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Sed de justicia

Con notoria frecuencia vemos en nuestro país una justicia parcializada. Por un lado, se beneficia a políticos, militares o a personas con suficiente capacidad económica, y en el mismo orden a sus familiares o allegados.

Por el otro lado, se desprotege a la víctima de sus victimarios, si los afectados pertenecen a la clase media o a la clase pobre. Pero si los afectados pertenecen a clases de superior capacidad económica la justicia funciona a medias. Si es el Estado el perjudicado y el implicado es un funcionario protegido por el Gobierno, se le premia y la justicia brilla por su ausencia.

Si el que es acusado pertenece a la clase pobre o clase media, la justicia aparece como protectora de la sociedad y los jueces se muestran implacables con sus sentencias, para proteger el Estado de Derecho.

Si el victimario está ligado a las estructuras de poder (Ejecutivo y Gobierno), éste goza de la protección de estas mismas estructuras. Ni se le arresta, ni se le encarcela y la justicia aparece actuando en forma blandengue, y brindándole oportunidades de defensa al delincuente.

Las comisiones de Derechos Humanos no tienen oído para clamar justicia a favor de las víctimas de las clases pobres o más desposeídas del país, si esto no involucra publicidad para estas instituciones protectoras de los Derechos Humanos. Estas comisiones se parcializan como la justicia, y sólo protegen los casos que llevan notoriedad periodística para sus directores.

Clamemos por una verdadera justicia para nuestro pueblo. Que haga del Poder Judicial una verdadera institución capaz de administrar justicia para Nicaragua.

DR. FRANCISCO J. MATUS R.

Tel.: 266-1477.   

Editorial
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