Adolfo Calero P.
Los nicaragüenses nos encontramos hondamente preocupados ante la posibilidad de que el Congreso de los Estados Unidos de América, en atención a los problemas pendientes de la propiedad, apruebe una ley poniendo fin a la facultad presidencial de otorgar una dispensa (waiver) a nuestro país para continuar recibiendo asistencia financiera del país del norte.
A nadie escapa, que el cese de la ayuda económica norteamericana a nuestra nación y, peor aún, instrucciones a sus representantes en los organismos financieros internacionales “…para oponerse a cualquier préstamo u otra utilización de sus fondos para beneficio de la República de Nicaragua…,” paralizarán al país. Además, esta ley, al cerrarnos las puertas de sobrevivencia económica, tendría un efecto destructor de su propio propósito, el cual es la satisfacción de los reclamos de compensación de propiedades de ciudadanos norteamericanos confiscados por el sandinismo. Recordemos la máxima popular: “No hay que matar la gallina de los huevos de oro”. Otros efectos colaterales serían que se recrudecería la inestabilidad, se agudizaría el desempleo, se estimularía la violencia y se crearían las condiciones para el retorno de la “noche oscura”.
El Congreso de los Estados Unidos tiene el derecho soberano de dictar las leyes que considere de su conveniencia. Sin embargo, es necesario recordar que el problema de la propiedad no es de creación reciente, surgió y adquirió magnitud durante los años del régimen sandinista y culminó con la tristemente célebre “piñata”, que significó la ratificación del despojo de sus propiedades a miles de nicaragüenses y extranjeros, incluidos numerosos norteamericanos.
Como muy bien saben nuestros amigos del Senado y la Cámara de Representantes de los Estados Unidos, con su generoso apoyo combatieron miles de “Comandos de la Libertad”, quienes valerosamente ofrendaron sus vidas en contra de los desmanes, de la opresión, de las doctrinas aberrantes y de los sectarismos anacrónicos que victimizaban a nuestro pueblo. Grande fue la contribución de los nicaragüenses al nuevo orden mundial.
Recuperaba la libertad en el 90 y dentro de un difícil y complejo proceso de transición, nuestro país está procurando normalizar las graves situaciones heredadas, incluyendo el vital tema de la propiedad. El Gobierno de Doña Violeta de Chamorro y el actual, han estado dando pasos en ese sentido, pero han estado limitados por la cantidad de reclamos presentados por legítimos propietarios afectados y por la falta de recursos económicos necesarios para indemnizarlos. Sin embargo, se ha avanzado, se han creado y puesto en funcionamiento los Tribunales de la Propiedad, cuya labor deberá agilizar la solución de los casos pendientes. Se han resuelto 1,546 reclamos de propiedad en los últimos 3 años, habiéndose hasta la fecha solucionado más del 60% de los casos presentados pertenecientes a los ciudadanos norteamericanos.
Por todo lo anterior, una comisión parlamentaria viaja a Washington a solicitar la comprensión y respaldo del Congreso de los Estados Unidos, en la seguridad de que si se aprueba el proyecto de legislación anunciado, será gravemente lesivo para Nicaragua y pondrá en serio riesgo la gobernabilidad y la incipiente democracia lograda, y además despejaría el camino precisamente a favor de quienes fueron los causantes del problema de la propiedad.
Hoy como ayer, esperamos la solidaridad y compresión de quienes han sido históricamente nuestros amigos, no vamos a una confrontación con ellos, sino a buscar cómo tender un puente de plata.
El autor es Presidente Nacional, Alianza Conservadora (ALCON)
Diputado de la Asamblea Nacional y Presidente de la Comisión del Exterior.