14
días
han pasado desde el robo de nuestras instalaciones. No nos rendimos, seguimos comprometidos con informarte.
SUSCRIBITE PARA QUE PODAMOS SEGUIR INFORMANDO.

Dominicano dirigía narco-red por celular

ARY NEIL PANTOJA Entre abril y agosto de 1999, el ciudadano dominicano Juan Díaz Berridos realizó la compra de unos seis aparatos celulares para mantener contacto directo con las personas que integraban la red nacional de narcotraficantes recientemente desarticulada por las autoridades policiales. Según el expediente que sobre el caso lleva la Dirección de Investigaciones […]

ARY NEIL PANTOJA

Entre abril y agosto de 1999, el ciudadano dominicano Juan Díaz Berridos realizó la compra de unos seis aparatos celulares para mantener contacto directo con las personas que integraban la red nacional de narcotraficantes recientemente desarticulada por las autoridades policiales.

Según el expediente que sobre el caso lleva la Dirección de Investigaciones Criminales de la Policía Nacional (DIC), un ciudadano de “acento extranjero” compró dos aparatos celulares en un kiosco de la empresa Signal Bell South, ubicado en Plaza Inter, y atendido por Fátima Johanna Pérez Dávila, entre los meses de abril y agosto “con el fin de mantener contacto con los empleados de su negocio”.

La compra de los celulares no tendría nada de extraño de no ser porque el “cliente” jamás dio su nombre y “por ser extranjero” decidió poner a nombre de una persona nicaragüense uno de esos celulares.

Por tal motivo Pérez Dávila, a petición del ciudadano extranjero, le propuso a Martha Lorena Alguera Cerda servir como testaferro en la transacción y poner a su nombre el celular que utilizaría el extranjero para su negocio. A cambio, el cliente le daría 20 dólares “por el favor”.

VARIOS “PEGADOS”

Las investigaciones de la DIC indican que el extranjero que compró los teléfonos móviles es el dominicano Díaz Berridos, que fue circulado por las autoridades policiales debido a que, se presume, es miembro de la red de narcotraficantes recientemente desarticulada por la Policía Nacional.

Los ex capitanes de la Policía y el Ejército, Esther Concepción Ruiz Téllez y Salvador Napoleón Silva Espinosa respectivamente, así como Eveling Margarita Toruño Ortiz y Nizo Aristóteles Morales Montiel, son parte de esa red de narcotraficantes y se encuentran a la orden del juez.

Pero las declaraciones de ambas jovencitas se contradicen. Mientras Pérez Dávila sostiene que Alguera Cerda llegó con Díaz Berridos a comprar el celular y ponerlo a nombre de ella; Alguera dijo que fue Pérez Dávila quien se lo propuso.

De cualquier forma, el celular 08851118 quedó a nombre de Martha Lorena Alguera Cerda, pero era utilizado por “el extranjero”.

Según la ejecutiva de ventas de la empresa telefónica, Díaz Berridos se presentó semanas después a comprar “otros” teléfonos a nombre de otras personas. “Lo raro es que yo siempre lo veía llegar (a Plaza Inter) a ocupar los teléfonos públicos (monederos) y compraba muchas tarjetas (de los públicos)”.

“Una vez le pregunté por qué usaba los públicos y me dijo que era para controlar a sus trabajadores”, dice parte de la declaración de Pérez Dávila ante las autoridades de la DIC en el caso de la narco-red nacional.

La Policía investiga si el celular que usaba Nizo Morales Montiel el día de su captura es uno de los comprados por Díaz Berridos. El número de Morales Montiel era el 07768573.

MAL NEGOCIO

En el caso del celular que Díaz Berridos compró a nombre de la jovencita Martha Lorena Alguera Cerda, la cuenta del aparato quedó con una deuda de unos 8,000 córdobas, pues en una ocasión una persona llegó al mismo kiosco de Pérez Dávila a intentar conectarlo.

Según Pérez, cuando consultó con la empresa telefónica, el aparato estaba reportado como perdido y presentaba un saldo pendiente de entre 7,000 y 8,000 córdobas. Alguera Cerda se enteró del asunto por el recibo de cobro que le llegó a su casa y fue cuando le reclamó a Pérez Dávila por haberle propuesto “el negocio” de servir como testaferro de Díaz Berridos.

Después de eso, ninguna de las jóvenes volvieron a ver al extranjero, al que ambas identifican como un hombre de baja estatura, medio gordo, pelo medio alisado, moreno, cara redonda y entre 35 y 40 años, además de hablar con acento extranjero.   

Nacionales

Puede interesarte

×

El contenido de LA PRENSA es el resultado de mucho esfuerzo. Te invitamos a compartirlo y así contribuís a mantener vivo el periodismo independiente en Nicaragua.

Comparte nuestro enlace:

Si aún no sos suscriptor, te invitamos a suscribirte aquí