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Deficiencia higiénica afecta a trabajadores

GABRIELA ROA ROMERO En las empresas de Zona Franca se dan una serie de problemas en común que ponen en peligro la seguridad y la salud de las personas que laboran en las instalaciones. Entre éstos tenemos la exposición al polvo del algodón, temperaturas calientes, ruido y problemas dermatológicos por el contacto con diferentes químicos. […]

GABRIELA ROA ROMERO

En las empresas de Zona Franca se dan una serie de problemas en común que ponen en peligro la seguridad y la salud de las personas que laboran en las instalaciones. Entre éstos tenemos la exposición al polvo del algodón, temperaturas calientes, ruido y problemas dermatológicos por el contacto con diferentes químicos. Además, problemas ergonómicos debido a la mala postura del trabajador, durante su jornada.

En el área de costura y corte es donde los trabajadores consumen más polvo de algodón, según Marta Fonseca, responsable del Departamento de Laboratorio en el Ministerio del Trabajo (MITRAB).

El polvo del algodón provoca enfermedades en los pulmones, como el asma y la bronquitis, reducción de la capacidad pulmonar, reacciones alérgicas a la pelusa del algodón y trastornos en la piel.

Los problemas de temperatura son ocasionados por la cantidad de hacinamiento que existe en la planta, así como la infraestructura de las mismas. Debido a esto las empresas deben contar con un ventilador, que también extraiga el calor.

Las bajas temperaturas producen enfermedades en las vías respiratorias como la gripe, problemas en los huesos especialmente para la gente del área de planchado, problemas urinarios y del corazón. “Para los hipertensos no es apto trabajar en lugares cerrados”, recomendó Fonseca.

Con respecto al ruido, que en muchos casos es producido por maquinarias obsoletas, puede ocasionar problemas acústicos futuros en los trabajadores.

En muchas de las empresas de zona franca también se utilizan químicos como cloro, colorantes, suavizantes para la tela lo que puede desencadenar enfermedades en las vías respiratorias, reacciones alérgicas y problemas en la piel.

Uno de los mayores problemas en la Zona Franca son los de carácter ergonómico, “las sillas no reúnen los requisitos de diseño para esa actividad, porque los trabajadores laboran a un ritmo acelerado por largo tiempo, incluso en muchas empresas las personas laboran deteniéndose con un pie o sentadas en una banca”, opinó Fonseca. Esto provoca cansancio en la espalda o deformaciones en la columna.

Un dato muy significativo en el tema de higiene es que la gran mayoría de los trabajadores tienen una alta incidencia de parásitos debido, en parte, a los malos hábitos higiénicos de éstos, pero sobre todo a la falta de comedores en las empresas. “A menudo los trabajadores tienen que comprar comida de la calle porque el comedor de la Zona Franca no ofrece el servicio, además ni siquiera cuentan con bebederos de agua”, afirmó Fonseca.

Los parásitos reducen la capacidad del trabajador. Con respecto a los grifos para tomar agua “los empresarios alegan que los trabajadores destruyen los bebederos de agua”, aclaró Fonseca. Sin embargo, los empleadores tampoco brindan capacitación, “les interesa simplemente producir y ganar”, señaló Fonseca.

Adolecen de políticas o planes de acción para incidir en la prevención de los riesgos laborales. Para solucionar esto se recomienda crear un reglamento interno en materia de higiene y seguridad. “Este tema debe realizarlo una persona a tiempo completo, y por lo general se lo encargan al Departamento de Recursos humanos”, subrayó Fonseca.

“De acuerdo al contaminante existente, los empleadores deberían proporcionar el equipo adecuado, por ejemplo la gente que trabaja con la pelusa del algodón debe usar mascarillas, en las lavanderías deben utilizar guantes para los químicos, tapones auditivos para las áreas con ruido y en las partes calientes su delantal termo aislante, es decir, que aleja el calor”, explicó Fonseca.

Cada cierto tiempo la empresa debe realizar exámenes médicos a sus trabajadores, para vigilar la salud de las personas que laboran en la empresa.

Pero la mayoría de los problemas en las empresas de zona franca son de infraestructura. “Por tanto, ellos aducen que como el local no es de ellos sino alquilado, entonces si quieren realizar una inversión deben pedírselo a la Corporación de Zona Franca, muy pocas asumen los costos para mejorar la seguridad e higiene del trabajador”, concluyó Fonseca.

María Elsa Mejía, responsable de relaciones públicas de la Corporación de Zonas Francas opinó que en general las condiciones laborales de las empresas son buenas, “no te voy a decir que son empresas modelos”, agregó.

Mejía aceptó que los asientos no son ergonómicos, sin embargo, alegó que a veces los trabajadores no cumplen con las normas, “a ellos se les da equipos de protección y no lo usan”.

Empresas carecen de seguridad laboral

Los espacios funcionales reducidos, la falta de señalización, orden y limpieza, falta de protección en las máquinas y largas jornadas de trabajo también son parte de los riesgos que corren los trabajadores de zona franca, según Jesús Saballos, director específico de seguridad en el Ministerio del Trabajo.

Los espacios de trabajo reducidos afectan la movilidad del trabajador. Así también las máquinas carecen de protección, es decir, que si el trabajador realiza un acto inseguro tiene mayores probabilidades de resultar herido.

Con respecto a las jornadas de trabajo Saballos aseguró que oscilan entre 12 y 14 horas con el tiempo extra, cuando lo permitido es de 8 horas.

Además, las empresas no cuentan con un buen sistema para prevenir incendios. “Por la volatilidad del material los trabajadores están expuestos a un incendio en cualquier momento”, agregó Saballos. Se recomienda formar brigadas contra incendios.

“El 50 por ciento de las empresas de zona franca no están señalizadas”, es decir, no le indican al trabajador las salidas de emergencias o los peligros a los cuales están expuestos en ciertas áreas”, explicó Saballos.

Ahora bien también se dan una serie de trastornos sicológicos debido a la presión del trabajo y la monotonía del mismo, como el estrés.

Sin embargo, “el Ministerio no puede incidir en el sistema de producción de la empresa”, dijo Saballos, tras explicar que el MITRAB se restringe a dar recomendaciones para disminuir los riesgos.

María Elsa Mejía, responsable de Relaciones Públicas de la Corporación de Zonas Francas, aseguró que las empresas tienen buena ventilación señalización, entre otras cosas “tal como lo mandan los clientes”, dijo tras explicar que los clientes norteamericanos son muy cuidadosos con las empresas.   

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