BENJAMÍN BLANCO
Hace 21 años, un 11 de junio del año 1979, las instalaciones del Diario de los Nicaragüenses fueron destruidas por un bombardeo de la aviación somocista “como un gesto de venganza de una fiera que agonizaba”.
El feroz ataque fue una de las últimas “patadas de ahogado” que dio el régimen del dictador Anastasio Somoza Debayle, a quien le molestaba, como a cualquier dictador, la férrea oposición que desde sus páginas mantenía LA PRENSA.
“Según testigos, un avión militar arrojó seis bombas sobre el edificio en cuyo interior había once personas y a continuación una tanqueta disparó contra la entrada principal y produjo una gran perforación”, habría escrito para su periódico el periodista mexicano Jaime Avilés, quien vino de corresponsal al país para cubrir la insurrección final.
El corresponsal Avilés señala en su reporte que el piloto del avión de la guardia, al parecer no tuvo buena puntería, porque la mayoría de los cohetes que lanzó impactaron contra la Iglesia Santa Faz, ubicada en el Barrio Costa Rica, matando a seis niños y tres adultos que se habían refugiado en la sacristía del templo durante los enfrentamientos de la guardia y “los muchachos” en la Carretera Norte.
Ninguna de las once personas que estaban en las instalaciones de LA PRENSA al momento del ataque sufrió heridas de gravedad.
“El bombardeo ocurrió cerca del mediodía. Una noche antes, el Estado Mayor de la Guardia se reunió para decidir el ataque contra los barrios orientales, pero también aprovecharon para bombardear LA PRENSA”, relató Luis Sánchez Sancho, actual editor de la página de opinión de este diario.
Según Sánchez, la Guardia Nacional decidió el ataque porque desde el 10 de junio de 1979, “los comandos sandinistas” empezaron a tomarse el sector oriental de Managua, encabezados por Joaquín Cuadra, William Ramírez y Carlos Núñez Téllez.
“Yo sólo tenía 10 años. En las calles sólo se escuchaba decir que ya la guardia iba de retirada. Mi papá vendía comida en las afueras de LA PRENSA. Pero como eran días peligrosos, ya casi nadie venía a trabajar al periódico y ese día, cuando yo iba con mi papá para la casa, escuchamos las explosiones”, recordó Bladimir Amador, quien actualmente labora en el Departamento de Diseño del Diario.
“LA GUARDIA IBA EN DESBANDADA”
Por su parte Cruz Flores, uno de los más antiguos fotógrafos del periódico, señaló que “yo estaba revelando un rollo de película, pero la gente de afuera me contó que todos creían que la tanqueta iba para el aeropuerto, porque se oía decir que ya la guardia iba en desbandada, pero de repente la tanqueta se puso frente al portón y lanzó el proyectil”, comentó.
Dos soldados de la Guardia Nacional se introdujeron después a las instalaciones para prenderle fuego al resto del edificio y hubo un incendio, señala un archivo del Diario LA PRENSA de 1980.
Eran días de confusión e incertidumbre. Desde el 1 de junio, el país se había lanzado a una huelga general. E inmediatamente empezó la insurrección popular en algunos barrios capitalinos. LA PRENSA fue bombardeada a sólo 36 días del triunfo de la revolución sandinista, el 19 de julio de 1979.
Sin embargo, el odio hacia LA PRENSA de parte de la dictadura somocista, se repitió a los pocos meses contra este Diario, e irónicamente esta vez el odio provenía del régimen sandinista.
Después de nueve años del bombardeo al Diario de los Nicaragüenses, en un editorial LA PRENSA publicó: “Pagamos un alto precio por obtener la libertad, y lo seguimos pagando ahora de parte del mismo gobierno y partido que ayudamos a colocar en el poder”