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Ruinas del plantel industrial de la mina de Siuna. Veteranos mineros añoran la bonanza de la epopeya aurífera de tiempos remotos.

Pobreza y abandono en Triángulo Minero

Más que una ofensiva militar se necesita una ofensiva socioeconómica, dicen pobladores El gobierno debe diseñar un plan coherente para sacar del letargo a las minas HEBERTO JARQUIN y JUAN IGNACIO ROSALES Los conflictos que se viven hoy en el llamado Triángulo Minero (Siuna, Rosita y Bonanza) son el resultado de un contexto de pobreza, […]

  • Más que una ofensiva militar se necesita una ofensiva socioeconómica, dicen pobladores
  • El gobierno debe diseñar un plan coherente para sacar del letargo a las minas

HEBERTO JARQUIN y JUAN IGNACIO ROSALES

Los conflictos que se viven hoy en el llamado Triángulo Minero (Siuna, Rosita y Bonanza) son el resultado de un contexto de pobreza, inseguridad y abandono a que se ha visto sometida esta zona del Atlántico Norte.

Según afirmaciones del licenciado Carlos Mairena, director de planificación de la Alcaldía de Siuna, el índice de desempleo en la zona urbana del municipio de Siuna es de un 90 por ciento; en Bonanza y Rosita oscila entre un 80 y 85 por ciento.

Distintas voces de esa zona aseguran que para “pacificar” el Triángulo Minero se necesita, más que una ofensiva militar, una ofensiva socioeconómica que no da señales de iniciar.

La industria minera ha entrado en un declive en Siuna y Rosita, y sobrevive a duras penas en Bonanza, donde sigue siendo el principal sostén económico de este municipio.

En Siuna predomina la ganadería y el cultivo de granos básicos y Rosita se mantiene gracias a la industria forestal, con el consiguiente daño que se le causa a los bosques y a la biodiversidad.

Los distintos sectores que conforman la sociedad civil en Siuna han planteado que para resolver la problemática del Triángulo Minero no se requiere de una ofensiva militar sino de una ofensiva socioeconómica.

‘’El gobierno debe diseñar un plan coherente para sacar del letargo a las minas, que sí tienen un gran potencial de recursos naturales. Según estudios, Siuna tiene una reserva de oro que se puede explotar industrialmente hasta por un período de cincuenta años’’, sostuvo el estudiante de ingeniería agroforestal y funcionario de FADCANIC, Rodrigo Larrave.

GRUPOS ARMADOS
Las autoridades de la Policía y los jefes del Ejercito han definido a los grupos armados como delincuentes, no obstante por su “modus operandi”, se puede hacer la siguiente clasificación:

– Delincuentes que alegan alguna motivación ideológica

– Delincuentes

– Paramilitares o Policías

Los rearmados que alegan alguna motivación ideológica o política conforman el grupo de José Luis Marenco, Domingo Quintero y “Juan de la Montaña”, quienes hacen labor proselitista entre la población campesina donde tienen base social, emboscan unidades del Ejército y la Policía.

Los delincuentes asesinan campesinos, asaltan en los caminos, roban ganado y siembran el terror en el campo. A este grupo pertenecen, según la Policía, las bandas de ’’El Chaparro’’ y ‘’El Veloz’’ y el más connotado es Pilar Lira alias “Tyson”, a quien Guadalupe Montenegro lo acusa de haber asesinado a siete miembros de su familia el pasado 18 de mayo.

La tercera categoría, la población campesina la relaciona con paramilitares que son “la ley” en muchas zonas, a quienes les atribuyen “licencia para perseguir y matar” a delincuentes, y no es raro verlos hasta litigando en conflictos agrarios.

Por ejemplo, se conoce el caso del policía comarcal Ezequiel Medrano, alias ‘’Mochila’’ a quien el juez de Siuna, Cristino Aguilar Tinoco, le hizo saber que no estaba autorizado para mediar en problemas de tierra.

A la actividad delincuencial tradicional se suma ahora el narcotráfico, cuyos efectos ya se han hecho sentir. Un funcionario policial que pidió omitiéramos su nombre, manifestó que en Siuna se han descubierto plantaciones de marihuana.

Pero el mayor peligro lo constituye la amenaza de que la mafia internacional pretenda convertir al Triángulo Minero nicaragüense en una ruta para el tránsito de aeronaves que trasladan cocaína y heroína de Colombia hacia Estados Unidos.

