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Deportación amenaza a nicas

Deben inscribirse de nuevo antes del 9 de junio, pues al parecer no habrá prórroga (EFE) Washington.— Miles de nicaragüenses y hondureños serán vulnerables a la deportación si el Servicio de Inmigración de EE.UU. (INS) no decide una prórroga para la reinscripción de los refugiados de ambos países amparados por el TPS, según dijo la […]

  • Deben inscribirse de nuevo antes del 9 de junio, pues al parecer no habrá prórroga

(EFE)

Washington.— Miles de nicaragüenses y hondureños serán vulnerables a la deportación si el Servicio de Inmigración de EE.UU. (INS) no decide una prórroga para la reinscripción de los refugiados de ambos países amparados por el TPS, según dijo la organización Unidad Hondureña.

Esta organización ha pedido una prórroga de 90 días debido a que menos del 50 por ciento de los miles de hondureños y nicaragüenses refugiados bajo el “estatus de protección temporal” (TPS), han solicitado hasta hoy su reinscripción, según dijo a EFE el presidente de la entidad, José Lagos.

Las regulaciones de las autoridades de inmigración de EE.UU. al prorrogar el TPS para estas personas, del 5 de julio de 2000 a igual fecha de 2001, establecen que deben inscribirse de nuevo antes del próximo 9 de junio.

Quienes no cumplan con este requisito perderán el permiso temporal de trabajo en EE.UU. y quedarán en un limbo migratorio con posibilidades de ser repatriados.

“Va a ser muy triste para nuestra comunidad que no se conceda la prórroga”, afirmó Lagos, quien junto con otros dirigentes de Unidad Hondureña solicitó una extensión del plazo por 90 días ante el INS, y expuso el problema a la Casa Blanca y los Departamentos de Estado y de Justicia el 26 de mayo pasado.

Atendiendo sugerencias del presidente Bill Clinton, el Servicio de Inmigración concedió 18 meses de permanencia en Estados Unidos a los refugiados hondureños y nicaragüenses que llegaron al país antes del 31 de diciembre de 1998 a causa del huracán “Mitch”.

Con esta decisión, Clinton pretendía ayudar a la recuperación y reconstrucción de Honduras y Nicaragua, los países centroamericanos más afectados por el huracán que devastó esa región a finales de octubre y principios de noviembre de ese año.

“La mejor ayuda que EE.UU. puede dar es la aprobación de una amnistía” precisó José Lagos, lo que permitiría a los refugiados hondureños y nicaragüenses legalizar su situación migratoria y continuar enviado sus remesas de dinero que contribuyen en gran medida al fortalecimiento económico de sus países, agregó.

El presidente de Unidad Hondureña calcula que los hondureños que residen en Estados Unidos envían anualmente a su país más de 600 millones de dólares en remesas familiares.   

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