hecho esfuerzos en otros barrios de Managua pero nosotros necesitamos escuela, centro de salud y que sus calles sean reparadas,” dijo.

Rosa Vargas, también habitante de Waspán, exhortó al gobierno a que no siga con esa actitud de marginación para el barrio. “Aquí pareciera que vivimos en las cavernas. Cuando llueve los lodazales son terribles y en verano el polvo nos atormenta. Aquí en este barrio hay muchas necesidades. Yo sé que no pueden resolverse de una sola vez, pero deberían por lo menos de pensar en proyectos sociales que vayan a mejorar las condiciones de miseria en que vivimos”.

La delincuencia.

A las seis de la tarde, en el barrio Waspán Norte se vive en un ambiente de virtual estado de sitio.

Los habitantes cierran sus puertas por temor a ser víctimas de la delincuencia, la que se ha incrementado enormemente con la llegada de individuos de otros sectores.

La población estudiantil es la más propensa a ser presa de las actividades delictivas, las cuales se registran a diario, sin que las autoridades policiales hagan presencia ante las agresiones que la población del barrio sufre ante las acciones vandálicas.

“La Policía más bien les teme a estos chavalos (delincuentes), que son capaces de matar a cualquier cristiano y todavía se ríen de las barbaridades que hacen. Posiblemente hasta la Policía sea cómplice de la delincuencia ya que en varias ocasiones he visto a patrulleros (policias) conversando y hasta riéndose con los delincuentes y pandilleros”, aseguró una habitante la cual prefirió omitir su identidad por temor a ser víctima de los delincuentes.

“Nosotros pedimos a las autoridades que si es posible instalen una comisaría policial para que así el ciudadano pueda sentirse protegido de la delincuencia.

En este barrio a diario hay enfrentamientos entre pandilleros los que a la vez aprovechan para robar a los ciudadanos honestos. Si ese tal Código de la Niñez les da impunidad a los delincuentes ¿cuál es la alternativa que los ciudadanos tenemos para nuestra seguridad?, se preguntó otro ciudadano que también omitió su nombre por seguridad.   

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