FALTA ATENCION DE GOBIERNOS EN TURNO
Los habitantes de este sector del país, a unos 300 kilómetros al noreste, han pedido a gritos la atención del gobierno, pero como dicen muchos ciudadanos de “las minas”, “los políticos piensan que Managua es toda Nicaragua y sólo se aparecen antes de las elecciones” y cuando quieren negociar las concesiones para la exploración y explotación de las minas y los bosques de madera preciosa.

Rodrigo Larrave, director de la Fundación para la Autonomía y el Desarrollo de la Costa Atlántica (FADCANIC) en el municipio de Siuna, es del criterio que se necesita un crédito dirigido para estimular la producción, tomando en cuenta que el Triángulo Minero es de vocación agroforestal y no es conveniente implementar el cultivo de granos básicos ni la ganadería extensiva.

‘’Nosotros estamos promoviendo la conservación de los suelos y le hacemos ver a los productores que se debe impedir el avance de la frontera agrícola’’, expresó Fabián Saavedra, dirigente de la UNAG y director del programa ‘’Campesino a Campesino’’.

Saavedra recalcó que el programa en el cual trabaja podría estar en peligro de caerse, porque los campesinos están temerosos de la violencia que se vive en la zona.

“No van a estar cuidando un árbol para 20 años, si saben que el día de mañana pueden aparecer muertos, es difícil hacer conciencia del daño que sufren los bosques con un ambiente tan hostil”, señaló el dirigente campesino.

PROBLEMA DE AGUA POTABLE
El agua que consume la población del Triángulo Minero está altamente contaminada con heces fecales. En Siuna y Bonanza existe el agravante de los tubos de distribución que son de plomo con el consiguiente riesgo que implica la exposición del agua a este metal.

En tiempos de verano el caudal de las fuentes disminuye dramáticamente y los pozos se secan, la tala de los bosques contribuye al incremento de la escasez.

La doctora Lucía Lira, directora del Ministerio de Salud en el municipio de Bonanza, recomendó a la ciudadanía que hiervan y cloren el agua para evitar las enfermedades intestinales y la parasitosis.


Campesinos inician éxodo

Más de 250 familias han emigrado al poblado minero de Siuna

HEBERTO JARQUIN
JUAN IGNACIO ROSALES

Tras el asesinato de siete personas el pasado 16 de mayo, más de 250 familias campesinas han iniciado un éxodo a los poblados más cercanos, huyendo de la violencia y la inseguridad que se vive en el campo.

Los últimos reportes de la Casa de la Mujer, quien lleva el control de las familias refugiadas que han llegado al poblado minero de Siuna y sus alrededores, indican que hay más de 250 familias que están en condiciones de “damnificados de guerra” por la situación de violencia que se vive en la zona.

Los campesinos huyen de sus comunidades, dejando atrás sus enseres domésticos, se llevan lo que pueden de sus aves y animales de corral, asimismo cargan con lo poco de comida que tienen.

CAMPESINOS TEMEN SER ASESINADOS
Ese es el caso de la señora Blancanieves Salinas, quien dejó lo poco que tenía en la comarca de Oro Fino y se dirigió al sector de Cooperan, a unos 15 kilómetros al sureste de Siuna, donde está posando con 16 miembros más de su familia, huyendo de la violencia que se vive en la zona

Doña Blancanieves, dijo que tuvo que salir de la comunidad donde vivía porque el pasado sábado 27 llegaron dos hombres armados a su casa, preguntaron por su hijo Benito Sánchez y lo sacaron de su vivienda y lo llevaron con rumbo al monte.

Sánchez, era miembro de la Comisión de Paz del sector, lo mataron a disparos y después le arrancaron la cabeza.

“No vamos a regresar al lugar porque nos pueden matar a todos. Ya murió uno de mis hijos, no quiero que asesinen a los otros dos”, indicó doña Blancanieves.

DEJAN TERRENOS LISTOS PARA LA SIEMBRA DE PRIMERA
Caso similar es el del señor a quien llamaremos “José” para evitar represalias, quien manifestó que tuvo que dejar 25 manzanas en el sector de la Toboba, a unos 25 kilómetros al noreste de Siuna, porque le dijeron que “Tyson”, andaba por la zona y preguntó por él.

“Dejé mis tierras preparadas para sembrar arroz, todo el trabajo que había hecho en la finca lo perdí y ahora no sé hasta cuándo voy a regresar”, destacó.

En ese sentido, Alejandra Centeno Ramírez, coordinadora de la Casa de la Mujer, aseguró que se están haciendo esfuerzos dentro de la comunidad de Siuna principalmente para ayudar a estas personas que huyen del campo.

“Estamos tratando de hacerles llegar alimentos, frazadas, medicinas y plástico para que se puedan proteger en cierta forma de la lluvia”, señaló Centeno.  

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