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Fusiones

Casi todos los partidos políticos se han enfrascado últimamente en intensos esfuerzos por aliarse o fusionarse, con el fin de tener mejores posibilidades en las próximas elecciones municipales y en las siguientes, legislativas y presidenciales.

Como se sabe, la nueva Ley Electoral fue pactada por las cúpulas del PLC y del FSLN para forzar un nuevo bipartidismo en Nicaragua. Inclusive, la reforma electoral fue hecha para facilitar el retorno del FSLN al poder, en la próxima elección presidencial, con apenas el 35% de los votos en caso de que la diferencia con su más cercano seguidor sea de 5% o más de los sufragios.

De modo que para los partidos democráticos opositores al binomio libero-sandinista, es imperiosamente necesario unirse o fusionarse no sólo para tener posibilidades de ganar las próximas elecciones, sino inclusive para poder sobrevivir.

Sin embargo, la unidad no se debe confundir con la promiscuidad. La unión o fusión de los partidos debe hacerse a base de principios, no por conveniencias temporales y oportunistas para alcanzar el poder a como sea, o para conseguir al menos algunas posiciones en los órganos estatales de representación.

Los partidos democráticos no pueden atenerse a la regla amoral de que el fin justifica los medios y de que, por lo tanto, con tal de alcanzar el poder hay que practicar cualquier clase de estratagemas y aliarse con quien sea, inclusive con quienes en el pasado impusieron formas de gobierno dictatoriales, represivas y corruptas.

Estamos claros de que en una sociedad democrática debe haber espacio para todas las corrientes ideológicas y políticas. Pero los partidos y las personas demócratas deben aliarse con otros partidos y personas democráticos, no con quienes anteriormente usaron el poder para imponer regímenes dictatoriales y militaristas.

La mayoría de los nicaragüenses quiere y necesita un cambio de gobierno y de rumbo del país, pero un cambio que sirva para mejorar, no para seguir con lo mismo que hay ahora y menos para empeorar con el regreso al régimen sandinista, en cualquier forma que sea y por muy renovada que se pretenda presentar.   

Editorial
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